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Nacional

30 de Octubre de 2013

El silencioso camino a la privatización del Sótero del Río

A menos de un mes de la licitación que pretende concesionar la construcción, administración y mantenimiento del hospital de Puente Alto, el Fenpruss denuncia que el nuevo Sótero del Río tendrá menos camas, menos acceso a maternidad y que la medida no es más que insertar el lucro en la salud.

Ana Rodríguez
Ana Rodríguez
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El 14 de noviembre, a tres días de la elección presidencial, una licitación podría cambiar el destino del hospital Sótero del Río. El proyecto, llamado de reposición o normalización del hospital -que significa construir un hospital nuevo-, llevaba años en carpeta, hasta que el terremoto del 27 de febrero de 2010 aceleró los planes.

En esa fecha, el ministro de Salud envió un oficio al ministerio de Obras Públicas para que se reconstruyeran rápidamente los hospitales que habían resultado con daños por el terremoto. Entre ellos figuraba el Sótero del Río, que tuvo daños en el quinto piso, donde está la UCI, y que hoy está repuesto y operativo en un 100 por ciento. Fue en esa fecha cuando el proyecto de reposición agarró urgencia, decidiéndose hacerla vía concesión.
-Esto significa no sólo entregar la concesión de la construcción, sino que también la operación, la administración y mantención del hospital por quince años y renovable por quince años más -explica Roxana Guajardo, presidenta del Fenpruss del Sótero del Río.

Guajardo, acompañada de Sandra Olivares, coordinadora del Fenpruss de la Región Metropolitana y de María Eugenia Saavedra, secretaria del Fenpruss del Sótero, aseguran que en quince años un concesionario no alcanza a sacar dividendos, que se necesitan treinta a cuarenta años para que un consorcio se interese (por eso el carácter de renovable de la licitación) y que, aún así, construir un hospital por la vía tradicional es menos caro y no implica entregar la administración y mantención a un privado.

De la poca información que les ha llegado a los funcionarios, lo concreto es que con la implementación de este nuevo Sótero del Río, que se construirá en terrenos que ya compró el Estado al frente, por la misma avenida Concha y Toro, disminuirán las camas de 787 a 650. Además, la maternidad se reduce en un 50 por ciento.

Esta reducción es consecuencia de otros cambios que enfrentará el hospital: seguirá siendo un hospital de alta complejidad, pero ahora enfocado a algunas grandes patologías, como las cardiocirugías. Todas las patologías de mediana complejidad que hoy se atienden en el Sótero tendrán que hacerlo en otro hospital, probablemente el de La Florida, “así venga de Pirque, San José de Maipo, Casas Viejas. Y si una paciente que va a dar a luz se complejiza va a haber que trasladarla desde allá para acá”, dice María Eugenia Saavedra.

-La capacidad que va a tener el concesionario es de hacer un hospital más grande. 650 camas son las que se entregan al servicio de salud, pero la capacidad que tiene de hacer, va a ser de mil camas, porque probablemente la 651 va a ser un sobrecupo y la van a cobrar como cama clínica de clínica privada. Esto es un negocio porque obviamente este hospital nunca va a tener ocupadas menos de 650 camas. Además, el concesionario va a ser dueño de todo lo que está dentro del hospital- dice Guajardo.

Lo preocupante para las dirigentas del Fenpruss es que no existen experiencias previas en Chile con hospitales concesionados.

-La primera vez que se hizo esto fue con los hospitales de La Florida y Maipú, que fueron concesionados. Dijeron que se iban a demorar menos en construir y ha sido mentira, porque llevan más de cuatro años y aún no se entregan- dicen. En el espectro internacional no han habido buenas experiencias, dicen. Citan el caso de Inglaterra, donde aumentaron los reingresos de pacientes a los hospitales, porque les daban el alta precozmente para no pagar camas extra.

-Como profesionales de la salud estamos en total desacuerdo con la concesión hospitalaria, por el tema del lucro en la salud. Porque los costos de la concesión son más altos que construir un hospital vía tradicional. Toda esa plata que se va a pagar en subsidios y en dividendos, deberían invertirla realmente en los hospitales. Este hospital tiene asignada una población de más de un millón y medio de personas y le faltan camas, farmacias para entregar medicamentos, especialistas para terminar las listas de espera- explican.

Lo que pasa actualmente en el Sótero del Río no es caso único en el país. La misma situación enfrentan el Salvador Geriátrico de Providencia, el Félix Bulnes de Cerro Navia, el Marga Marga de Viña del Mar, y un “combo” en el sur, donde los hospitales de Curicó, Linares y Chillán están en la misma licitación. Quien se la adjudique va a construir -y administrar- los tres.

Como Fenpruss, piden que se dentenga la licitación de la concesión del Sótero del Río, programada para el 14 de noviembre. Que se entregue la información a la comunidad y a los funcionarios y que se construya el hospital por vía tradicional. Y que las decisiones no se tomen ahora, en época de elecciones.

-Nosotros queremos que construyan un Sótero nuevo, no estamos en contra de eso. Pero queremos que se invierta en este hospital. Este hospital tiene que ser más grande, por eso hay ahora infecciones instrahospitalarias, las listas de espera son de dos años. Pese a todo, las evaluaciones dicen que este hospital está haciendo lo que tiene que hacer- dice Guajardo.

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