Primo de Hernán Canales y retiro de querella contra Martín Larraín: “Es duro porque lo único que queríamos era justicia”

José Manuel Figueroa Canales, el primo de Hernán Canales de 39 años -quien murió la madrugada del 18 de septiembre atropellado en Curanipe por el hijo menor del exsenador Carlos Larraín, Martín (24) quien estaba de visita en la zona y que se dio a la fuga tras el incidente-, se refirió al acuerdo económico al que habría llegado la viuda de Canales con la familia Larraín.

Figueroa fue quien, por casualidad, descubrió a Martín el día 19 de septiembre en un taco de la ruta de Cauquenes -cuando éste ya dejaba la ciudad- y quien sospechó, al ver su jeep con signos de un accidente, que éste era el culpable de la muerte de su primo, lo que provocó la posterior detención del joven.

Sobre la determinación de desistir de la querella en contra de retoño del presidente de RN, Figueroa asegura que “es duro, porque lo único que queríamos era justicia, pero entiendo que su viuda necesitara la plata”.

“No puedo juzgar a la viuda de mi primo. Ella necesita el dinero para mantener a su hija y aunque me duele, creo que es su decisión y no podemos hacer nada. Esto nos hace pensar nomás en que hay gente en la vida que siempre tiene las cosas más fáciles y que se aprovecha de la necesidad de los demás”, comentó a The Clinic Online.

Ayer, entrevistada por el programa Mentiras Verdaderas de La Red, Ximena Canales, hermana de Hernán, reveló que su esposa retiró la acción judicial.

“Me llamó mi cuñado por teléfono y me dice que lamentablemente viajó mi cuñada a Chanco, la llevaron, no sabemos quién la llevó, y fue a cerrar el caso”, dijo la mujer, agregando que “encontraron la parte débil, porque ella es una persona que con suerte sabe escribir su nombre”.

Martín Larraín fue imputado por haber atropellado a Canales mientras manejaba en estado de ebriedad, durante la noche del 18 de septiembre del año pasado, cargos por los que la Fiscalía de Cauquenes pidió cuatro años de presidio menor en su grado máximo, multa y suspensión de su licencia de conducir de por vida. La familia, además se había querellado pidiendo siete años de presidio.