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Poder

27 de Enero de 2013

El triste papel de la UDI en dictadura, según Carlos Peña

El rector de la UDP, Carlos Peña, le dedico esta semana su columna en El Mercurio a la UDI y el PC por las manifestaciones que esta semana se registraron en la embajada producto del reclamo del gremialismo por el asesinato del senador Jaime Guzmán y la “colaboración” del país de los hermanos Castro a […]

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El rector de la UDP, Carlos Peña, le dedico esta semana su columna en El Mercurio a la UDI y el PC por las manifestaciones que esta semana se registraron en la embajada producto del reclamo del gremialismo por el asesinato del senador Jaime Guzmán y la “colaboración” del país de los hermanos Castro a los asesinos del padre de la UDI.

En el texto, Peña le recuerda a la UDI su indolencia por los crímenes de la dictadura de Pinochet y el apoyo que el propio Guzmán prestó para la sangrienta causa. Citando a Kant y a Mateo, Peña le dice al gremialismo que “fue lo que enseñó -no está de más repetirlo- Kant y lo que, en algún sentido, dijo Cristo cuando aconsejó no hacer a los demás lo que no querrías te hicieran a ti (Mateo 7.12)”.

“El reclamo de la muerte de Guzmán, entonces, no debe fundarse en los afectos que sus discípulos sienten hacia él (puesto que esos afectos son particulares), sino en el simple hecho de que Guzmán era un ser humano y su vida intangible al margen de su desempeño (harto discutible si se atiende al hecho que justificó un régimen que violó con esmero los derechos que ahora sus amigos reclaman). Es seguro, sin embargo, que hoy día los integrantes de la UDI aceptan lo anterior: la intangibilidad de la vida humana y, como consecuencia, la proscripción de cualquier forma de atentado en contra de ella con prescindencia de las circunstancias. Es probable entonces que reclamen por la impunidad del crimen de Jaime Guzmán no por ser Jaime Guzmán la víctima, sino porque, en su opinión, ningún ser humano merece morir asesinado de la forma en que Guzmán lo fue”.

En su columna Peña se pregunta por qué durante décadas en la UDI “esgrimieron circunstancias particulares para justificar o excusar, con relatos y pretextos de variada índole, los crímenes que se cometieron en dictadura, y sólo muy tardíamente (cuando era tan evidente que casi carecía ya de todo mérito, como fue el caso del ministro Chadwick) reconocieron que habían estado, durante casi toda su vida política, respirando y defendiendo un gigantesco error”.

Peña va más allá y les recuerda la protesta en la embajada y los insertos en los diarios, pero también “la increíble indolencia y el triste papel que sus dirigentes ejecutaron cuando negaban los crímenes de la dictadura, los justificaban o los relativizaban”.

El PC también recibió lo suyo y como ellos mismo sufrieron torturas, desapariciones y exilios con Pinochet, les llama la atención por el silencio sistemático por la dictadura cubana “pero si ese es el caso -si los comunistas también se han vuelto kantianos-, entonces, ¿qué explica el silencio que guardan frente a los abusos de variada índole que padecen los cubanos, carentes de la amplia gama de libertades políticas que son propias de la democracia? ¿Por qué lo que era malo de hacer a los opositores a Pinochet, no es malo de hacer a los opositores a Castro?”
No cabe duda. Cuando se esgrime una razón moral ha de invocarse una condición aplicable a todos (¿verdad, senador Larraín, ministro Chadwick, senador Coloma? ¿Verdad, diputado Tellier?) y no sólo a los amigos.

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