Psiquiatra del SML Italo Sigala analiza las sectas en Chile y el aumento de patologías como el delirio místico

-¿Cuál es el cuadro del delirio místico, y cómo se desarrolla?
-Implica una convicción irrefutable, exenta de toda duda, de que algo nuevo le ha sido revelado a una persona por la divinidad, y que se posee la misión de darlo a conocer en un marco de superioridad y claridad conceptual que todo lo explica. La persona se siente superior a todo el resto de los seres humanos, se impregna de una emoción de éxtasis fascinante que la embarga por ser partícipe de esta revelación divina y de la experiencia mística que incluye visiones o acontecimientos fenoménicos proféticos o milagrosos. En relación al entorno vital desaparece toda duda y medición de riesgos. Tenemos casos en que hay muertes de por medio. Hay abandono de las formas de vida, sus estilos de vida pasan a ser supérfluos y vacíos. Los estilos de vida corrientes de la sociedad pasan a no tener significado y se adoptan comportamientos comprometidos en su totalidad con el mensaje sagrado.

-¿Los delirios perduran las 24 horas del día o son ocasionales?
-Existe de todo. Hay delirios místicos en personas esquizofrénicas, paranoicas, o en las que tienen un desarrollo paranoide. En esquizofrénicos pueden ser ocasionales, porque estos tienen delirios que no son organizados. En cambio, los delirios en un desarrollo paranoide, que es el existente en el caso Pirque, o en la secta Colliguay, son crónicos. Están las 24 horas en función de eso.

-¿Cuál es la diferencia con el delirio mesiánico?
-No todos los místicos son mesiánicos, se le agrega un componente de que se le ha elegido para una misión. Hay una sensación de divinidad, en la que, por ejemplo, a la persona se le encomienda rescatar a la humanidad con poderes especiales, o entregar un mensaje divino. Existe la certeza de que dios lo ha favorecido para ser instrumento de él y hay una identificación con el mesías. Se siente como un salvador o un profeta con convicción de santidad o grandiosidad personal.

-Ramón Castillo, conocido como Antares de la Luz, ¿sufría de delirio místico?
-Es altamente probable, por lo que vi en la prensa me dio la impresión de que era un desarrollo paranoide. Este viene de la personalidad del individuo, que tiene necesidad de superioridad y de poder, de llamar la atención, tiene problemas con el autoestima, y en un momento dado comienzan a aparecer los delirios y las significaciones anormales.

-¿A qué se refiere con significaciones anormales?
-Hay dos procesos mentales que son muy importantes, uno es la percepción y otro es la representación. Percepción es lo que tú observas, por ejemplo, un lápiz es una percepción directa. Y una representación es un “recuerdo de”, puedes recordar la mesa de tu oficina. Cada percepción tiene una significación asociada, entonces si ves un lápiz, lo asocias a escribir, hay una constelación de asociaciones normales que tú tienes con el lápiz.
Lo mismo en una representación, tú te acuerdas de la mesa, y hay significaciones normales, las que son irrefutables. Nadie te podría hacer dudar de que el lápiz sirve para escribir. Pero en el delirio ocurre que aparece una significación anormal con la misma certeza que se tiene de la normal, y si te lo cuestionas, la persona se va a indignar.

-¿Que tipo de significaciones anormales conoce?
-Una vez trabajé en un caso de delirio místico mesiánico. Aquí la persona sentía contracciones uterinas, y tenía la certeza de que era la mano de dios la que manejaba su vientre para conducir el parto. La guagua no era su hijo recién nacido, sino que era cristo, como para Antares era el demonio. Cuando sangraba, decía que era la sangre de dios, y si sentía ramas que se movían con el viento, pensaba que esa era la presencia de San Francisco y los santos.
Esas son percepciones deliroides o delirantes.

¿Cuál es la distinción entre percepciones deliroides o delirantes?
-El delirio tiene la característica de ser irrefutable, no se puede cuestionar. Las percepciones con significación anormal dan lugar a apreciaciones deliroides o delirantes. Las deliroides provienen de la personalidad, del afecto, mientras que las delirantes son más fuertes, porque se altera la biología de la persona. Es más grave, violento y pueden llegar a tener alucinaciones.

Imputados secta de Colliguay

-¿Por qué estas personas con desarrollo paranoide tienen tanta gente que los sigue y les cree?
-Porque la personalidad no se les altera, ni se destruye. Los líderes llegan a tener tanto arrastre porque el delirio solo toca una parte de la persona, que queda encapsulada, escondida. Entonces el individuo puede comportarse de manera totalmente normal, y como está tan convencido de su delirio, cuando lo transmite logra una convicción extraordinaria. Eso hace que tengan adherentes y los sigan.

-¿Los seguidores de las sectas tienen algún trastorno?
-Algo así, porque son personas sugestionables que caen con personas que son convincentes. Tienen autoestima muy baja y problemas de valoración. A veces se enamoran de su líder, o encuentran el conductor que buscaban para su vida, llenan su vacío existencial. Se sienten valorados, pues nunca han tenido una buena inserción social, no tienen autonomía ni independencia. En las sectas pueden pasar piola, disfrazar sus fallas ante la sociedad, pero también hay muchos psicópatas que nunca han delirado, y solo son grandes farsantes.

-¿Cómo se diferencia un psicópata de alguien con desarrollo paranoide?
-El psicópata saca provecho personal, en el delirio la persona cae muchas veces en cosas que van en su contra. Por ejemplo, Jim Jones, líder de una secta que se suicidó junto con sus casi 900 seguidores. El mismo Antáres, si no se ahorca podría haber pensado que era un psicópata. Su personalidad era de alguien tímido, introvertido, medio nerd, que calza con el desarrollo paranoide.

-¿En el último tiempo ha existido un aumento de esta patología en el país?
-Sí, hay un aumento general en el mundo porque hay vacíos espirituales, debido a la tecnología, y al descrédito de las iglesias, sobre todo la católica. El hombre necesita tener una realización en lo espiritual, entonces necesita tener estas sectas. Los censos han ido demostrando que la adherencia a la creencia religiosa ha ido bajando de forma impresionante y el ateísmo ha ido subiendo.

-¿Qué tan peligroso es convivir con personas que sufren de esta patología?
-Puede ser muy peligroso, o no tanto. Me acuerdo una dentista, absolutamente normal, que tenía sus clientes, ganaba dinero, pero tenía un desarrollo paranoide con respecto a cosas religiosas y nadie se daba cuenta, pero si le tocabas el tema comenzaba a delirar. Eso no es peligroso. Pero en el caso de conductores de secta es grave porque llegan a extremos, como no buscar atención médica.

-¿Cuál es el tratamiento que se les da a estas personas?
-Tratamiento francamente no existe. Es muy difícil porque la persona no se da cuenta de que está enferma. La que tiene desarrollo paranoide nunca va a consultar por su cuenta a un médico, menos si tiene tantas satisfacciones, y es el líder de un grupo. A algunos se les podría dar pastillas, pero el pronóstico no es bueno, y si se les interna, apenas salgan volverán a lo mismo.

-¿Qué opina del sistema público en este tipo de patologías?
-Muy mala cobertura, no hay incentivos para lo profesionales, las remuneraciones son malas. La psiquiatría es vista como muerte social, y el paciente psiquiátrico más aún. El hombre a lo que más le teme es a perder su identidad, le teme a la muerte y a volverse loco, por eso el paciente es negado como la muerte.

-¿Considera que electroshock sirve como medida de sanación?
-Como tratamiento de primera línea no lo recomendaría, aunque a veces es milagroso con personas que tienen alto riesgo suicida con depresión endógena. Produce deterioro cerebral, a no ser que sea hecho en condiciones ideales que aquí en Chile no se pueden dar.

¿Y la medicina alternativa?
-Algunas son muy recomendables como la reflexología, pero la homeopatía la descartaría porque nunca se han hecho pruebas científicas de que funcione. Mientras no hagan esos trabajos no podemos decir que sirvan. El último tiempo he indicado menos medicamentos, y he pedido que coman de forma sana, y que hagan deporte, eso mejora el ánimo.