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Nacional

19 de Julio de 2013

Arquitecto que perdió un ojo por balín de pintura de los pacos recurre al TC para evitar que su caso vaya a la justicia militar

A tres meses de perder la visión completa del ojo derecho por un balín de pintura disparado por carabineros en medio de la protesta estudiantil del 11 de abril, el arquitecto Enrique Eichin, recurrió al Tribunal Constitucional con el objetivo de evitar que su caso sea revisado por la justicia militar, como ha solicitado la fiscalía.

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El 11 de julio, a exactos tres meses del día en que perdió el 100% de la visión de un ojo por el impacto de un balín de pintura de Carabineros en la manifestación estudiantil del 11 de abril, el arquitecto de 58 años, Enrique Eichin, presentó un requerimiento al Tribunal Constitucional con el objetivo de que este organismo establezca que la querella presentada contra la institución en el séptimo juzgado de garantía de Santiago, por lesiones graves gravísimas, y para cual el tribunal podría ser declarado incompetente, siga siendo vista por la justicia civil.

La acción se da ad portas de la audiencia de incompatibilidad, fijada para el 19 de este mes, en que se analizará si la investigación debe traspasarse a la justicia militar como solicitó la fiscal a cargo de la indagatoria.

En el escrito, Eichin relata que participaba de la marcha por la educación y que, tras llegar a la Estación Mapocho, procedió a escuchar los discursos, para luego retirarse cuando se iniciaba la presentación artística en el lugar.

“Aquel día yo participé de la manifestación con mi pareja y su hija. A eso de las 13.30 horas (…) nos retiramos desde el escenario frente a la Estación Mapocho para asistir a un compromiso familiar. Cuando nos encontrábamos en la vereda norte de la esquina de la calle General Mackenna con Bandera, mirando hacia el sur, desde la calle Aillavilú apareció un piquete de Carabineros que se lanzó contra los manifestantes que se ubicaban por calle Bandera”, consiga el texto que relata que “los funcionarios policiales, sin estar yo efectuando ningún tipo de disturbio ni desorden, comenzaron a realizar maniobras disuasivas en nuestra contra, momento en el cual recibí en mi ojo derecho el impacto de un proyectil disparado por un efectivo de Fuerzas Especiales”.

“El funcionario que manipulaba el rifle de pintura era el único tirador en el sector y disparaba ráfagas indiscriminadas de balines. Fue él quien, a aproximadamente 30 metros de distancia, disparó el proyectil que impactó en mi ojo derecho. Luego del disparo, inmediatamente sentí que mi ojo estallaba y además comencé a sangrar profusamente”, señala el documento.

Tras ser herido, el profesional llegó hasta la Unidad de Trauma Ocular del Hospital Salvador donde fue sometido a dos intervenciones quirúrgicas, pese a lo cual perdió la visión total de su ojo. “El daño producido a mi ojo fue de extrema gravedad y he perdido totalmente la visión de éste, junto con sufrir fuertes dolores y estar en constante tratamiento médico. Actualmente me encuentro a la espera de que concluya el proceso de atrofia ocular (3 a 4 meses), para evaluar eventuales cirugías de inserción de prótesis. Con todo, hago presente que mi trabajo de arquitecto me exige una visión completa y, producto de mis lesiones al ojo derecho, en la actualidad estoy impedido de laborar adecuadamente”, sostiene la presentación.

Tras el debut de los balines de pintura el 11 de abril, Carabineros suspendió su uso hasta que un informe elaborado por la Prefectura de Fuerzas Especiales y el departamento de Derechos Humanos de Carabineros, conocido a principios de mayo, respaldó el uso restringido de estos elementos en casos de desórdenes públicos. La recomendación de la institución que se dispare hacia la zona inferior de los manifestantes.

EL CASO SALAS

Un caso similar al de Eichin afectó en 2008 al fotógrafo de la agencia de noticias EFE, Víctor Salas, cuando cubría las protestas que se desarrollaban el 21 de mayo.

Tras un juicio que duró cuatro años, la Fiscalía Militar de Valparaíso condenó al cabo segundo de Carabineros Ivar Barría Álvarez a 541 días de presidio por el delito de lesiones graves en contra del profesional. Al mismo tiempo, la sentencia estableció la pérdida del grado militar y el pago de las costas del juicio.

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