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Opinión

18 de Octubre de 2013

Comunidad judía le pidió al canciller Moreno que Chile ratifique Convención Antidiscriminación de la OEA

La organización le allegó una carta al secretario de Estado en julio de este año, a pocas semanas de que la OEA aprobara el instrumento internacional que aún no es ratificado por Chile. El tono de la misiva -y su alcance- choca directamente con la enviada a mediados de septiembre por el arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, al Presidente Sebastián Piñera En ella el prelado pidió derechamente que el Estado chileno rechace el instrumento internacional, alegando que atenta contra lo principios cristianos, la familia, la libertad de educación y expresión, no sin calificar a la Corte Interamericana de Derechos Humanos como un organismo “politizado”.

Jorge Molina Sanhueza
Jorge Molina Sanhueza
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Cuando en abril de este año, en un rutina humorística, el Lagarto Murdock dijo en Chilevisión que los judíos eran mejor combustible que la leña, en la comunidad hebrea de Chile se acordó de inmediato realizar un reclamo. La acción fue respaldada por diversas figuras, como Julián Efelbein, y el profesional que manejaba la marioneta fue desvinculado de la estación televisiva. No era aceptable, se dijo en la ocasión, festinar con una catástrofe para los DDHH como lo fue el holocausto.

Especialmente sensible frente al tema de la discriminación, la Comunidad Judía de Chile (CJCh) decidió también intervenir este año cuando la OEA aprobó la Convención Interamericana contra el Racismo, la Discriminación Racial y Formas Conexas de Intolerancia, y la Convención Interamericana contra Toda Forma de Discriminación e Intolerancia, como señala su nombre oficial.

Fue en ese contexto que, tras varias reuniones de la directiva, se decidió en julio pasado entregar una carta al canciller Alfredo Moreno -desconocida hasta ahora- en donde le plantean que el Estado debiera confirmar instrumento internacional, cuestión que hasta ahora no ha sucedido.

“Estas normas, de singular importancia en las acciones contra la desigualdad y la discriminación, criterios que el supremo gobierno ha compartido, vienen a satisfacer una necesidad que cada día se hace más urgente en todo el continente y frente a la cual, estamos seguro que el país no puede restarse”, señala la carta enviada al secretario de Estado.

CHOQUE

El tono de esta misiva, como también su alcance, choca directamente con la enviada a mediados de septiembre por el arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, al Presidente Sebastián Piñera y revelada por este diario el 16 de octubre. En ella el prelado pidió derechamente que el Estado chileno rechace el instrumento internacional, alegando que atenta contra lo principios cristianos, la familia, la libertad de educación y expresión y que además se contrapone con la ley antidiscriminación chilena.

Asimismo, criticó duramente a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) calificándola de altamente “politizada” al haber fallado en favor de la jueza Karen Atala, quien fue discriminada judicialmente por ser lesbiana, en el marco de una causa por la tuición de sus hijas.

El documento enviado por Ezzati también incluyó un pormenorizado análisis crítico de la convención, donde la iglesia manifiesta su temor de que el Ministerio de Educación le quite recursos a los colegios bajo su égida, cuando se realicen actos que puedan ser leídos como discriminatorios.

METIDA DE PATA

El presidente de la Comunidad Judía en Chile, Gerardo Gorodischer, explicó que la decisión de enviar una carta al ministro Moreno, surgió de la necesidad de hacer presente una opinión, respecto de un documento que es de “vital importancia para el respeto a la diversidad y evitar la discriminación”.

“Yo creo que monseñor Ezzati dejó clara la posición de la iglesia, no puedo esperar otra cosa, porque la iglesia tiene parámetros bastante claros del tema. Y si bien es cierto la sociedad chilena en su mayoría es católica, en algunos temas no comparte esa visión que se conoció hace un par de días”, dijo Gorodischer.

En todo caso, aclaró que la relación que mantienen con la prelatura es de las mejores, pero que no por ello implica que siempre deben estar de acuerdo.

“Tenemos muchísimo respeto por la iglesia católica, pero en mi opinión particular no significa que esté de acuerdo. Chile es un país debe avanzar en la aceptación de la minorías étnicas y religiosas, grupos indígenas, también con la diversidad sexual. Si se avanza en ello tenemos una sociedad más enriquecedora, equitativa”, concluyó Gorodischer.

Pese a la carta, desde la Cancillería ni siquiera les han enviado un “recibido”.

Lea la carta de la Comunidad Judía

Carta a moreno

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