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14 de Septiembre de 2013

El hombre que transmitió el último discurso de Allende

  Vía Vice.com   Hoy se cumplen 40 años del golpe militar en Chile. Seguramente durante todo el día van a estarse escuchando y publicando fragmentos del último discurso de Salvador Allende despidiéndose de los chilenos, antes de que las fuerzas golpistas tomaran el Palacio de la Moneda. Para nosotros escucharlo es tan sencillo como buscarlo en […]

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Vía Vice.com

 

Hoy se cumplen 40 años del golpe militar en Chile. Seguramente durante todo el día van a estarse escuchando y publicando fragmentos del último discurso de Salvador Allende despidiéndose de los chilenos, antes de que las fuerzas golpistas tomaran el Palacio de la Moneda. Para nosotros escucharlo es tan sencillo como buscarlo en Youtube, pero para Guillermo Ravest era asunto de vida o muerte.

“Soy el periodista que aquel martes 11 de septiembre de 1973, desde el exterior de La Moneda, el palacio de gobierno chileno, recibí en mi emisora Radio Magallanes la petición urgente del presidente Salvador Allende: ‘Compañero Ravest, necesito que me saquen al aire inmediatamente’. Estuve hace 40 años en el lugar correcto y en el momento oportuno que me dictaba mi deber de periodista y de hombre de izquierda”.

Guillermo Ravest tiene 86 años, tres nietas y tres libros publicados. Mientras tomamos café cargado en su casa, cerca de Texcoco, el fin de semana pasado, me contó cómo fue el día del golpe, el exilio y los problemas que le acarreó demostrar que él y Amado Felipe sacaron al aire el discurso de Allende.

A este hombre el golpe lo encontró como director de Radio Magallanes. “Estábamos en una ratonera, era el sexto piso de un edificio a cuatro calles de La Moneda, podían habernos allanado en aquel momento, algo ocurrió, ¿qué? no sé, suerte, un creyente podría decir que es la divina providencia, pero no nos allanaron entonces. El equipo, esa quincena de periodistas y técnicos que estuvimos esa mañana del 11 en la radio, salimos indemnes, salvamos el pellejo”.

Desde la madrugada del martes 11 de septiembre ya se corrían los rumores del golpe de estado. Ravest me dijo que tenían tanto tiempo cantando el golpe en Chile que casi sintió un poco de alivio cuando al fin sucedió. Poco después de las ocho de la mañana comenzó la repetición del fragmento del Bando Militar (el mensaje que enviaron las fuerzas armadas) a través de diferentes emisoras: “La prensa, radiodifusoras y canales adictos a la Unidad Popular deben suspender sus actividades informativas a partir de este instante. De lo contrario recibirán castigo aéreo”.

A las 8:30 de la mañana Guillermo se reunió con el personal de Radio Magallanes y decidieron seguir transmitiendo. A las 9:20 comenzaron su hazaña periodística: sacar al aire las últimas palabras de Salvador Allende a pesar de las amenazas de los golpistas.

Desde temprano empezó la llamada Operación Silencio y sacaron del aire a dos estaciones de radio afines con Allende, Radio Magallanes era la última en pie. Con la amenaza de atacar por aire y tierra a quien le diera el micrófono al presidente, Ravest le dio la oportunidad a Salvador Allende de hablar por última vez con el pueblo chileno. “Por una casualidad que me honra en protagonizar yo estaba en la sala de los radio controladores de mi emisora, tomé el fono y me salió la inconfundible voz de Allende”.

—¿Quién habla?

—Ravest, compañero…

—Necesito que me saquen al aire, inmediatamente, compañero…

—Deme un minuto, para ordenar la grabación…

—No, compañero. Preciso que me saquen al aire inmediatamente, no hay tiempo que perder…


El último discurso de Salvador Allende, transmitido por Radio Magallanes.

“Sin sacarme la bocina de la oreja, y para que el mandatario me escuchara, grité a Amado Felipe —quien se encontraba al frente del tablero de control del estudio, a unos tres metros de distancia—: ‘Instala una cinta, que va a hablar Allende’ y a Leonardo Cáceres: ‘Corre al micrófono para anunciar a Allende’. Allende debe haber escuchado esos gritos y le pedí: ‘Cuente tres, por favor, compañero, y parta…’”

Una vez que terminó su discurso, Allende le dijo a Guillermo: “No hay más compañero, eso es todo” y sus palabras más que descriptivas fueron proféticas. Cinco horas después dio inicio la dictadura de Augusto Pinochet. “Cuídese, compañero…”, así se despidió Guillermo y esas fueron las últimas palabras que intercambiaron el periodista y el presidente.

Minutos después el drama continuó en Radio Magallanes. A las 10:27 de la mañana cortaron la transmisión, el equipo dedujo que los militares habían llegado a la planta transmisora. No sabían si sus compañeros estaban detenidos o asesinados.

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