Opinión
5 de Marzo de 2014Ximena Rincón, la encrucijada de Bachelet en La Moneda
Revisar la historia pública de Ximena Rincón es hacer un repaso de la propia historia de la Democracia Cristiana. “Guatona” -los conservadores del partido- al inicio de la Concertación, poco a poco se fue transformando según fueron cambiando los tiempos. En ese largo camino, se convirtió en el principal capital político de su partido, para lo que debió dar un giro al progresismo, lo que la ha llevado a chocar de frente con quienes hoy controlan la tienda. Con ese peso, la líder del “Ximenismo” se prepara para asumir la Segpres, plataforma que usará para cimentar una nueva candidatura presidencial, esquema incoherente con lo que ha sido hasta hoy el bacheletismo. Esta es la historia y desafíos de la controversial protagonista de las primeras semanas del nuevo gabinete. El perfil de una mujer que brilla con luz propia.
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Las primeras semanas como ministra designada han sido memorables para Ximena Rincón, la futura Secretaria General de la Presidencia. Tras ser nominada el viernes 24 de enero, la senadora dio sendas entrevistas a medios de comunicación, saliéndose de la hermética estructura con que trabajaba hasta ese momento el equipo político de Michelle Bachelet. Al día siguiente de su nombramiento, Rincón ya daba una entrevista a La Tercera. El domingo, otra a El Mercurio y, por la noche, la última del fin de semana: en Tolerancia Cero. “Si fuera por comodidad me hubiera quedado de senadora”, dijo en Chilevisión, donde además insinuó que su horizonte presidencial sigue vigente de cara al 2017: “La Presidenta me invitó a un desafío conociendo mi trayectoria, no invitó a una desconocida. Sabe perfectamente quien soy”.
La performance siguió en medio de las tres semanas de receso, cuando declaró que la polémica por los subsecretarios cuestionados sería zanjada a partir del 24 de febrero, al regreso de Bachelet. Fuera de todo protocolo, Rincón ejercía una vocería, bypaseando a Álvaro Elizalde y Rodrigo Peñailillo.
Al regreso, y cuando la guerra estaba desatada en la Democracia Cristiana por ocupar el puesto que deja vacante en la Cámara Alta, en otra entrevista en El Mercurio, sorpresivamente tomó partido por un candidato, Mariano Fernández, descolocando a la tienda. A esto, sumó que su intención es viajar al Maule a recuperar su sillón parlamentario al término del gobierno de Bachelet.
El alto nivel de exposición, y el desorden que fomentaron sus palabras en la Nueva Mayoría, -con respuestas de Jorge Pizarro e Ignacio Walker incluidas, quienes ni más ni menos serán sus interlocutores en el Congreso- son reflejo del factor Ximena Rincón, mediático, ansioso e incontrolable, como señalan desde el bacheletismo. Tras reunirse con el ministro Andrés Chadwick en La Moneda, el jefe político de Bachelet, Rodrigo Peñailillo, debió salir al paso confirmando una obviedad, como es que la ministra se mantendrá trabajando para la Presidenta hasta que conserve su confianza. Durante esa semana, fueron varios los encuentros en privado entre Peñailillo y Rincón en calle Tegualda.
La nueva ministra Segpres es, sin dudas, el bicho raro en el hogar que Michelle Bachelet construyó el año pasado en su comando, donde las confianzas y lealtades estaban aseguradas con su entorno más íntimo. Ese que cultivó en Nueva York, donde la acompañó Paula Walker -nombrada directora de la Secom- y Paula Nárvaez -futura jefa de gabinete de la Presidencia-. Ese donde Rodrigo Peñailillo y Alberto Arenas -Interior y Hacienda- cumplen con estricto rigor con los parámetros fijados por la ex directora de Onu Mujer para el ejercicio del poder: discreción a ultranza y carencia de agenda propia.
Según la última encuesta Cadem, la ciudadanía percibe a Rincón como la ministra del equipo político más influyente, con un 16%. En la misma medición, aparece como la más conocida, con un 75%, popularidad insólita para un jefe de la cartera de Segpres, creada en 1990 con motivo de la transición, y cuya furtiva tarea consistía en coordinación de la presidencia con el resto de los ministros y parlamentarios. Así es como el cargo ha sido ocupado tradicionalmente por personeros de bajo perfil, y sin proyección presidencial, características esenciales para mantenerse en ese puesto. Las estadísticas hablan por sí solas: Desde su origen, los únicos dos ministros que se han mantenido durante todo el período en el cargo son Eduardo Boeninger, en el gobierno de Patricio Aylwin, y Cristián Larroulet, en el de Piñera.
Boeninger, ideólogo de la Concertación, es el emblema de la Segpres y su reserva fue crucial en el éxito de los primeros años democráticos. Larroulet, en tanto, se ha convertido en casi un secretario de Piñera. En sus antípodas, Rincón aparece desde antes del inicio del gobierno, como figura central del gabinete en cuanto a popularidad. Su factor, además, rompe el equilibro de las figuras presidenciables hacia el 2017, ya que mientras Carolina Tohá mira su colorido despliegue desde la Municipalidad de Santiago, Ricardo Lagos Weber lo hace desde el Congreso.
Del Patito feo al Ximenismo
Cuando chica, Ximena Rincón se sentía patita fea. Según una entrevista que dio a la revista Paula en enero de 2012, “me peinaba con un pinchecito. Era como muy nerd”. Tres meses antes de esas declaraciones, en las pantallas de La Red, en horario prime, la senadora democratacristiana había roto todos los esquemas y, por supuesto, dejado en el absoluto olvido el complejo de inferioridad. En el programa Mentiras Verdaderas, Eduardo Fuentes le preguntó como por obligación: “¿Usted está dispuesta a presentarse de candidata a Presidenta de la República, representando a la democracia Cristiana?”. Lejos de zigzaguear, Rincón, nacida el 5 de julio de 1968 en Concepción, dio una muestra paradigmática de su renovado carácter, tras años de trabajo en diversas reparticiones públicas:
-Sí, yo estoy dispuesta a ser candidata. Me encantaría a estar en a la papeleta. Es un desafío que a mí me convoca.-respondió-.
-Le agradezco, no se dio ni dos vueltas en decirlo- devolvió estupefacto Fuentes.
Había aprendido a adaptarse, máxima de su vida pública.
Veintitantos años antes de sorprender a la mesa de la Democracia Cristiana con la noticia de su candidatura, Ximena Rincón formaba parte de la directiva del Centro de Alumnos de Historia y Geografía de la Universidad de Concepción, casa de estudios en la que fue encargada de finanzas de la DC universitaria. Desde esa plataforma, se sumaría activamente a la lucha contra la dictadura a través de la Asamblea de la Civilidad, presidida en la Octava Región por Mariano Ruiz-Esquide, histórico falangista que sería clave en el giro que daría su carrera décadas después, cuando con un corte progresista alzaría su voz para desafiar a Claudio Orrego y disputar la presidencia de la República.
Pero antes de su explosivo reto a Orrego, el patito feo tendría que luchar por brillar con luz propia en el árido mundo de la alta política, poco acostumbrado a elegancias y sutilezas. De sus primeros pasos rebeldes en las calles de Concepción, Ruiz-Esquide recuerda que “ella era igual que ahora, inteligente, decidida, rápida, audaz, valiente. Era estudiante y participó de la juventud DC y la Asamblea de la Civilidad, que integraba a trabajadores, gremios, profesionales y estudiantes. Los de la Universidad de Concepción y el Bío-Bío hacían mucha fuerza, y ella estaba en primera línea. Era una muchacha que tenía capacidad de liderazgo, y la expresaba en la forma en que lo hacíamos todos, saliendo a la calle, paralizando Concepción, lo que hicimos juntos varias veces, y también hablando y dirigiendo. Es una gran dirigenta política. Ella no oculta su opinión”, opina el senador como augurando que Rincón es la única carta que la Democracia Cristiana tiene para echar mano en los próximos años.
Esa búsqueda por la primera línea no la abandonaría jamás. Su permanente ascenso -rango característico de su carrera política- siguió en Santiago, en 1990, año en que llegó a la Universidad de Chile a terminar los estudios de Derecho que había iniciado en la Católica de Concepción. Allí, ya casada con Juan Carlos Latorre -diputado desde 1989 e influyente dirigente falangista del sector conservador de “los Guatones”- también llegó al centro de alumnos, como recuerda el democratacristiano Sergio Espejo, quien antes de ser su rival en las primarias DC (fue jefe de campaña de Orrego) fue su compañero de escuela. “La recuerdo como vicepresidenta del centro de alumnos, era en verdad bastante activa y reconocida. Era una buena dirigenta, formaba parte del equipo que teníamos en ese momento los democratacristianos en la universidad”.
En una entrevista concedida a Revistanos, en 2008, contó cómo usó su tenacidad, rasgo inherente de una mujer de signo cáncer, para conquistar al “Caco”: “No me pescó, porque yo era muy chica -tenía 17 años- pero ahí lo conocí. Nos presentó Andrés Rengifo, otro dirigente de la época. Yo le seguí la pista, porque al año siguiente salió detenido por la Asamblea de la Civilidad (él fue uno de sus dirigentes y también Pdte. del Colegio de Ingenieros en ese entonces). Nos reencontramos en 1988, durante la Cruzada por la Participación Ciudadana. Él era director ejecutivo y a mí me reclutaron como monitora; ahí nos pusimos a pololear”, recuerda.
Tras salir de la Universidad, el camino de Ximena Rincón hacia el poder tuvo un receso. Fue el tiempo de los hijos (Valentina, ex secretaria general de la Feuc por el NAU, Juan Pablo y Juan Carlos), como señala Ruiz-Esquide, el senador que terminará el 11 de marzo como el más cercano a la parlamentaria.
Sin embargo, con el gobierno de Ricardo Lagos, Rincón, aún fuertemente ligada a “los Guatones”, volvería a las portadas a las que siempre perteneció. Tras haber ejercido como directora nacional de la fundación PRODEMU en el gobierno de Frei, asumió como Superintendenta de Seguridad Social, cargo en el que estuvo cinco años antes de ser nombrada Intendenta, donde hizo historia como la primera mujer en la jefatura del gobierno regional. Fue en ese 2005 donde catapultó su nombre como el más importante de lo relevos en la DC, derrotada tras la bajada de Soledad Alvear de la carrera presidencial.
Pero no sólo buenos ratos le trajo la Intendencia, ya que al final del período se vio envuelta en una polémica a raíz de la matanza de decenas de perros vagos en los alrededores de La Moneda. La “limpieza”, obedeció a evitar el riesgo de contagio de rabia en los miles de personas que se reunirían para recibir a Michelle Bachelet tras el cambio de mando de 11 de marzo. Esa fue la justificación que dio en 2006 el Seremi de Salud, Mauricio Ilabaca, a quien Rincón responsabilizó en una entrevista a LUN en diciembre de 2012. En plena precampaña presidencial, Rincón salió limpiar su nombre luego de que en reiteradas ocasiones la llamaran “la mataperros” en redes sociales.
Aunque no mató perros, en ese mismo 2006 quedaría marcada por otra decisión que hasta hoy muchos no olvidan: su paso al mundo privado, luego de asumir como Directora Autónoma e Independiente (“no posee acciones ni vínculos con la institución”, aclara su sitio web) de AFP Próvida. En la época, recibió fuertes cuestionamientos éticos, incluso de sus camaradas. La diputada Alejandra Sepúlveda, declaró que “no es casualidad que cuando vamos a ver una reforma previsional, que va a ser uno de los ejes importantes de este Gobierno, dos personeros, como (José Antonio) Viera-Gallo y Rincón, pasen a ser partícipes de ese tipo de empresas”. Sepúlveda agregó que el caso de Rincón era grave porque ella fue superintendente y “maneja información, tiene vínculos importantes en el Gobierno, y eso no es bueno para el país”.
La aludida se defendió, en 2008, diciendo que “la verdad es que no me arrepiento, era una tremenda oportunidad, es una empresa de seguridad social que administra beneficios de seguridad social”.
El tema fue reflotado la semana pasada por la vicepresidenta de la DC, Laura Albornoz, quien postula a reemplazarla en el Senado. En una entrevista concedida a este medio, Albornoz -quien se inscribió y luego se borró del listado para dirigir aefepés- marcó diferencias con la futura jefa de la Segpres. “La senadora Rincón fue directora de una AFP, no sé si se entiende la diferencia entre estar en un registro y ser directora”, señaló.
Lo claro es que aún no eran tiempos progresistas en la vida de Rincón, quien además había ascendido en 2006 a la vicepresidencia de la DC en la mesa presidida por Soledad Alvear.
El período lejos del servicio público, le serviría también para preparar su gran salto político, que concretaría en 2009, fecha en que se atrevió -verbo repetitivo en su proceder- a retar al histórico senador socialista Jaime Naranjo en la senatorial del Maule Sur, en una campaña de apenas cuatro meses.
Ximena Rincón no es cómoda. Si hay algo que ha hecho a lo largo de su vida política es usar su admirable capacidad de moldearse, de acuerdo a las necesidades de sus proyectos políticos. Su recorrido por las once comunas del Maule Sur, muchas de las cuales no conocía, lo hizo luego del amargo episodio de la elección municipal del 2008, para la que luchó por el cupo de Santiago con Jaime Ravinet. Finalmente, la entonces presidenta de la colectividad, Soledad Alvear, le pidió bajarse, pero postular al Senado al año siguiente.
“Le he solicitado a nuestra vicepresidenta Ximena Rincón que pueda declinar su postulación a fin de asumir una responsabilidad en la elección municipal recorriendo el país porque ella tiene una acogida como líder político, joven, con presente y con futuro muy importante. Queremos también que nuestra vicepresidenta Ximena Rincón pueda llegar a este Senado en las elecciones del próximo año y por ende hemos hecho personalmente esta solicitud a Ximena”, explicó la mandamás de la DC. La jugada perfecta de “los Guatones”, sector que en aquellos años dominaba a la tienda. Tanto así que el propio Juan Carlos Latorre sucedería a Alvear en la presidencia del partido, hasta que en 2010 Ignacio Walker iniciara el reinado de “los Príncipes”.
Pero para ese avance al Senado, Rincón se encargó de formar su propio núcleo de colaboradores, junto con quienes construyó un discurso fresco para la Falange y un ideario progresista que antes no había tocado.
Su centro de operaciones lo levantó en el think tank CED, Centro de Estudios del Desarrollo, al que llegó a presidir tras ser invitada por Mauricio Jelvez. Además de Jelvez, destaca en ese grupo Sergio Micco. Es el origen del llamado “Ximenismo”, micro tendencia que acompaña al fuerte carácter de la senadora. “Yo estuve trabajando muy intensamente con ella. La invitamos a integrar el directorio en el período de entre 2006 y 2008, cuando yo me fui de subsecretario del trabajo. La Ximena presidió el directorio, y nos vinculamos en materias de políticas públicas y de política fundamental. Hasta hace un año el CED le prestó mucha asesoría legislativa, cuando ella armó un equipo de trabajo de manera distinta, para su candidatura presidencial”, relata Jelvez, su colaborador más cercano y quien con el tiempo se transformaría en el jefe de su campaña presidencial.
El dirigente, quien asegura que con Rincón levantaron una nueva opción de centroizquierda al interior de la DC, la define como “una persona muy afable, cálida, acogedora, abierta y horizontal en el trato. Tiene muchas competencias blandas en términos de lo que es el liderazgo político hoy día. Funciona más bien en los códigos de las relaciones horizontales”. Esas habilidades blandas son las que Ruiz Esquide menciona como claves para imponerse a Naranjo en el Maule: “Ganó porque era una muchacha buenamoza, inteligente, con una capacidad de trabajo enorme. Con una gran capacidad de lenguaje. Con mucho conocimiento de las cosas, bien ilustrada, nunca habla de lo que no sabe, y si no lo sabe lo aprende. Además hizo una campaña simpática versus una campaña tradicional”.
Jelvez, por su parte, precisa que “tiene un mezcla que, por un lado, es bien jugada políticamente, toma riesgos; y por otro lado, en el trato humano es una persona muy cálida. Esa es una combinación bien interesante que tiene la Ximena. Es una persona que además se apoya mucho en los equipos. En el caso mío, cuando me pidió que elaborara la plataforma política programática de la campaña, me dijo ‘por favor hazlo tú y ármalo’, y en ese sentido ella es muy consistente y disciplinada de las ideas, cuando se convence de las ideas”.
Sin embargo, no todos quienes han trabajado con ella tienen esa percepción. “Es muy complicada y tiene su genio”, recuerda un ex funcionario, quien apunta que “si no tiene una persona de carácter fuerte en frente, lo puede pasar a llevar. Es capaz y muy inteligente, pero con un trato complejo”. Sus detractores, no dudan en calificarla como ambiciosa y egocéntrica, sobre todo cuando está convencida de una idea. Tenaz y fanática de los medios.
Jelvez, en tanto, señala que “no es que vaya a la confrontación, siempre busca el acuerdo y el diálogo. Yo no la he visto en escenarios en que tenga que tomar decisiones abruptas, drásticas y finales, pero tiene el suficiente carácter para hacer eso, no cabe duda”.
El ascenso final
El año 2011 marcó para siempre el destino político de Ximena Rincón. Además de ser el año en que oficializó su separación del “Caco” Latorre, inició una mediática relación con el senador Fulvio Rossi. Pero que al comienzo fue silenciosa.
El socialista, además, sería clave para el giro programático que la llevaría a adherir a la agenda valórica en pro del matrimonio homosexual y el aborto terapéutico, temas tabú en la Falange y azuzados por Rossi. Por otra parte, encabezó desde el Senado, junto a Rossi, las duras negociaciones con el gobierno para reformular el proyecto del posnatal. En ese período, incluso fue más dura que algunos diputados del bloque, lo que generó reticencias.
La senadora ya había cambiado, y estaba desplegando a sus anchas sus intenciones políticas.
Rossi, hoy alejado sentimentalmente de Rincón, recuerda que “Ximena jugó un rol importante en el Posnatal, se trabajó duro en eso, se perseveró de manera bien seria. Hubo una noche en que la discusión en el Congreso duró hasta las 6 de la mañana, los ánimos estaban duros, con Longueira al otro lado. Ella aportaba en el tema laboral y yo aportaba en el tema de salud, y se hizo un muy buen trabajo en realidad”.
De ahí, no pararía. El posnatal se aprobó en septiembre, con su figura en posición protagónica, y el anuncio presidencial llegó en noviembre.
Una clave de la transformación que sufrió la grafica su reunión, como precandidata, con la presidenta de la CUT, Bárbara Figueroa. La Multigremial ha destacado siempre el fin de la aefepés, a las que califican de abusadoras, como un eje programático. Tras la cita, Rincón declaró que “obviamente hay sintonía en la expresión de cuáles son los temas o los ejes que el país demanda en el Chile que viene, y uno de ellos tiene que ver con la gran discriminación que sufre la mayoría de nuestro país, y que radica entre otros aspectos con el tema laboral”.
La encrucijada
Ximena Rincón no estaba en la lista de nombres que presentó la Democracia Cristiana a Rodrigo Peñailillo para ocupar un ministerio. Así como ningún parlamentario en ejercicio, pues la Concertación no había tenido piedad con el gobierno de Piñera cuando éste sacó a tres senadores para llevarlos a su gabinete.
Según fuentes cercanas a la DC, el presidente Ignacio Walker nunca aceptó el nombre de Javiera Blanco -independiente pro DC- para ocupar un puesto en el equipo político. Su poca representación, y falta de militancia, habría sido la principal razón de la destinación de Blanco al ministerio del Trabajo. Así es como a última hora Bachelet habría dado un golpe de cátedra al nombrar a Rincón en la Segpres, quien si bien es democratacristiana, tiene nula relación con Walker, a quien criticó sistemáticamente en tiempos de elecciones internas.
“Era tal la pataleta que había armado Ignacio Walker, con que la Javiera Blanco no la representaba, que no era militante, que al final Michelle Bachelet se choreó y no sólo nombró a una militante democratacristiana, sino que a una militante de ningún gusto y agrado de Walker. Pero además fue muy raro, porque con todo lo que la Nueva Mayoría criticó al gobierno por sacar a parlamentarios, el que de entrada lo haya hecho Bachelet con Rincón es algo muy raro. Ahora sí, esto fue un rebote de último minuto, ella no estaba en el diseño inicial, a ella le avisaron horas antes”, señala la misma fuente, quien agrega que la presencia de Rincón en el gabinete político no tiene sentido en la lógica bacheletista, y podría ser su gran talón de Aquiles. “Aquí hay algo que no cuadra. Bachelet nombra a todo su equipo cercano, son gente sin agenda propia ni vida partidaria, la que está supeditada a su relación con Bachelet, y nombra a Ximena Rincón. Lo que además es raro por otras dos razones. Ella ha hecho saber que en general resiente las agendas propias, y los proyectos de carácter personales. Todos sus cercanos han sido funcionales y leales a Bachelet y a nada más. Y hay una tercera razón de la que poco se sabe, Rincón no tiene buenas relaciones con sus compañeros en el parlamento. Terminó relativamente peleada con senadores de su partido. Ella está absolutamente convencida de que esta es una plataforma para dejar abierta la idea de ser candidata presidencial, que es lo que quiere en 4 años más. Por lo que que lo que ocurra en este gobierno no me imagino que esté en su primera prioridad, sino cómo ocupa el cargo para poder sacar rentabilidad a ese proyecto”, agrega.
Con todo, el futuro de la senadora en el gobierno que comienza el próximo martes, dependerá en gran medida de que siga usando su brillante capacidad de moldearse. “Si no corrige a tiempo, esto va a ser tortuoso, pero ella tiene un talento, siempre ha sido sumamente adaptable y si se da cuenta que está en peligro se va a adaptar”, explica un dirigente de la Nueva Mayoría.
Hoy, un mes y medio después de la entrevista en Tolerancia Cero, no quedan dudas de que la Presidenta electa sabe perfectamente quien es Ximena Rincón.