Carlos Peña: “Hubo mayoría, pero no fue nueva, tampoco abrumadora, ni menos indicativa de un cambio radical”

Carlos Peña se refirió a los resultados de las elecciones de este domingo, planteando que el principal indicador de estas “es tan obvio que casi sobra subrayarlo: hubo mayoría, pero no fue nueva, tampoco abrumadora, ni menos indicativa de un cambio radical”.

En su columna de El Mercurio, el abogado expresa que los resultados constituyen una paradoja, dado que “quien ganó (Bachelet) perdió; y quien perdió (Matthei) ganó”.

“Y es que la política no es una cuestión puramente aritmética, algo que se mide por los votos; es sobre todo una cuestión sociológica que se mide por las expectativas. No son los votos los que fijan el baremo del éxito o del fracaso, sino los anhelos”, explica.

Asimismo, Peña señala que Michelle Bachelet presumió ganar en primera vuelta y obtener una mayoría “tan abrumadora que ningún obstáculo parecía serlo de verdad: las bases de la modernización cambiarían de manera radical; la Constitución sería un papel en blanco sobre el que se podría escribir todo de nuevo; la realidad social quedaría entregada a los designios de una voluntad colectiva radicalmente nueva”.

Sin embargo, el jurista expresa que “todos esos anhelos a los que la victoria en primera vuelta haría plausibles se han visto bruscamente frenados por la dura realidad de los votos”.

Tras ello, el columnista se pregunta si acaso tiene alguna posibilidad la derecha en la segunda vuelta. “Numéricamente, ninguna. Ideológicamente, muchas”, se responde.

“Y es que la segunda vuelta será un debate acerca del sentido de la modernización de Chile y, paradójicamente, acerca de lo que se ha construido en los últimos veinte años. Si hasta hace poco los debates presidenciales eran acerca de la dictadura, esta vez lo serán acerca de los últimos veinte años. Así, no es muy difícil imaginar un debate con los papeles cambiados: Matthei, defendiendo la modernización que empujaron los gobiernos de la Concertación, y Bachelet criticándola como el origen de todos los males”, indica.

En la misma inea, Peña asevera que en el balotaje “no cabe duda” que ganará Bachelet, pero agregando que “el discurso que hasta ahora traía (o consentía se dijera en su nombre) se morigerará poco a poco. El temor de enajenarse el centro (especialmente esos seis millones de personas que como un enigma mudo observan, sin haber votado, el proceso) privará de toda novedad a la mayoría que, así, no será, a pesar de los números, ni nueva ni aplastante”.