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Mundo

7 de Febrero de 2013

El animador de tv gringa que predijo los computadores en 1967

Vía Yorokobu.es El año es 1967 y el legendario periodista de televisión Walter Cronkite habla a la cámara rodeado de dispositivos futuristas. Se trata de imaginar cómo será la tecnología en el hogar en 2001. Empieza con un acierto (obviando el machismo inherente de la época que asocia esta zona de la casa con el […]

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Vía Yorokobu.es

El año es 1967 y el legendario periodista de televisión Walter Cronkite habla a la cámara rodeado de dispositivos futuristas. Se trata de imaginar cómo será la tecnología en el hogar en 2001. Empieza con un acierto (obviando el machismo inherente de la época que asocia esta zona de la casa con el género masculino): “Este equipo permitirá a cualquier hombre realizar sus actividades normales sin necesidad de visitar una oficina ni dejar su casa”, explica Cronkite.

La primera de las “consolas” permite recibir noticias por satélite de todo el mundo. En caso de querer esa misma información en papel, el dispositivo tiene un botón que permite imprimirlo en un formato similar al periódico.

El siguiente aparato es un ordenador con tres pantallas. Una de ellas se utiliza para comprobar el tiempo o consultar la bolsa. Otra integra un teléfono para realizar una videoconferencia, y la tercera pantalla permite observar y comunicarse con otras partes de la casa mediante una cámara de circuito cerrado.

“Con este equipo en la casa del futuro, quizá no tendremos que ir a trabajar. El trabajo vendrá a nosotros. En el siglo 21 ninguna casa estará completa sin una consola computarizada”, concluye Kronkite, haciendo honor a la futura implantación del teletrabajo.

Esta secuencia forma parte de un programa que el presentador realizó en el año 1967 sobre la vida en el siglo 21 llamado The Twenty First Century. El diagnóstico falló al no prever que todas estas cosas se podrían centralizar en un dispositivo pero el resto de predicciones no iban tan mal encaminadas.

El programa no se quedó solo en el despacho de “los hombres”. También cubrió otras parte del hogar como el salón. Llama la atención que Cronkite empieza esta secuencia hablando de que “gran parte de este nuevo tiempo libre se pasará en el hogar”. Él y sus guionistas daban por hecho que en 2001 la tecnología sería un facilitador de tiempo libre. Estos aparatos permitirían al ser humano liberarse de muchas tareas y poder dedicar más tiempo a otras cosas. Un pronóstico que no se ha cumplido del todo y enlaza muy bien con el discurso del pensador anarquista David Graber. En su ensayo Of Flying Cars and the Declining Rate of Profit, publicado en 2011, Graber habló sobre cómo las ideas utópicas en los años 60, que consideraban la tecnología como un medio para liberar a las personas del trabajo duro, no se han cumplido.

En la sala de estar de 2001 también domina otro dispositivo de dimensiones importantes cuyo papel es informar y entretener. En la pantalla aparecen distintas opciones como ver un partido de fútbol americano proyectado sobre la pared en una pantalla de 3 dimensiones. El audio proviene de altavoces en formas de globos. Evadirse de la modernidad es posible también a través de la música que sale de esos mismos altavoces si uno quiere. Desde la consola también se puede modular la opacidad de las ventanas para dejar entrar más o menos luz.

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