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Mundo

27 de Abril de 2013

Veinticinco formas de saber si estás pegado a Twitter

Vía Yorokobu. Twitter engancha. Y si no que se lo pregunten al pobre desgraciado que firma este artículo. En base a sus experiencias y situación personal (vive con su familia cuasi numerosa; tiene ya “una edad”; tiene obligaciones; no pertenece a ninguna “camarilla” twittera; no tiene Favstar ni ninguna otra de las muchas aplicaciones asociadas […]

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Vía Yorokobu.
Twitter engancha. Y si no que se lo pregunten al pobre desgraciado que firma este artículo. En base a sus experiencias y situación personal (vive con su familia cuasi numerosa; tiene ya “una edad”; tiene obligaciones; no pertenece a ninguna “camarilla” twittera; no tiene Favstar ni ninguna otra de las muchas aplicaciones asociadas a Twitter) ha elaborado un listado de síntomas que señalan al paciente como “enfermo” de Twitter.

Todos los que estén usando compulsivamente (o más de la cuenta) el jodido Twitter se verán reflejados, si no en todos sí en muchos de los puntos que se enumeran a continuación. Dicho lo cual, a tuitear que son dos días (y si te gusta el artículo qué menos que retweetearlo, ¿qué no?).

1. Echarle un vistazo a Twitter es lo PRIMERO que haces al levantarte y lo ÚLTIMO que haces al acostarte.

2. Antes de que Twitter para móviles consignara las menciones, tenías el ordenador SIEMPRE encendido para verificar si había alguna; si lo tenías en otra habitación ibas de vez en cuando a comprobarlo (y hacías como que ibas al baño o al dormitorio “a por algo”). Cuando la nueva versión de Twitter para móviles corrigió este defecto te alegraste como si tu equipo hubiese ganado la Champions.

3 . Te da un SUBIDÓN cuando ves en la pantalla del teléfono el icono que indica que tienes una mención en Twitter. Estés con quién estés y haciendo lo que estés haciendo, tienes que comprobarla (con lo que tu nivel de buena educación/eficacia profesional se ve a la larga afectado). Miras el teléfono constantemente.

4. NECESITAS saber si tu tweet ha surtido efecto, esto es, si ha tenido éxito o no, y refrescas continuamente la pestaña de “menciones”. Clic… Nada… Clic… Nada Clic… Nada… Clic… Nada… Clic… Nada… Clic… Nada… Clic… Nada… Clic… Nada… Y así.

5. Si un tweet no tiene éxito (no ha sido comentado por nadie), aunque sea un miserable Fav, PRUEBAS Y PRUEBAS hasta que uno lo tiene; entablas conversaciones o te inmiscuyes en conversaciones ajenas para provocar la interacción. La interacción, las menciones, son la salsa del Twitter.

6. Ves la VIDA SEGÚN Twitter. Oyes conversaciones que dan para tweet, ves cosas que dan para tweet, sientes cosas que dan para tweet. Y, claro, escribes tweets basados en ellas.

7. Has pensado más de una vez “Tengo que AFLOJAR mi ritmo” o ya has estado alejado voluntariamente de Twitter unos días “Para ver si aguanto”. No has durado ni dos días fuera.

8. Te ha salido el aviso de “Has SOBREPASADO el límite de tweets, por favor espera unas horas”. Lo peor de todo es que en vez de asustarte te has cabreado y lo has intentado una y otra vez hasta que te han vuelto a dejar twittear.

9. Escribes MENTALMENTE tweets, maldices cuando se te olvida uno buenísimo y piensas “Tendría que haberlo apuntado”. Te planteas la posibilidad de llevar una libretita en el bolsillo para apuntarlos.

10. Has estado a punto de SALIR DE LA CAMA porque se te ha ocurrido un tweet buenísimo. Y si en vez de dormir acompañado hubieras estado solo lo hubieras hecho. No lo has hecho por vergüenza.

11. DEJAS DE HACER cosas importantes (entregar este artículo, asearte, comer decentemente, hablar con seres humanos…) o las retrasas por culpa de Twitter.

12. Cuando te sigue alguien con muchos seguidores sientes una especie de RESPONSABILIDAD y te agobia la posibilidad de no gustarle.

13. COMENTAS jugadas de Twitter en la vida real. Con gente que lo usa: “¿Viste el tweet que le puso @tetocatil a @alfonsoussia?”, “Sí, qué pasote” y así.

14. Twitter ha REEMPLAZADO a otras actividades que hacías para matar el tiempo: leer, ver la tele, navegar por Internet, recrear edificios históricos con miga de pan…

15. Temes que en tu trabajo alguien te DÉ EL TOQUE por usar Twitter. Tu pareja ya te ha dado el toque por usar Twitter. Repetidas veces. Y tus amigos. Twitteas a ESCONDIDAS.

16. Cuando usas el teléfono o el ordenador para otra cosa te JUSTIFICAS: “Oye que no estoy twitteando, contesto un email de trabajo” o “Estoy comentando con mi tía Pepita la foto que ha puesto en el Whatssap”.

17. Te han PLAGIADO algún tweet. En caso contrario, suspiras por que te plagien.

18. Sabes siempre que te preguntan tu NÚMERO EXACTO de seguidores.

19. Te ANGUSTIA que no haya cobertura.

20. Cuando vas al váter, ha dejado de ser un drama no tener lectura, Twitter HA SUSTITUIDO a tus tradicionales lecturas en el baño y el “Amadís de Gaula” se te está apolillando en el bidet. Lo mismo para tus desplazamientos en transporte público, en los que antes te era indispensable llevar algo que leer (¿para cuando cobertura en TODAS las estaciones, señores de Metro de Madrid?).

21. Has cambiado tus hábitos televisivo y ves programas ESPECÍFICOS que sabes que dan para jugosos debates en Twitter. En vez de ver los programas los twitteas.

22. Entablas relaciones de amistas “SÓLIDAS” con usuarios que no conoces y has ido o te planteas ir a un “sarao twittero”.

23. Entras a Twitter con la VOLUNTAD de estar “media hora como mucho” y al final estás tres “sin casi darte cuenta”. O seis.

24. Tuiteas caminando por la calle y has estado a punto de chocar con una farola, arrollar una anciana o morir atropellado. Tienes tendinitis en el manguito rotador del hombro y sospechas que es de tuitear.

25. OLA K ASE

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