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Opinión

23 de Agosto de 2014

Vocera de la Coordinadora de padres y apoderados por el derecho a la educación: “Aquí no cabe ningún facho”

La dirigenta comunista de los apoderados que apoyan la reforma educacional se ríe de los padres que marchan en contra de esta. Aunque no lo confiesen, Dafne Concha está segura de que son de derecha; la “campaña del terror” de sus contrincantes hoy figura hasta en la página de la UDI. Mientras tanto, ella y su organización de izquierda están en una mesa de diálogo con el Gobierno y piensan salir a la calle para la próxima marcha estudiantil.

Greta Di Girolamo
Greta Di Girolamo
Por

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Foto: Alejandro Olivares

“Los chiquillos se tomaron el Liceo de Aplicación el 7 de junio del 2011. Yo era la presidenta del Centro de Padres, con la directiva llamamos a una asamblea y por mayoría general decidimos apoyar a los cabros. Alojamos con ellos en la toma. Nos organizamos para estar en el colegio, ayudar a hacer clases de ética, juntar recursos para tenerles comida. A mí me tocó hasta limpiar los baños.

Lo que estábamos viviendo nosotros con la toma, la represión, las marchas y los conflictos con los papás, era lo mismo que estaban viviendo todos los emblemáticos de Santiago. Así nació la Coordinadora de padres y apoderados por el derecho a la educación (Corpade), con la finalidad ya no solamente de apoyar a los chiquillos en el movimiento, sino de que los padres y apoderados tuviéramos voz propia dentro de la movilización. Yo no era la más importante, pero tenía mucha empatía con la gente así que me eligieron como vocera. Protegimos con recursos de protección a estudiantes para que no los echaran después de la movilización y ahora luchamos para frenar los cierres de colegios. Hace poco, después de 7 meses de toma, logramos la reapertura de tres escuelas en Cerro Navia.

Aquí en la Corpade no cabe ningún facho, no tendrían por dónde, tendría que negarse a sí mismo. En las últimas semanas los que han hecho ruido contra la reforma son los de la Confederación de padres y apoderados de colegios particulares subvencionados (Confepa). Con ellos no tenemos ninguna relación. Somos organizaciones antagónicas porque tenemos conceptos ideológicos distintos. Nosotros queremos cambiar la Constitución, queremos garantizar el derecho a la educación, y ellos están absolutamente de acuerdo con la Constitución del 80. Ganas no nos faltan para ir a funarles las marchas, pero siempre hemos defendido el derecho a la libre manifestación.

Es difícil pensar que la Confepa no sea de derecha, porque es bien raro que salga a marchar con ellos el Kast, que el Bellolio ande metido en las reuniones, que el Allamand saque su video de los barquitos y al otro día salga el video de la campaña con la presidenta de la Confepa, Erika Muñoz. La señora Erika aparece diciendo que sus hijos van a ser la materia prima de un experimento. ¡Es ridículo! Si terminar con la segregación es un experimento, entonces tenemos que revisar los conceptos que estamos manejando en esta sociedad. Me hubiese gustado escucharla con la misma vehemencia cuando para el 80 todos los niños y niñas fueron sometidos al experimento de las políticas de mercado en la educación.

Seguramente la señora Erika tiene a sus hijos en una burbuja. Yo no. Una de las cosas que le ha hecho mucho daño a la calidad de la educación y a la democracia ha sido tener estas pequeñas islas que entre sí no se comunican. Hay que reforzar la personalidad de los niños justamente compartiendo con otros que son distintos.
La derecha siempre se camufla de buena onda, pero sus campañas son para meter miedo. Cuando han dicho que se van a expropiar los colegios, que se van a perder los proyectos educativos, que se van terminar los colegios particulares subvencionados, que la gente va a tener que abandonar sus colegios para irse a los públicos, definitivamente le están mintiendo a la gente, porque eso no es la reforma.

En ninguna parte de la reforma sale el fin de las escuelas particulares subvencionadas. No planteamos su erradicación, pero creemos que si hay educación particular subvencionada, que sea porque existen proyectos particulares que la educación pública no puede entregar, que le otorguen pluralismo al sistema ya sea por la identidad de su proyecto educativo, por su carácter religioso.

Pero la situación actual es que el 54% de matrícula es de escuelas subvencionadas, que hacen lo mismo que las públicas, pero cobrándoles a los papás, porque el concepto que se instaló fue que había que protegerse de los de más abajo pagando. Y por supuesto el copago no debe existir, sino la educación no es gratuita. Pero hay colegios que no quieren declararse fundaciones sin fines de lucro, porque quieren seguir lucrando, quieren seguir seleccionando, no quieren asumir el desafío de una educación integradora.

Sí hay cosas que consideramos que no son correctas en la reforma. En primer lugar es un paquete hecho en el cual no tuvimos injerencia y esto produjo una desconfianza. Además es incorrecto que se siga subvencionando por asistencia promedio cuando la forma de financiamiento debería ser por matrícula y costos básicos de funcionamiento.

El movimiento estudiantil nos dio una cachetada para salir a la calle y recuperar los derechos. Pero a veces a los chiquillos tienen la sensación de que la rueda se inventó hoy día, cuando en realidad en la dictadura muchos arriesgaron su vida por decir que esa Constitución significaba que en Chile se terminaban las garantías. Como adultos tenemos una posición más cauta: hemos perdido tanto que en este minuto necesitamos avanzar.

Nosotros creemos que podemos hacer miles de marchas, tener millones en la calle, pero eso no basta. Hoy se están mandando proyectos de ley al parlamento y nuestra voz tiene que estar presente allí. Tenemos que hacer sentir nuestra voz en espacios donde podamos incidir frente a otros actores. Por eso hace como un mes hicimos una votación para participar de las mesas de diálogo con el Gobierno. Pero no vamos a dejar de marchar con los estudiantes el 21 de agosto”.

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