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Mundo

24 de Septiembre de 2014

La muerte sin honor de los soldados rusos en una guerra nunca declarada

Militares sin honor, sin lápidas recordatorias y enterrados con nocturnidad, esa es la suerte de los soldados rusos muertos en combate en territorio ucraniano en una guerra nunca declarada, según los activistas de derechos humanos. “Los soldados rusos han sido desplegados y enmascarados como milicianos prorrusos para que pasaran desapercibidos durante su estancia en Ucrania“, […]

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Ucrania EFE

Militares sin honor, sin lápidas recordatorias y enterrados con nocturnidad, esa es la suerte de los soldados rusos muertos en combate en territorio ucraniano en una guerra nunca declarada, según los activistas de derechos humanos.

“Los soldados rusos han sido desplegados y enmascarados como milicianos prorrusos para que pasaran desapercibidos durante su estancia en Ucrania“, aseguró a Efe Lev Shlosberg, diputado del partido opositor Yábloko.

En medio del ruido creado por las denuncias sobre la presencia de tropas regulares rusas en Ucrania, los entierros secretos y las negativas rusas, Shlosberg puede confirmar que 12 soldados que servían en la región de Pskov murieron en acto de servicio en territorio del vecino país.

“Las cosas no salieron como las había planeado el Kremlin y muchos soldados murieron. Puedo confirmar 12, según los datos recibidos de diversas fuentes, pero sin confirmar pueden ascender a 120”, señala.

Shlosberg, diputado en la asamblea local de Pskov (noroeste), decidió luchar contra el secretismo oficial que rodea este asunto y su valentía le costó caro, ya que fue brutalmente agredido a finales de agosto.

“Es evidente que no había otra razón para el asalto. Lo que no sé es dónde se tomó la decisión, si en Pskov o en Moscú”, señaló, sin dar más detalles ya que se niega a abordar con precisión su estado de salud.

El opositor ha escrito una solicitud al Fiscal Militar de Rusia en el que le pide que abra una investigación sobre la muerte de los 12 soldados, “lista que, lamentablemente, no está completa”.

La lista incluye el nombre y apellido de los soldados, la fecha de nacimiento y fallecimiento, y, lo que es aún más revelador, el lugar del entierro.

El mayor tenía 40 años recién cumplidos cuando murió el 18 de agosto pasado, tras lo que fue enterrado en Pskov; mientras el más joven tenía apenas 20 años cuando cayó en Ucrania el 20 de agosto.

Menos dos, el resto tenían edades comprendidas entre los 20 y 30 años y tenían en común que servían en Pskov, base tradicional de los paracaidistas rusos, aunque fueron enterrados en lugares como Voronezh (Volga), Cheliabinsk (Urales) o Komi (norte).

El presidente ruso, Vladímir Putin, “necesitaba desplegar unidades militares en Ucrania para combatir contra las fuerzas gubernamentales”, asegura.

“Pero su plan fracasó, ya que ha habido muchísimas bajas en las filas rusas”, insiste.

Shlosberg expone en su documento que aquellos que ordenaron el envío forzoso de esos soldados a combatir en suelo extranjero podrían haber violado la Constitución y le pide a la Fiscalía que incoe un proceso penal contra esos altos cargos.

Pero no se hace ilusiones, no en vano Moscú niega un día sí y otro también su presencia militar en Ucrania, aunque el embajador ruso en Kiev, Mijaíl Zurábov, ha reconocido la presencia de voluntarios extranjeros en las filas rebeldes, pero sin aclarar su origen.

Estas acusaciones son secundadas por la veterana activista Valentina Mélnikova, directora del Comité de Madres de Soldados, quien cifra en entre 15.000 y 10.000 el número de soldados rusos que combatieron en Ucrania entre julio y septiembre.

“Es nuestro cálculo aproximado a juzgar por las denuncias de los padres y los propios soldados. Les enviaron en mayo y hace una semana aún estaban allí”, apunta, pese a que desde el pasado 5 de septiembre rige un alto el fuego en la zona.

Mélnikova recuerda que el Ejército ruso no puede participar en operaciones “secretas”, ya que eso únicamente lo pueden hacer las fuerzas especiales o las unidades de inteligencia.

“El intento de utilizar el Ejército como una unidad de asalto para operaciones secretas no está contemplado por la ley. El Ejército ruso no puede hacerlo”, insiste a Efe.

Y aseguró que sólo en una ocasión Moscú cometió una ilegalidad similar: fue en noviembre de 1994 en Grozni, un mes antes del inicio oficial de la primera guerra chechena.

“Como ahora, el ministro de Defensa, Pável Grachov, también lo negó entonces. Pero también se envió en secreto a soldados que estaban de vacaciones y a oficiales fuera de servicio para crear una unidad de tanques”, rememora.

Esa unidad la integraban unos 400 efectivos, “mientras que ahora en Ucrania” hablan de “grandes unidades con miles de tropas”, apunta.

“Los entierros a escondidas son una vergüenza para un país. Se lo he dicho a (el jefe del comité de derechos humanos adscrito al Kremlin, Mijaíl) Fedótov. Un soldado no puede ser enterrado sin honor. No es un espía”, dice.

En cuanto a la reacción de los padres, quienes parecen orgullosos de que sus hijos murieran en acto de servicio, cree que pronto recapacitarán y caerán en la cuenta de que “el Estado ruso les ha engañado”.

Tanto el diputado como la activista recuerdan que las familias de los soldados caídos en zona de conflicto podrían quedarse sin los subsidios estipulados por ley, ya que Rusia nunca llegó a declarar la guerra a Ucrania.

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