Secciones

Más en The Clinic

The Clinic Newsletters
cerrar
Cerrar publicidad
Cerrar publicidad

Opinión

10 de Enero de 2013

José Labbé: “Hay un Cristián Labbé adentro de cada una de las personas de derecha”

Tiene 31 años y quiere ser como su padre. Es vicepresidente de la juventud UDI, fue concejal por Ñuñoa, está peleando un cupo a diputado en la UDI y es el heredero político natural del alcalde de Providencia. En esta entrevista explica lo que piensa de las drogas, los homosexuales, el pinochetismo, la derrota de su padre, y de su hermano Cristián, que próximamente entrará a un reality.

Jorge Rojas
Jorge Rojas
Por

José Labbé es de la UDI, como su padre. Es el que lo acompañó cuando perdió la elección municipal pasada. Aparece detrás suyo en todos los videos de televisión el día de las votaciones. Lo enfocan cuando a Cristián Labbé lo escupieron en el Campus Oriente, y también cuando reconoció la derrota y dijo que había triunfado “la serpiente del paraíso”.

José Labbé es el llamado a continuar la tradición política de la familia. Es vicepresidente de la juventud de la UDI y fue concejal de Ñuñoa en el período pasado. Hoy aspira a pelear un cupo por la diputación del distrito. Si el partido le da la pasada, se verá las caras con Marcela Sabat, de quien no tiene una buena opinión.
-Lo que ella no hizo en la campaña de mi padre le va a costar ahora en su campaña, porque Josefa Errázuriz no la va a apoyar como diputada. Fue un acto caprichoso –dice, mientras se come un roll de sushi y escucha música romántica.

¿En qué etapa estás?
-En una etapa de transición. Es un cambio de lo público a lo privado, de la soltería al matrimonio, es un cambio total. Yo creo que encontré lo que quiero, pero no me desespera la política, no la veo como un trabajo. Si la UDI me da un cupo a diputado, feliz, van a encontrar un buen resultado.

¿Por qué la UDI debería darte un cupo?
-Creo que me lo puedo ganar en una primaria. Me lo merecería porque fui concejal de Ñuñoa por cuatro años, porque conozco Providencia hace 16 años, porque soy vicepresidente de las juventudes y porque vengo con una forma nueva, que es despeinar a la política.

Los jóvenes de la UDI son como viejos chicos. ¿Hasta qué edad se es joven en la UDI?
-Ese es un prejuicio. Te invito a la sede donde no hay ningún viejo chico. Allá hay puros hueones simpáticos, gallos que hacen asados y bailan igual que todos los chilenos, pero trabajan. Los fines de semana, cuando se despiertan después de la fiesta, van a las poblaciones o hacen cosas como el “Vívelo”, que es un programa que inventó Pablo Longueira, donde los que estamos en la juventud nos vamos a vivir donde un dirigente poblacional. Ahí conoces la realidad, la pobreza, cómo se vive en las poblaciones, cómo trabajan los dirigentes. Eso te conecta con la realidad más cruda.

¿Tú fuiste?
-Nunca, estaba trabajando. Pero mi hermana chica ya lo hizo. Tengo una deuda ahí, y en algún momento lo voy a hacer. Se trata de vivir una semana, o sea, tomai la micro y te vai a la universidad, caminai por lugares donde no estás acostumbrado, hay lugares peligrosos y otros que no son tanto, pero es un programa que en verdad la gente lo agradece.

¿De qué cosas se priva el joven UDI?
-No sé, no está escrito.

¿Se privan de drogas, sexo, alcohol?
-A mí nunca me han privado de nada.

¿Conoces algún joven UDI que consuma drogas?
-No, y no es tema tampoco. La única regla es querer trabajar por los demás.

¿Fumas marihuana?
-Nunca. Estoy en una oficina y un gallo prende un pito y me voy al tiro, pero si estoy en un carrete y alguien prende uno, no tengo nada que hacer. Estoy cagado. Si es su carrete.

¿Legalizarías la marihuana?
-No, es como un callejón sin salida. No puedo apoyar algo que va contra mis valores. A pesar que puedo respetar a una persona que fuma, no podría legislar a favor de la legalización de la marihuana.

HOMOSEXUALES
¿Te vas a casar por la Iglesia o por el civil?
-Por las dos.

Si fueras diputado ¿estarías dispuesto a legislar por el matrimonio homosexual?
Ya está en trámite el acuerdo de vida en pareja. Este es un tema tan cultural que se está dejando en manos de 120 personas, que -por muy buenas que sean- están generando un cambio tremendo en la sociedad. ¿Por qué no hay un sistema para que Chile decida?

Un plebiscito, sería interesante eso.
Creo que dejar estas decisiones tan importantes en manos de 120 personas es complejo.

¿Es poco representativo el Congreso para ver este tema?
Es de forma muy indirecta a la comunidad. Es un cambio cultural tan grande que todos nos tenemos que hacer responsables.

¿Pero estarías dispuesto a aprobar el matrimonio homosexual?
-No, para mí el matrimonio es entre un hombre y una mujer, y por eso me estoy casando con una mujer. Si te gustan los hombres está bien, es respetable. A mí los homosexuales no me incomodan, pero yo estoy en otra pará.

Es que están pasando cosas con los homosexuales. El año pasado se murió Zamudio y se aprobó una ley antidiscriminación.
-Imagínate que viene un periodista como tú a entrevistar a una persona como yo, que no soy nada en este minuto, y le preguntai de frentón esta cuestión y después… tengo que analizarlo mucho mejor… mis principios me dicen que el matrimonio es entre un hombre y una mujer, pero hay cosas que están pasando en este país, en el mundo, que tengo que aprender. Entonces, que me lo preguntís de frentón me parece un poco agresivo, porque tiene un montón de matices.

Pero en términos personales ¿qué te pasa a ti con los homosexuales?
-Nada, porque no me gustan, en el sentido de que no me gustan los hombres, pero si ustedes dos se dan un beso ahora es problema de ustedes. No me voy a enojar, no me voy a parar, no te voy a tirar un vaso en la cara, me da lo mismo.
Eso que a ti te da lo mismo, antes no era así. A la gente le molestaba. Por ejemplo, ¿qué piensa tu papá?
No puedo hablar de esos temas por él, sería una falta de respeto.

Pero has conversado alguna vez este tema con él.
-Muy poco… además, los gallos que son homosexuales son homosexuales, y están siendo homosexuales. Lo que más me llama la atención es que se han convertido en una facción política.

¿Y qué piensas de los homosexuales en el ejército?
-Ese es problema del ejército. Lo que es raro, es qué hace un hombre que le gustan los hombres en la ducha con 40 hombres. Anda y métete a la ducha con 40 minas. ¿Te desconcentrarías de tus labores naturales? La libido está todo el día en la mente y tú lo sabí muy bien. Eso es lo único que me llama la atención, lo práctico.

¿Debería haber un baño para homosexuales?
-Por el bien de ellos, cachai, porque al final se va a generar algo evidente. Cuando aparezca He-Man al lado, duchándose, poniéndose jabón. A mí me aparece la Pamela Anderson al lado y lo que suceda va a ser evidente.

No respondo de mí, piensas.
-No, sí respondo, pero las minas son ricas y a uno le gustan, y al gallo que le gustan los hombres también le gustan.

O sea, tú estás pensando en el tema práctico.
-Sí, imagínate a una persona que no le gusta ser observada por un hombre, cómo se va a sentir. ¿Por qué la carga de la prueba está en el lado de si pueden o no entrar homosexuales? Pero el gallo que no es homosexual y se quiere duchar en pelota, ¿por qué él no puede tener derecho a estar tranquilo y que no lo miren?

PINOCHET

¿Cuántos hermanos tienes?
-Ocho, cinco hermanos de papá y mamá, y tres que son hijos de la señora de mi papá, que son como hermanos. Somos una familia feliz.

¿Cómo se lleva tu papá con tu mamá?
-Tienen una relación normal, de ex pareja.

Durante mucho tiempo ella fue la mujer del militar. ¿Cómo es ser la mujer del soldado?
-La mujer del soldado es una mujer sacrificada. Cuando el hombre se va de campaña durante 30 días ella tiene que estar con la familia, enseñándoles a los hijos. Ella mantiene una profunda admiración por mi papá.

A ella le tocó complicado, porque vivió la dictadura con tu papá.
-¿El gobierno militar? La dictablanda, la democradura…

¿No hablan de dictadura en tu casa?
-No, da lo mismo, no estaba prohibido hablar de eso. Mi papá habla cero de ese tema, aunque no me creas.

¿Y cómo te explicaba lo que ocurría?
-¿Crees que me lo tuvo que explicar alguna vez? Nunca.

¿Conociste a Pinochet?
-Sí, varias veces. Íbamos a algunos cumpleaños, fui a Los Boldos también.

¿Qué imagen tienes de él?
-La de una persona que, les guste o no, cambió la historia de este país. Hoy, quienes no reconocen la figura del general Pinochet viven de sus leyes, de la Constitución de 1980, y la consideran lo más democrática que hay. Fue el único gobierno, que siendo dictatorial, se ha ido por la manga de la democracia…

Después de 17 años…
-Eso no quiere decir que uno avale los abusos de los mandos medios.

Existe un resurgir del pinochetismo. ¿Tú eres pinochetista?
-No me considero pinochetista. Yo soy UDI. Creo en la figura de Pinochet como un tremendo líder que cambió muchas cosas y que fue parte de un proceso doloroso de la historia y eso le trajo consecuencias, ser escupido y abrazado. Pero para mí, para mi futuro y el de mis hijos, no me mueve ser pinochetista. ¿Qué saco? Mirar para atrás.

¿Tu papá sí es pinochetista?
-Yo creo que mi papá sí lo es. Nunca me ha dicho, pero todo indica que sí.

Los pinochetistas se quedan solos.
-Absolutamente. ¿Quién se quiere relacionar con un pinochetista?

La familia Pinochet fue echada al olvido incluso por la derecha.
-La derecha ahí se equivoca un poco. Es súper fácil decir que todo fue un error, porque si todo fue así mejor pidamos perdón, porque fuimos parte del error. Pidamos de frentón todos perdón por no haber tenido los cojones de ver las cosas que están pasando mal. Eso me da rabia. Como que las cosas son a la política, como para dejar contento a unos hueones y a otros no.

En una entrevista dijiste que no te gustaría cargar con la historia de tu padre. ¿A qué te referías?
-Es injusto que por ser hijo de Cristián Labbé, alcalde, a quien relacionan con la dictadura y con crímenes de derechos humanos no probados, se me carguen y se me digan cosas. Me parece una tontera. No entiendo por qué tiene que ser una experiencia de vida tener un papá que haya estado en la Dina, si la Dina no entró en mi casa y él nunca fue un asesino, ni adentro ni afuera. No es una experiencia, no sé cómo definírtelo. Eso está dentro de su currículum, así como existió la Dina, hoy existe la ANI.

Pero la inteligencia de hoy es absolutamente distinta a la de antes.
-¿Pero tu creís que la inteligencia del otro lado era una santa paloma? Yo no quiero hablar para atrás. Me da lata y se me empieza a repetir el sushi.

¿No te interesa hablar de la dictadura?
-Es que creo que la cosa es para delante. Pobre del hueón que lea esta entrevista y tiene más de 18 años, qué lata que yo esté hablando de este tema.

¿Por qué es una lata hablar de la dictadura?
-Porque hay que mirar pa’ adelante, mira la minería como está creciendo.

¿A ti te interesa hablar de minería?
-No, pero ahí tení crecimiento, oportunidades, capital humano, desarrollo. Y me estás hablando del gobierno militar, acá no hay ningún libro en esta casa que tenga algo escrito de eso, no me interesa.

¿Qué relación tienes hoy con la familia Pinochet?
-Ninguna. Yo imagino que mi papá sí.

Hay un mito que dice que tu papá tuvo un hijo con Jacqueline Pinochet.
-Farándula. Ni siquiera se cuestiona eso.

¿Tu papá te dio alguna explicación por ese rumor?
-No, por qué alguien tiene que dar explicaciones por su vida personal. Yo lo supe, esbocé una pequeña sonrisa y no hay problema.

¿Tus amigos te preguntaron algo?
-Sí, me decían “¿cómo están tus hermanos, los Pinochet?”, se cagan de la risa.

POBREZA Y EDUCACIÓN

La UDI ha hecho un trabajo poblacional muy grande ¿Por qué crees tú que el pobre es pobre?
-El trabajo poblacional permite conocer lo que la gente siente, cómo ellos viven el narcotráfico, cómo ven la delincuencia. Como Estado nos hemos dedicado a regalar canastas y no herramientas. Hay dos tipos de Estados, uno asistencialista y otro condicionalista. Yo creo que hay que dar siempre en momentos críticos, pero cuando la gente se levanta hay que darle un apoyo más condicional: “mira, vamos a ayudarte en este proceso y te vamos a dar estos beneficios si tú me demuestras que tus hijos han ido al colegio en tanto porcentaje”.

¿Qué pasa si no se hace así?
-Se genera este fenómeno del parásito, es como la carga del Estado. El Estado tiene constantemente que alimentarlo, si no se te generan movimientos sociales.

¿Consideras que Chile es un país muy desigual o esto es un griterío de la izquierda?
-Esto siempre va a ser un griterío del que esté en la oposición. Terminó la Concertación y decían que estábamos creciendo y ahora dicen que somos el país más pobre del mundo, que nos estamos cayendo a pedazos, y nosotros decimos que estamos creciendo como locos. Chile es un país que ha mejorado un montón y se ve en la conectividad que tenemos, en la forma como vive la gente, en lo exigente que nos hemos puesto, se ve un país más culto.

¿Estás de acuerdo con las manifestaciones estudiantiles?
-La gente tiene todo el derecho a manifestarse. Yo creo más en la evolución que en la revolución. El tema es cuando se instrumentaliza y se meten la CUT, el Colegio de Profesores. Eso me hace alejarme de los movimientos. Lo que me da más lata, es que los estudiantes tienen la guardia muy abajo y se les meten los delincuentes, y empiezan a quemar cosas y destruyen.

La instrumentalización ocurre porque la discusión educacional es un tema político.
-Claro, pero es súper fácil estar de acuerdo con todo lo que dicen los jóvenes, pero los jóvenes no tenemos toda la razón. Los jóvenes queremos mejor educación, pero de qué manera. Una cosa es estar con ellos, escucharlos y sentir lo que les pasa, pero no podí gobernar de acuerdo a lo que los jóvenes quieren, si por algo hay personas con más experiencia y estudio.

¿Con qué cosas estás de acuerdo con el movimiento estudiantil?
-Yo me enfoco harto en la forma, en política esto es igual de importante que el fondo. La forma de manifestarse creativamente es correcta, lo que no me gustó es que muchas veces se creyó que estábamos en un país que se cae a pedazos. Pa’ crecer hay que mirar las cosas con un poco más de optimismo, y no como si el mundo se fuera a acabar mañana si no recibimos a los estudiantes en la oficina del ministro.

¿Qué opinión tienes de Camila Vallejo?
-Encuentro que es muy guapa, y eso me ha hecho no entender lo que me dice… (risas). Es una tremenda líder. No comparto en nada con ella, pero yo creo que va a llegar lejos. Es una mujer que aprovechó su momento y que, por lo menos por la TV, se ve inteligente. Yo creo que le falta un poco de cordura ideológica, pero eso no le podí pedir a una persona que es militante del Partido Comunista.

Tu papá cagó por las tomas. ¿Cómo viviste ese momento con él?
-Si hay algo que no se puede tolerar es la violencia entre a los colegios. Cuando el niño le da la autorización al profesor para entrar al colegio eso quiere decir que estamos en una toma que no está bien, que estamos empoderando al sector incorrecto. El profesor es la autoridad en clases, el que transmite los conocimientos, no puede ser que los alumnos no lo dejen entrar.

¿Tú no ves las tomas como una forma de protesta?
-Es una forma de protesta excesivamente agresiva. Punto uno, estás entrando en un colegio que es una propiedad privada; dos, estás usando formas agresivas; y tres, estás haciendo que personas que no piensan como tú no puedan estudiar.

En ese momento tu papá se ganó bastante odio.
-Eso es gobernar con pantalones. Se encontraron con una persona que tenía cojones, autoridad para decirles que no es la forma, y menos en Providencia, donde la mayoría de los colegios son de excelencia y donde el 70% de los estudiantes son de afuera. O sea, están viviendo un privilegio que municipalmente no deberían vivir.

¿Qué te pasó al ver a tanta gente en la calle manifestándose?
-Yo viví lo de los pingüinos en la universidad, era presidente del centro de alumnos de la Facultad de Humanidades, de la Universidad del Desarrollo, y le mandamos una carta a la Presidenta Bachelet. Le escribimos que estábamos de acuerdo con lo que el gobierno hizo, porque ésta no era la forma de manifestarse.

¿Cuál fue tu pelea con la autoridad cuando eras presidente del centro de alumnos?
Me dedicaba a hacer cosas para adelante. Al principio, los gallos de la facultad no me querían mucho. Y se dieron cuenta, al final, que hice puras cosas nuevas.

¿Cómo lograste que la gente votara por ti?
-Proponiendo cosas que se cumplieron. La jornada del estudiante, los paseos de la universidad, crear un mail único para que la gente subiera los apuntes… hoy se siguen eligiendo los centros de alumnos y antes no se elegían. También llevamos a 60 alumnos a Colombia, a un congreso mundial de calidad.

Hay un mito. Dice que la única vez que los alumnos de la U. del Desarrollo protestaron fue para pedir más estacionamientos.
-Con el arancel que pagan tienen derecho a exigir todo lo que ellos crean que necesitan. Si los hueones quieren protestar por un estacionamiento está bien. Si el gallo paga tendrían que haberse preocupado de construir más estacionamientos, algo hicieron mal. ¿Por qué todo tiene que ser así tan…? Si los cabros se sintieron con ganas de ir a protestar son libres para hacerlo. Yo jamás habría protestado por eso.

LA DERROTA

¿Qué es lo que más te dolió de la derrota de tu padre?
-La derrota fue dura, porque se acaban 16 años de gestión, de esfuerzo. Se acabó, además, con un terrorismo comunicacional. Es imperdonable que lo hayan acusado de asesino sin que nadie tenga pruebas. Me dolió la forma en que se perdió, los escupos de la mañana… eso me violentó. Cuando yo entré al Campus Oriente vi a un caballero que aplaudió y dijo “aquí llegó la dueña de casa”. Y se te activó la señora del fondo y empezaron a bajar de la escalera. Estaban todos coordinados, era un complot.

¿Te dio pena?
-Bastante, le pegaron patadas también. Todos me han dicho que me admiran por no haberme salido de madre y haberle pegado un mangazo a todos los hueones, pero si yo le hubiera pegado a alguien les habría dado la razón en todo: que los Labbé somos agresivos, asesinos, intolerantes… estábamos en una trampa. ¿Tu creís que no me dieron ganas de ponerle un combo a un gallo?

Para las elecciones tu papá salió dos veces en la tapa del The Clinic. Una con el cuerpo de Borghi, “Guatón parrillero”.
-Ese estuvo bueno. La del guatón parrillero me da lo mismo. El de la “Guatona Candi” es más despectivo, porque ser guatón y parrillero en Chile es tener liderazgo. ¿Qué tiene de malo? ¿Tu papá es flaco? El guatón parrillero no es mal visto. Pero hacen daños las portadas. Es que hay cosas detrás de las cosas. Hay sobrinos que tienen siete años y que ven a su tata con forma de guagüita, en un wáter, y ellos no entienden y preguntan: “¿Por qué el tata está con forma de wáter y aparece como un asesino, papá?”.

¿Preguntan?
-Pero por supuesto, no por la portada del Clinic, pero por El Dínamo o El Mostrador, que dijeron que mi papá mató a 15 personas en el sur, pero hoy no hay ningún juicio, ni nada probado.

Ahora tu papá es un jubilado. ¿Cómo está haciendo el duelo?
-Yo creo que mi padre no va a jubilar. Sigue trabajando igual de intensamente, él está armando su vida nueva. Hace clases en varias universidades, porque tiene que parar la olla.

¿Cuál de las frases polémicas que dijo tu padre le hubieras aconsejado no decirla?
-La de “la dueña de casa”. Si no hubiera dicho “la dueña de casa” no habría tenido que decir “la serpiente del paraíso”. Con eso le quitó energía al electorado mujer. Esa fue una frase desafortunada.

¿Qué le va a pasar a Providencia con Josefa Errázuriz?
-Va a cambiar de estilo no más. Ojalá que no le pase nada malo.

¿Tu papá piensa volver a la política?
-No, él tiene capacidades para todo, pero creo que está bien donde está, y ya hizo lo suyo. Si la política lo necesita él va a estar ahí.

LA UDI

¿Qué le aporta Labbé a la UDI?
-Mi papá demostró durante 16 años que hay un alcalde que puede mejorarse y aumentar su votación exponencialmente con una gestión que la gente lo reconoce. Ese es un aporte innegable. Mi padre es un líder interno, en el último congreso general de la UDI fue aclamado, más aplaudido que el presidente del partido. Hay un Cristián Labbé adentro de cada una de las personas de derecha, pero la gente no lo saca, porque nosotros los chilenos somos políticamente correctos.

¿Te gusta Laurence Golborne?
Sí, mucho.

¿Más que Pablo Longueira?
-No, jamás. Yo creo que no fue de candidato porque está haciendo bien su pega de ministro y el gobierno tiene que terminar bien. También porque Laurence, en las encuestas y en la calle, se ve como una persona mucho más preferida. Pero Pablo Longueira ha hecho de la derecha lo que es.

Pero Longueira, haga lo que haga, siempre tiene rechazo.
-Porque es una persona parecida a mi papá, es una persona dura que dice lo que cree, y que no se vende al sistema. Son personas más auténticas y en Chile eso se premia, pero con la historia.

En tu partido la gente parece que no prefiere eso. Eligieron a Golborne porque hoy está mejor ubicado.
-Estamos todos cuadrados con la campaña de Laurence, pero en el corazón uno siempre prefiere a Pablo Longueira. Pero somos un partido disciplinado.

¿Y cómo se le gana a Bachelet?
-Bachelet es una estatua de hielo, porque la hemos mantenido fuera del contexto mediático. Pero la tirai a la cancha hoy y la cuenta regresiva puede ser fatal para ella. Laurence le saca cinco puntos, estoy seguro.

REALITY Y MILICIA

¿Es cierto que tu hermano va a entrar a un reality?
-Sí, Cristián. Está listo. El hueón tiene buena pinta, es inteligente, no tiene ninguna relación con la política. Entonces el hueón dice: “puta, no me voy a seguir postergando por el hermanito”. Ahora, además del hijo de…, voy a ser el hermano de…

¿Qué opina la familia?
-Al final, cuando un gallo tiene 32 años es problema de él. Exponerse en un reality es exponerse demasiado, él está casado y tiene dos hijos. La televisión es siniestra, hay un gallo arriba que juega un ajedrez con tus emociones, sabe qué te gusta y qué no. Imagínate, le ponen un gallo al lado diciéndole: “oye, tu papá es tal por cual, tal por cual”…

¿Qué lo motiva para entrar al reality?
-A Cristián lo motiva la aventura. Él fue cadete de la Escuela Militar. Era muy bueno en liderazgo, en tiro al blanco, en las campañas. No era el mejor estudiante del mundo, pero era bueno. Él estuvo en el premilitar de Talagante, por opción personal.

A tu papá eso le gustaba.
-No, no sé si le gustaba. Yo creo que a nadie le gusta que un cabro esté siete días internado, pero fue una decisión personal. Cristián quería ser militar desde que nació, salía en los videos familiares diciendo: “yo quiero ser militar”.

¿Por qué abandonó la Escuela Militar?
-Se desencantó del Ejército. Él es como de una estructura antigua, es militarizado, de ir a campaña, y punta y codo. Si lo pueden aporrear 10 veces, mejor para él.

¿Y hoy quién es el militar de la familia?
-Nadie, no hay ningún Labbé que en este minuto sea militar.

¿Qué pasó?
-Los tiempos han cambiado. Yo estudié, mis hermanos también, Cristián lo intentó.

¿Qué significa que los tiempos hayan cambiado?
-Pucha, que hay un mundo con tantas oportunidades afuera. Yo valoro y admiro a los que están toda una vida en el Ejército, son personas preparadas para defender el país y generar la paz, pero ninguno tomó esa decisión porque tenemos en la sangre lo militar: un bisabuelo, un abuelo y un papá. Tampoco nos criaron para eso. Mi papá nunca nos impuso nada.

¿En qué cosas reconoces al coronel Labbé?
-No sabría decirte. Mi papá es una persona abierta y respetuosa de lo que nosotros como hijos queremos hacer. Es estratégico, te da consejos, y te dice lo qué puede pasar si tomas determinado camino, ahí puede haber algo de militar, pero en trato o disciplina, es una persona absolutamente normal.

Pero él es tu referente en política.
-Él es mi referente en todo. Mi papá es un grande. Es un gallo que contra viento y marea, les guste o no, ha hecho lo que él cree que es correcto. Esos son dotes de una persona grande.

Notas relacionadas

Deja tu comentario