Secciones

Más en The Clinic

The Clinic Newsletters
cerrar
Cerrar publicidad
Cerrar publicidad

Opinión

3 de Diciembre de 2013

Las trincheras de los trabajadores para los 100 primeros días de Bachelet si vuelve al poder

Tanto la CUT como el sector de los sindicalistas “independientes” -liderados por los portuarios-, sostienen que los cambios comprometidos por el programa de Michelle Bachelet no deberán pasar del primer año de gobierno. “De lo contrario, el descontento social va a ser tan enorme que las movilizaciones del 2010 en adelante no van a ser nada”, advierte un dirigente del comercio. A eso se suma que los portuarios reclaman medidas más profundas que las comprometidas por el programa de la Nueva Mayoría, como el fin de las AFP y nuevo código laboral, lo que obligaría a la Central dirigida por Bárbara Figueroa a plegarse a movilizaciones, como se hizo el último 26 de junio.

Richard Sandoval
Richard Sandoval
Por

Hace tres semanas, un ampliado de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) decidió respaldar abiertamente la candidatura presidencial de Michelle Bachelet, con la participación de más de 300 dirigentes. Esto, en contraste con la actitud de la Central en las elecciones primarias (cuando sólo se restringió a llamar a votar) y la elección de primera vuelta, en la que señaló “convergencias programáticas” con la carta de la Nueva Mayoría.

Ayer, tras salir de la reunión con la ex Mandataria en el comando de calle Italia, la presidenta de la Multigremial, Bárbara Figueroa, venía feliz. La razón era que Bachelet había dicho “de su propia voz” que se comprometía a “revisar para cambiar el sistema de previsión de las AFP por uno mejor”, en una comisión integrada por expertos nacionales e internacionales.

El gesto de Bachelet hacia la histórica demanda del mundo sindical es fundamental para la CUT, debido a que el fin del sistema de previsión privado es también un reclamo central de gremios ajenos a la organización, como la Unión Portuaria de Chile, que el 26 de junio se manifestó en un masivo paro nacional, que se adelantó al del 11 de julio, encabezado por la CUT.

Si bien los sectores manejan planificaciones distintas para enfrentar el eventual primer año de un nuevo gobierno de Bachelet, concuerdan en que la movilización será la principal trinchera de los trabajadores para “cobrar la palabra empeñada” por la ex directora de ONU Mujer. Bárbara Figueroa, advierte que lo más importante para el próximo año es avanzar en las reformas, y “si eso lo tenemos que hacer desde la calle lo vamos a hacer”, pero señala que también se deben usar los mecanismos del diálogo y la negociación.

Figueroa es enfática en señalar que no desea divisiones con los sindicatos ajenos, y que la adhesión expresada ayer hacia Bachelet no compromete a la CUT a no salir a la calle, dejándola a otras organizaciones sin ligazón partidaria a la Nueva Mayoría. “Evidentemente tenemos nuestras propias convocatorias, pero también adherimos a otras que se han realizado. Y eso no nos complica, todo lo contrario, lo importante es avanzar. Uno desde el rol de la CUT y del movimiento sindical tiene que representar intereses de clase. Los tiempos actuales necesitan de los movimientos sociales que hagan la contra parte. Que se suponga por parte de algunos que el hecho de ser comunista va a incidir en la capacidad de lucha de la organización, es tener una mirada mezquina y antigua”, afirma Figueroa, precisando que se va a instar a una unidad de todo el movimiento sindical para conseguir las reformas laborales fundamentales.

Aunque la dirigenta precisa que no tiene contempladas fechas claves para movilizaciones, porque “no hacemos definiciones de maqueta, hay que ir viendo los escenarios políticos. Va a depender de cómo veamos la disposición para los temas laborales”; Arturo Martínez, secretario general de la CUT, cree que durante el primer semestre “hay que mostrar la fuerza de la CUT. Si las cosas se entraban, la CUT no debe vacilar en una convocatoria, porque una cosa son los compromisos y otra es lo que se hace. La CUT debe estar preparada para una buena convocatoria”. El dirigente socialista, y ex presidente de la multigremial, considera que va a haber movilizaciones durante todo el próximo año, “porque hay demandas postergadas y mucha gente va a pedir respuesta inmediata”.

Según Martínez, “lo que todo el mundo espera es que el primer año haya una buena señal al tiro en cuanto a las reformas laborales, y que se cumpla el fin del multuirut en los primeros 100 días”. A juicio de quien dirigió la organización entre 2000 y 2012, si no se promueven las reformas laborales durante 2014, “después se va a ir pasando el tiempo y va a ser muy difícil que se hagan; y nos va a obligar a movilizarnos”.

Martínez valoró que en la reunión sostenida ayer en el comando -en la que participó-, Bachelet reafirmara la idea de “terminar con los grupos negociadores paralelos a sindicatos, pisos de negociación para que los trabajadores ganen, extender beneficios sólo a trabajadores sindicalizados, el fin del multuirut y modernización a la dirección del trabajo para mayor fiscalización”.

En tanto, la Central tiene previsto su próximo ampliado para los primeros días de enero. En la instancia, se definirá el cronograma de trabajo para el “duro” 2014, el que incluirá fechas tentativas de movilización.

Trabajadores más estudiantes

Oscar Morante, asesor jurídico de la Unión Portuaria de Chile, participó de la organización del paro del 26 de junio que detuvo el tránsito en las principales esquinas del centro de Santiago y de varias capitales regionales. La manifestación, fue organizada por un “sindicalismo independiente, de base, que se plegó a respaldar la movilización de los estudiantes para generar una transversalidad a las demandas. La Unión Portuaria tomó la decisión de articularse con los estudiantes, de vincular a los primarios exportadores, mineros -a través de la Confederación de trabajadores del cobre-, portuarios y estudiantes, en un nuevo ciclo de lucha social”, señala Morante.

El abogado de la confederación de sindicatos, asevera que su sector está “consciente” de que un eventual gobierno de Bachelet “va a comenzar con la mayoría parlamentaria que permite realizar las reformas laborales y constitucionales”, pero que la apuesta es manifestarse por transformaciones profundas, algunas de las cuales no están contenidas en el programa de la Nueva Mayoría (nuevo código laboral y fin de las AFP), al que califican de “ambiguo” en materias laborales.

Por eso, señala que en cuanto a las manifestaciones “vamos a trabajar estrechamente con la CUT siempre y cuando sea sobre la base de reformas estructurales. No podría decir si va a haber caminos distintos con la CUT, pero efectivamente nos vamos a movilizar independiente de su la CUT lo haga o no lo haga”.

La Unión Portuaria de Chile, que cuenta con fuerte presencia de grupos libertarios ligados al Frente de Estudiantes Libertarios (FEL), va a tener su congreso programático durante diciembre, en el que se definirán las directrices de las movilizaciones para 2014. A priori, Morante no descarta movilizaciones en los 100 primeros días de gobierno de Bachelet, donde está contemplada la aprobación del fin del multirut en las empresas.

El movimiento sindical, que no está afiliado a la CUT, contará con el plus de que este año la presidencia de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (Fech), está en manos de Melissa Sepúlveda, militante del FEL, lo que dará “más fuerza a las convocatorias y mayor coordinación con el movimiento estudiantil”.

El retail

Por último, Manuel Díaz, Presidente de la Confederación Coordinadora del Comercio, avisa que si no se realizan las reformas laborales en el primer año del próximo gobierno, el descontento del movimiento social no tendrá límites.

La semana pasada, Díaz encabezó una comitiva que llegó hasta el comando de Bachelet a entregar su apoyo para la segunda vuelta. Sin embargo, el líder de los trabajadores del retail -quienes se retiraron de la CUT por diferencias con la ex dirección de Martínez-, aseguró que su rol será “cobrar la palabra empeñada. Nos vamos a movilizar como lo hemos hecho siempre. Hemos participado con los estudiantes incluso en el antiguo gobierno de la Bachelet, y no tenemos ni un solo problema para salir a la calle”.

El año pasado, el gremio también participó en el paro del 26 de junio organizado por los portuarios. “Ahora va haber una mayor unidad en el movimiento sindical, con la presidencia de Figueroa en la CUT; pero la Bárbara todavía no puede dirigir con tranquilidad, porque todavía quedan dirigentes antiguos como Martínez”, agrega.

Díaz, representante de 25 mil trabajadores, recalca que “ahora en el Congreso están las mayorías para los cambios, ya no estará esa excusa. Las reformas se tienen que hacer en 2014, porque si no, en el segundo año las movilizaciones van a ser muy fuertes, con un descontento social tan enorme que las movilizaciones del 2010 en adelante no van a ser nada, porque los trabajadores están tan enojados que no nos vamos a ir con la cola entre las piernas. Serán movilizaciones que sólo se vieron hasta antes del 1973”.

Notas relacionadas