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Poder

3 de Febrero de 2014

Analízame: 4 ministerios claves de Bachelet

Varios nombres conocidos, algunos independientes y un pequeño grupo que asume en carteras de reconocida dificultad. Ministerios que están en el ojo público, debido a las expectativas, y donde se jugará gran parte del programa de la Nueva Mayoría. Cuatro especialistas desmenuzan los ministerios más candentes del gobierno de Bachelet.

Por

Lo que se juega en educación

Francisco Figueroa*

Una de las ideas más poderosas que han defendido las protestas estudiantiles del último tiempo es que el estilo pequeño y egoísta de la política actual no es inherente a la política misma. Gran parte de lo que durante la transición nos ha parecido “natural”, nos recordaron las revueltas de 2006 y 2011, data de los autoritarios ’80 y puede perfectamente ser discutido: el culto acrítico al mercado, la reducción de la sociedad al individuo, la obsesión por privatizarlo todo. Así, paradójicamente, un frontal y masivo reclamo a la política termina ofreciéndole a la misma la posibilidad de superar los dogmas que la han paralizado por más de tres décadas.

Si la “Nueva Mayoría” consiguió perder menos votos que sus adversarios e imponerse en las pasadas elecciones, fue a condición de apelar a esa idea y presentarse como una alternativa capaz de traducirla en reformas. La propia Michelle Bachelet ha construido su popular imagen a punta de apropiársela y alejarse de quienes simbolizan lo contrario. A su vez, si en algo parece anidar una esperanza de revertir la desafección ciudadana hacia la política, para sacar a la democracia chilena de su agonía, es en que esa idea encuentre una demostración práctica.

En suma, su concreción parece la única vía plausible para salvar a la política democrática de su caída por el despeñadero. De ahí, precisamente, lo preocupante de los primeros pasos dados por el nuevo gobierno: no los orienta la convicción de que la política deba ser distinta, y al no hacerlo, poco ayuda a confiar en que pueda.

A la ambigüedad mantenida durante la campaña en torno a los temas más candentes para la sociedad chilena, se suma un gabinete compuesto, en su mayoría y en los cargos más relevantes, por políticos que se distinguen de los anteriores por su cosecha, mas no por su cepa. Aunque ninguno es tan reprobado como sus antecesores, sus perfiles y trayectorias –con pocas excepciones- los demuestran hijos ejemplares de la transición: inspiran tan poca fe en la acción pública como el entusiasmo con que ellos la han defendido, y si no han hecho mucho, no es por incapaces, sino porque se han formado en la idea de que no hay mucho que a la política le quepa hacer.

Quien sí hizo bastante, pero no en la dirección de lo que el país hoy plantea y la “Nueva Mayoría” dice querer avanzar, es el ministro de la cartera en que más se juega la salud de la política: educación. A diferencia de los colegas que lo acompañan en el gabinete, Nicolás Eyzaguirre sí tuvo en sus manos las riendas de un gobierno y en esa calidad fue uno de los responsables del que resultó monumento a la educación como bien de consumo, la ineficiencia y la genuflexión de lo público a los intereses privados: el Crédito con Aval del Estado.

Es inútil preguntarse por la “señal” que Bachelet deseaba dar con su nombramiento. (¿Desde cuándo interesa a la política comunicarse con lo que hay fuera de sus fronteras?). No son palabras –en política, por desgracia, está muy devaluada- sino acciones las que deberá emprender el nuevo gobierno para aspirar a la credibilidad. Por eso Eyzaguirre se equivoca si piensa que podrá congraciarse con el movimiento estudiantil a punta de performances. Conseguirá entrar en artificiales polémicas con El Mercurio y el minúsculo ABC1, pero no sentar las bases de una deliberación franca y razonable con la sociedad.

Como han planteado con claridad los estudiantes y múltiples actores educacionales, lo central de una reforma progresiva a la educación pasa por sacarla del espacio del mercado para llevarla a la esfera de los derechos sociales universales. Ello implica dejar de reducir la educación a una lucha por “retorno privado”, iluminar los demás ámbitos a los que esta contribuye y superar el carácter subsidiario del Estado.

El nuevo gobierno tiene todo el derecho a disentir de esas ideas. Pero no parece conveniente, por lo que está en juego para la política misma, que tome las banderas del reclamo social a la educación solo para disfrazar su divergencia. Sería refutar lo más esperanzador que contiene la herencia de los convulsionados años recientes: la saludable idea de que la política no tiene por qué ser, necesariamente, pequeña y egoísta.

*Fundación Nodo XXI – Izquierda Autónoma

Una reforma tributaria preocupante

Paul Fontaine*

“Alberto Arenas es una persona técnicamente muy preparada, un buen economista que estudió en la Universidad de Chile, con un posgrado afuera. Lo conocí el 91, cuando hicimos un encuentro de ingenieros comerciales. Es una persona, desde el punto de vista técnico, muy capacitada. Pero veo problemas en el tema específico que se refiere a la reforma tributaria y el balance estructural del Gobierno. No me gusta la forma en que se está haciendo porque, si bien tiene el objetivo de lograr mayor equidad, va a lograr dos efectos negativos: el primero es que, ante la perspectiva de una depreciación acelerada, las grandes empresas invierten más y se mecanicen, disminuyendo la recaudación fiscal de manera importante. En segundo lugar, se van a ver perjudicadas la pequeña y mediana empresa, que son menos intensivas en capital, llevando a aumentar los dividendos que pagan para poder pagar los impuestos que van a declarar. La propuesta no reactiva la economía, eso me preocupa.

Lo que debiese hacerse es eliminar la depreciación instantánea que Alberto Arenas propone, de esa manera inmediatamente aumentaría la recaudación. En segundo lugar, lo que yo haría, sería subir el alza de las empresas a 25%, pero manteniendo una exención sobre la reinversión de las primeras utilidades de las empresas, eso lograría que las empresas reinviertan y beneficiaría a la pequeña y mediana empresa, más que a la corporación.

Ahora bien, dentro de las propuestas de Arenas está la idea de una AFP estatal, pero consideremos el contexto: ahora la AFP Plan Vital, bajó la tasa a la cual van a cotizar los afiliados a 0,47% y eso va a beneficiar mucho a las personas que están entrando al mercado laboral y a los que se cambian de AFP para efectos salariales. Este cobro va a ser un golpe a la cátedra y hace que una AFP estatal no tenga cabida en el mercado, lo único que haría es perder plata del fisco, que es de todos los chilenos.

Y otra de las promesas de financiar una reforma educacional gratuita durante este Gobierno, eso no va a ser realidad. La reforma tributaria va a recaudar muchos menos recursos de los que anunciaron”.

*Ingeniero Comercial, Economista y empresario.

Las deudas de la democracia que el SERNAM deberá asumir

Por Claudia Dides*

Con expectativas se ha recibido el arribo de Claudia Pascual al SERNAM, quien señaló tras su incorporación al Comando de Michelle Bachelet, que “hay que avanzar respecto a las decisiones de ellas (las mujeres) y el respeto a sus vidas y a sus cuerpos”. En particular con relación al aborto, manifestó que “hay que despenalizar a las mujeres que abortan. No se puede seguir penalizando a aquella mujer que ha tenido que llegar a esa difícil decisión”.

Se trata de una visión que cree en un Estado laico que garantice el respeto de las libertades, y contrasta con el conservadurismo de las élites de los diferentes partidos políticos que ha impedido avanzar en temas relevantes para el cumplimiento de los derechos de las mujeres. Una ministra nombrada, además, por la ex directora de ONU Mujeres, que tendrá que aterrizar en Chile los desafíos que se impuso a nivel global mientras tuvo ese cargo. La agenda de género no ha sido prioridad, y por ello descansan en el Parlamento proyectos vinculados a los derechos sexuales y reproductivos, ley de cuotas y aborto terapéutico, entre otros.

Hemos vivido durante más de cuatro décadas bajo un estricto marco conservador, con una fuerte resistencia a los cambios, que ni siquiera ha tomado en cuenta los tratados que Chile ha firmado y ratificado a nivel internacional. La puesta en marcha de programas relativos a nuestros derechos también ha sido lenta y en muchos casos insuficiente.
La nueva ministra recibe un servicio con grandes desafíos, que implicarán la puesta en marcha de políticas públicas relevantes para los próximos 20 años en nuestro país. Por ejemplo, Chile no ha realizado una Encuesta de Fecundidad desde 1974. Un equipo de investigadores/as de nuestro Centro junto a destacados expertos, con el apoyo del UNFPA está trabajando en una propuesta que será presentada en los próximos meses al gobierno.

Uno de los mayores problemas sigue siendo la penalización del aborto en cualquier circunstancia, a pesar de las recomendaciones de la comunidad internacional. Las últimas ocurrieron este martes 28 de enero, al rendir Chile su informe ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra. Las preguntas por las políticas que el Estado chileno estaba implementando para despenalizar el aborto fueron numerosas.

La sociedad civil ha trabajado de manera consistente para lograr que los diferentes gobiernos transformen sus propuestas en leyes y políticas públicas. Es así como el Movimiento por la Interrupción del Embarazo MILES Chile presentó el año pasado dos proyectos de ley. Esperamos que el SERNAM recoja estas propuestas que han sido elaborados por reconocidos/as expertos/as y diversas organizaciones de la sociedad civil.

Chile cambió y requiere políticas públicas contundentes que garanticen diversas áreas del mundo social, por ejemplo, el acceso de mujeres a puestos de trabajo digno, con igualdad salarial; cambiar el sistema de pensiones que implica transformar las AFP a otro sistema digno y solidario; considerar los cuidados de salud domésticos que realizan las mujeres como un aporte sustantivo en términos financieros; profundizar y en algunos casos desarrollar políticas de transversalización de género desde el nivel central hasta el local; mejorar las políticas contra la violencia de género, incluido el abuso sexual; contar con una ley que garantice los derechos sexuales y reproductivos.

Los desafíos que tiene la nueva ministra de SERNAM son grandes y exigentes, puesto que debe lidiar con los déficits democráticos en relación con las demandas históricas de las mujeres, así como con las voluntades políticas que muchas veces han retrasado o rechazado políticas públicas acordes con las transformaciones sociales que ha vivido el país. Pero, además, estará siendo observada por una sociedad civil más activa y consciente de sus derechos, que tiene un capital acumulado y que está dispuesta a colaborar, en la medida que se acojan las demandas que la ciudadanía ha exigido durante muchos años. Hoy día la frase “en la medida de lo posible” no es una excusa.

*Directora Centro de Estudios Sociales y Opinión Pública
Universidad Central de Chile

Una cancha más equilibrada

Manuel Antonio Garretón*

“Desde el punto de vista de una jefatura política, Rodrigo Peñalillo cumple absolutamente con todos los requerimientos de alguien que tiene manejo, conocimiento y que es, además, la expresión política más cercana y fiel de la presidenta. Situación que los problemas que se han presentado otras veces entre el presidente y el ministro del Interior que, al pertenecer a otro partido, si bien siendo leal, tienen visiones que de algún modo son distintas. Desde este punto de vista las visiones se equiparan. Uno puede estar seguro que en la jefatura de gabinete se implementarán las orientaciones y las visiones que provienen de una presidenta con gran liderazgo.

Lo que ha mostrado hasta el momento Rodrigo Peñailillo es una gran coordinación y una gran capacidad de fijar orientaciones, siempre en una línea de asesorías. Es un hombre de la política y que ha tenido además experiencia como gobernador, lo que es bastante interesante, porque se acerca más a la otra parte del ministerio, tiene que ver con temas de seguridad y orden público.

Con respecto al conflicto mapuche hay dos problemas, el primero de orden público, en el cual Michelle Bachelet se comprometió a no aplicar la Ley Antiterrorista y por lo tanto el problema de la Araucanía no se puede resolver solo en términos de seguridad pública, sino con una política de mucho más largo plazo que signifique la autonomización de los pueblos indígenas, con capacidad de gobierno propia, de resolución del problema de tierras y con el reconocimiento como una nación dentro de un estado plurinacional. Yo creo que eso la presidenta lo tiene claro, lo aprendió en su primer mandato. Si bien se aplicó la ley antiterrorista bajo el gobierno previo de Bachelet, fue una política completamente errada de la Concertación y se ha reconocido el error. Esa es justamente la garantía de que no se aplicará ahora y nunca más.

Sobre las demandas de los movimientos sociales, en particular de los estudiantes y la educación, el ministro del Interior va a tener que enfrentar los temas relativos a las movilizaciones. Tengo la absoluta seguridad que no se van a cometer los enormes errores que cometió el gobierno de Piñera, respecto de no entender el sentido de las demandas, de tratarlas con una retórica dura y de forma estrictamente represiva, eso terminó con varios ministros de Educación y con una crisis general en el gabinete. Creo que estamos en presencia de un Gobierno que, a través del ministerio del Interior, va a enfrentar los temas de movilizaciones desde el diálogo. Peñailillo va a devolverle al Estado la capacidad que tiene de enfrentar esos problemas, capacidad que ha sido entregada enteramente al mercado o a los sectores privados. El Estado tiene la misión, en los conflictos sociales, de velar por los sectores más desfavorecidos, menos organizados, con menos poder mediático y, por lo tanto, con menos capacidad de presión.

El Estado tiene la misión de balancear a favor de los sectores más vulnerables cuando se producen los conflictos sociales, eso es lo que se espera de un Gobierno que quiere ser ciudadano: resolver problemas a través del diálogo y no dejando que se deterioren y que siempre se ejerza el poder del que tiene la propiedad, los medios de comunicación o los recursos. Vamos a pasar a una nueva etapa en que la cancha va a estar más equilibrada”.

*Sociólogo. Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales.

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