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Opinión

14 de Marzo de 2013

Álvaro Escobar: “Bachelet fue la razón por la que decidí interrumpir mi carrera en los medios para ser diputado”

Álvaro Escobar ha desafiado todos los prejuicios. Como abogado se dedicó a la actuación y consolidado en televisión se fue a la política. De ahí salió hastiado y volvió a los medios: primero los programas de radio y luego de vuelta a las teleseries. Hoy está dedicado a su proyecto Teatro de La Aurora y a la obra que reestrenaron en enero: Visitando al Señor Green, además de las grabaciones de la versión chilena de Modern Family, su banda Todavía no es nunca y, lo que le ha traído más entrevistas y cambios de horario: Más vale tarde, el nuevo late de Mega que la rompió en su noche de estreno con Andrés Parra y con varias críticas al nerviosismo escénico de Escobar.

Melissa Gutierrez
Melissa Gutierrez
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El 11 de marzo de este año, exactamente tres años después de que Álvaro Escobar dejara su puesto de diputado, las redes sociales se incendiaron con el estreno de Más vale tarde, el nuevo programa de conversación de Mega. No era para menos, porque el invitado estelar era Andrés Parra, el actor colombiano que protagoniza Pablo Escobar: El patrón del mal, serie transmitida por el mismo canal y que ha causado furor en Chile. Sin embargo, en las redes sociales a Álvaro Escobar le criticaron desde los nervios y la hiperactividad hasta la chaqueta roja cuadrillé. Pero eso él se lo toma con relajo, porque todo se lo toma así, desde las críticas políticas que alguna vez le hicieron hasta los comentarios de moda. Dice que con el tiempo el programa irá tomando forma y los nervios serán pasado.

Desde el Teatro La Aurora, llamado así en honor a su hija, también dice que por el momento no quisiera entrevistar a Marco Enríquez-Ominami, de cuya campaña alguna vez fue vocero y que le encantaría invitar a Michelle Bachelet antes del 31 de marzo, aunque no votaría por ella.

¿Cómo te preparaste?
Para la entrevista me preparé tratando de no ponerme delante de mí mismo, de no entorpecerme. Teniendo en mente que el programa no se resuelve en un día, en el espacio de esa hora y media. Tampoco se resuelve en los dos primeros días, ni en una semana, sino que es un proceso en el que se concibe una cierta estructura y eso se va viviendo, y de eso nos vamos apropiando todos lo que lo hacemos. Todos. Tener eso en mente significa tener la paciencia para no autoflagelarse si esta relación que uno está estableciendo con el programa, las audiencias y los invitados no están fluyendo, si no fluyen de buenas a primeras, porque eso no ocurre.

¿Estabas más relajado el martes, en el segundo programa?
Muchísimo más relajado. Es que el hecho de que yo estuviera relajado es síntoma de que estábamos todos mucho más relajados, es muy bonito eso. Porque, ojo, que hay una persona en el switch, hay un director, periodistas, editora, es un equipo grande. Y está el señor frente a la cámara, que está tan nervioso como los demás. Lo que sí recuerdo es que había una ansiedad por… por perder la virgnididad.

En una entrevista dijiste que te parecería morboso entrevistar a Marco Enríquez-Ominami, ¿a qué te referías con eso? Porque todo el mundo cree que ustedes terminaron peleados
Sí, qué raro eso. Qué curioso. No, para nada. Lo que pasó es que él se dedicó a lo que sabemos y yo me dediqué a lo que recién se está sabiendo. Usted está sentada en este teatro que me demoró dos años. Esta era la casa de los bisabuelos de mi hija, payasos italianos de primera generación. Se recuperó este lugar para hacer el teatro de la Aurora. Esto, Témpano, Esperanza, Divididos y este teatro tienen poco y nada en común con las tareas que tienen ocupado a Marco. Pero el componente de morbo es por decir de un interés agudo, por esta idea de que está en el aire de que estamos peleados, me parecía que era interesante visibilizar cómo la vida se encarga de unir a las mismas personas en situaciones y en roles distintos. Después de haber estado ambos tan involucrados, estar entrevistando, conversando, con el candidato presidencial, habiendo uno tenido que ver con eso. Me parecía que podía ser interesante.

¿Te gustaría entrevistarlo?
Ahora, después de dos días de programa, dudo que quiera pasar por eso. Porque no es fácil, igual hay que poner una distancia, creo. Si va a ocurrir, que debería pasar porque la idea es entrevistar a todos los candidatos presidenciales, prefiero que pase más adelante que ahora.

¿A quién te encantaría entrevistar?
A mí me gustaría definitivamente, si hay una persona antes del 31 de marzo que creo que todos queremos escuchar es a la candidata Bachelet. O sea, si hay un lugar que ella elige para hablar, me gustaría que fuera el Más vale tarde. Más vale tarde ah… sí, en este minuto sí, si me dan a elegir a una persona, sería la que suponemos va a ser la candidata Michelle Bachelet, y aunque no lo fuera.

¿Y no te complicaría siendo que tú fuiste parte de un proyecto que representaba una alternativa a la concertación y a la derecha?
No, porque yo fui su diputado hasta el último día. Yo ahí no me confundí. Yo fui diputado de la presidenta Bachelet hasta el último día. Yo marqué distancia con los conserjes, con los porteros, con el operador. Yo con ellos marqué distancia, con la gestión… prefiero designarlos de esa manera, me parece bastante gráfico. Con los que están atrás, el vestidor, el gáfiter. Ajajajajaa. Pero es lo mismo que me pasa con Marco, aunque un poquito menos que con él. Ella tuvo incidencia en que yo fuera candidato. Ella zanjó la plantilla parlamentaria el año 2005. Bachelet fue la razón por la que decidí interrumpir mi carrera para ser diputado. Sería muy bonito, encontrarse en esta pasada con ella en su rol de candidata y yo en mi rol, donde también creo que estoy construyendo ciudadanía.

¿Ella es tu candidata?
Pucha, no puedo hablar de política. Esa onda. No, yo voy a votar por Enríquez Ominami y creo que es un deber de uno decir por quien va a votar. Es muy raro que rostros que pueden influir en la opinión de las personas tengan este pudor a decir por quien votan, porque se genera la sensación de que hay motivos muy fundados para ocultar la intención de voto.

Has dicho que el ser diputado es una función retórica. Entonces ¿cómo crees entonces que se pueden lograr cambios?
Con más atribuciones, el Parlamento no tiene atribuciones ejecutivas, ese es un hecho, está en nuestra constitución. Las bases de nuestra institucionalidad es presidencialista extrema, se juegan todas las fichas al poder ejecutivo, todas. Y el Senado tiene algo más de atribuciones pero es fundamentalmente retórica, es una función que ejercen un grupo de ciudadanos en su mayoría electos, porque hay muchos designados todavía, que opinan sobre objetivos de interés público y votan proyectos a favor o en contra, pero es una facultad de trámite. El gran legislador en Chile es el ejecutivo, el gobierno.

¿Y desde tu programa crees que puedes aportar más que desde la política?
Me ha pasado algo muy bonito, porque nosotros ayer el capítulo se lo dedicamos a Cristián Larroulet, que encontraba que era peligroso las 127 lucas que propuso la CUT para sueldo mínimo. Esa misma función yo recuerdo haberla vivido en la hora de incidentes: un parlamentario emplaza o le señala al poder ejecutivo su opinión sobre distintos temas que son de responsabilidad del ejecutivo. Pero sin duda el impacto que tienen en este programa o en el parlamento es muy diferente. Creo que tiene más impacto esos minutos que uno le dedica a esa posición, que dicho en una hora de incidentes en la Cámara.

¿Hay algún movimiento social que te haya identificado particularmente en tu carrera?
Todos po. Este “despertar”. Creo que los dirigentes políticos se referían así al movimiento social. Pero yo creo que la que despierta es la clase política ante la fuerza de los hechos del movimiento. Para el que está en la calle no era sorpresa, para la clase política si fue una sorpresa, en circunstancia que unos meses antes habían estado en campaña supuestamente en las calles enterándose de los problemas de la sociedad chilena. No, pero no se imaginaron que podía haber un problema con la educación chilena. Yo hice campaña ese año en Maipú, en el 2005, entre septiembre y diciembre, y yo “perdía mi tiempo” hablando con los estudiantes secundarios.

¿Eso te decían?
Sí. Decían que no sabía hacer campaña porque no me daba cuenta que los estudiantes secundarios no votan, entonces era perder el tiempo. Había que ir a los clubes de adulto mayor o a los clubes deportivos, a toda la clientela. Había que satisfacer a la clientela en lugar de ponerle oreja a los secundarios. Pero claro, el movimiento social que ha aparecido y del cual algunos se aprovechan una vez que aparece con una modificación camaleónica del discurso. Yo creo que guardando todas las distancias, ese era el afán mío como diputado y el afán de todos quienes levantamos una alternativa a lo establecido el año 2009 como candidatura presidencial.

“Todavía no es nunca”

Has estado con mucha pega últimamente, ¿sigues con tu banda?
Con “Todavía no es nunca”, sí, seguimos. Nos juntamos poco en estos días. El batero, bajista y el guitarrista tocaron con La Sociedad en la vuelta de ellos. Son músicos de sesión.

Qué influencias tienes para tocar? Qué música escuchas?
Sabath, Doors.

¿Sabath con Ozzy o con James Dio?
Con Ozzy. O sea, está bien Ronnie James Dio, pero tengo una debilidad por Ozzy. Es raro eso. Lo fui a ver cuando vino. Pink Floyd. Eso es anglo, pero acá me gusta la música chilena en general, la música con opinión. Y aprendí a tocar guitarra con La Bicicleta. Era una revista como la Apsi, Análisis, pero este era el cancionero. Entonces tenía especiales y eran subversivos. Ahí te salía Silvio Rodríguez, todas las canciones de Víctor Jara, entonces tú aprendías a tocar guitarra. Silvio Rodríguez cuando llegó a Chile lo comprábamos pirata, el año ’82. De hecho en el disco hay un sólo cover: Sueño con serpientes. No sé por qué lo hicimos. Parece que lo ensayamos y salió.

¿Con la cita de Brecht y todo?
Sí, hay hombres que luchan un día y son buenos, un año y son mejores, los que luchan muchos años y son muy buenos. Pero hay los que luchan toda la vida, eso son los imprescindibles…. Sí po. Pero la pusimos al final. Búscala, alguien hizo un video horrible, no sé de dónde, que salen serpientes comiéndose cuestiones. Pero el tema es muy bonito. Radicalmente distinto al original y muy distinto al que hicieron los Bunkers. Hicimos algo un poquito distinto. Más sicodélico. Es que Sueño con serpientes es sicodélico.

¿Algún músico que te represente mucho?
El Manuel. Yo lo quiero mucho.

¿García?
Sí, lo quiero mucho, mucho. Me emociona. Es amigo también, me emociona por la música, me impresiona. Me ha dejado la cagá porque nos conocimos en el año 2004, lo invitamos a un programa que se llamaba Tráfico de influencias, que eran Fondos de Fomentos de la música nacional. Y estuvo en las dos temporadas, 2004 y 2005. Y después yo me fui a servir a la guerra y me enteré luego de él como auditor de su disco. Y mi hija llegó al mundo en una casa donde se escuchaba Pánico, de Manuel García. Y mi guitarra está en una funda que me regaló Manuel García. Cachó que mi guitarra no tenía funda y me pasó su fundita.

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