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Humor

2 de Marzo de 2014

Diez cosas que nos enseñaron en el colegio y que no sirvieron de absolutamente nada

Llegó marzo y con ello la tortura de las pruebas, la asistencia y las levantadas a las siete de la mañana. Las acostadas temprano, las duchas obligatorias y la cuarta versión de una teleserie de desencuentros entre Mane Swett y Zabaleta. Pero el regreso al colegio, no sólo viene con carga académica, pues gracias a Dios aún permanecen profesores chantas que te harán la vida más fácil, aunque sea sustentando un sistema educacional flojo-flojo-flojo. A continuación, las antiguas prácticas pedagógicas que no puede descubrir la OCDE, y que muchos aún siguen usando.

Por

Lenguaje

Cuando Lenguaje aún se llamaba Castellano y Chile quería con el alma a la Concertación, los profesores de letras, que en su mayoría eran Normalistas

Ciencias Naturales

HACER CARPETAS es una de las actividades académicas más mentirosas de la historia. Fueran sobre las células, el sistema digéstivo o los árboles, las CARPETAS como tipo de trabajo consistían en copiar -nuevamente COPIAR- lo que algún libro viejo, lámina de librería o recorte de zig-zag dijera sobre lo solicitado. Entonces, la calificación dependía de lo bonita que fuera la letra, la limpieza de las hojas, o la CANTIDAD DE PÁGINAS. Un acuerdo tácito de mediocridad entre docente y educando.

La baja calidad de la educación llegó a su peor nivel cuando el computador comenzó a masificarse. En ese momento, los compañeros más pudientes se limitaron a imprimir la materia directamente desde la Encarta. Así, el esfuerzo sólo consistía en corchetear las hojas e ir al negocio de la esquina a comprar una carpeta. Los más embaucadores ni siquiera le sacaban esa parte que decía CONTENIDO DE ENCARTA 2000 TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS. Modernidad habrán dicho los profes. Grandes tiempos para los flojos.

Un Siete

Prueba coeficiente 2: Hacer un átomo con plasticina. Allá usted si lo entiende.

Inglés

Como un mutuo acuerdo entre profes flojos y alumnos pajeros, las clases de inglés de hace unos años lo que menos hacían era enseñar inglés. Más bien, servían como un ejercicio de expresión corporal, donde el mayor desafío era atreverse a cantar una canción con la letra en la mano, o a disertar sobre Newton, Picasso o Pablo Neruda. En aquel mágico acto de disertar, en que no querías quedar como weón frente a la mina/mino que te gustaba, la clave estaba en el He was born. Si recordabas esas tres palabras mágicas, luego no tendría dificultad leer todo en las fichas que llevabas en la mano y aplicar talento y simpatía para hacer creer que te lo sabías. Aún así, sabiéndotelo todo, igual no aprendías nada más que reforzar la memoria a corto plazo.

Si en lugar de papel craft usabas cartulina, un siete.

No faltaba lx compañerx que se ponía nerviosx y no disertaba, porque le daba pánico escénico. ¡Cómo si fuera la Quinta Vergara! Bacán.

Prueba coeficiente 1: Cantar Hotel California

Prueba coeficiente 2: Cantar Angel enamorado en grupos de 4

Educación Física

Salvo en colegios que tuvieran un equipo de profesores de educación física, divididos entre profres corrientes y encargados de selecciones deportivas, en el resto de la nación son la mayoría los que al inicio de la clase se limitaban a entregar esta orden: Corran.

O en su defecto: jueguen a la pelota.

Ambas actividades se transformaban en la antítesis de la educación física. El trote, chantete, se hacía echando la talla, parando cada cinco minutos, pegando guates y patás; o lisa y llanamente echándote en una colchoneta hasta que el profe reapareciera con el libro en la mano.

El jugar a la pelota, en tanto, devenía en la misma pichanga del recreo o en “el 25”, estilo que -como sabemos- no ha sido validado por la Fifa.

Música

Para el sistema educacional chileno, pareciera que la flauta dulce es el único instrumento que existe. Y la canción de la alegría, el único hit clásico interpretable. De esa forma, millones de niños pasaron cientos de horas babeando aquel aparato y haciendo la mímica de tocarlo, mientras los ensayos los salvaba la dupla de músicos del curso, quienes también le hacían a la guitarra y al bajo.

Los rematados de flojos, en tanto, elegían tocar el metalófono, probablemente el instrumento más fácil de tocar de la historia.

Prueba Coeficiente 1: Fabrica tu propio instrumento musical.

La mitad del curso llega con maracas. ¿Aprendizaje? Echarle arroz/monedas/arena a una botella.

Prueba Coeficiente 2:

Historia y Geografía

En la básica, el ramo de Historia y Geografía se confunde con el de Técnico Manual, que con la posmodernidad devino en Tecnología. Calcar mapas, recortar fichas de Arturo Prat y Bernardo O’Higgins, son tareas manuales y meramente funcionales que perfectamente pueden desempeñarse en el ramo amigo, pero no. Antes de la reflexión, la Patria se aprende a amar con tijera y stick fix.

#Paribeth

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#castellano#Colegio#marzo

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