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El ingeniero para robar parece no tener límites.
Según el portal soychile.cl, un curioso hecho de esta naturaleza ocurrió hace unos días en la ciudad alemana Drarmstadtdon.
La “delincuente” estaba en la caja pagando un remedio cuando abrió su blusa y en vez de sacar una pistola sacó su pechuga derecha y “disparó” un chorro de leche materna en la cara del cajero.
Según Daily Mail, tras el primer ataque, la mujer se dirigió a la caja contigua y lanzó otro chorro contra el ojo del farmacéutico.
Nadie atinó a anda y la mujer salió de la farmacia con 100 euros robados.
“Este es un crimen extraordinario. Nunca hemos tenido que lidiar con algo así”, dijo el policía Ferdinand Derigs sorprendido.