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LA CARNE

15 de Noviembre de 2014

¿A quién no le ha pasado? Los 8 problemas sexuales más comunes

La versión estadounidense del Huffington Post publicó una lista de los problemas más comunes que las parejas heterosexuales y homosexuales tienen en la cama. El deseo sexual no correspondido, falta de tiempo, disfunción eréctil, dolor e infidelidades son algunos de los principales causas por las que hombres y mujeres han consultado a estos expertos que explican cómo, por qué y qué consecuencias tienen estos problemas en la vida sexual de la gente.

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orgasmo

La versión estadounidense del Huffington Post publicó una lista de los problemas más comunes que las parejas heterosexuales y homosexuales tienen en la cama. El deseo sexual no correspondido, falta de tiempo, disfunción eréctil, dolor e infidelidades son algunos de los principales causas por las que hombres y mujeres han consultado a estos expertos que explican cómo, por qué y qué consecuencias tienen estos problemas en la vida sexual de la gente.

Deseo sexual no correspondido

“La discrepancia en el deseo entre parejas es el problema más común de los que trato. Para las clientas, suele haber cuatro factores subyacentes. El primero, una cuestión física orgánica, como el dolor durante el coito. La segunda causa podría ser la fatiga crónica o el estrés, relacionados a veces con el cuidado de los niños o el agobio económico. En estos casos, las soluciones dependen de un cambio en el estilo de vida, pero enseñar el arte de la buena comunicación en pareja puede ayudar. Pero las principales causas que veo, en cambio, tienen un origen en el historial sexual y psicológico de la persona o en la relación en sí misma. El deseo sexual a menudo puede ser un barómetro de la salud de la relación”, explicó la especialista Peg Hurley Dawson.

En el caso de la falta de apetito sexual en parejas lésbicas la especialista Cindy Bink sostuvo que “las mujeres homosexuales me comentan en consulta que uno de sus principales problemas es cuando una quiere mantener más relaciones sexuales que la otra. Aunque parezca típico, las lesbianas pueden verse más afectadas que los gays o las parejas heterosexuales. Esto se debe a que en las parejas de lesbianas ninguna ha actuado en sociedad como cazadora sexual, ni ha aprendido a sobrellevar el rechazo sexual. Cuando las mujeres son rechazadas, quizás dejan de buscar sexo en la pareja. En cambio, los hombres aprenden desde el principio a soportar el rechazo. La terapia sobre el rechazo sexual puede abrir nuevos caminos a la salud sexual y normalizar la experiencia. Al entender que la cultura de género ha creado barreras, las parejas lesbianas pueden sentirse más cómodas explorando su propia identidad y pasión en el arte de hacer el amor”.

No hay tiempo…

“‘No hay tiempo para el sexo’ es el problema que escucho con más frecuencia en mi consulta. Nos queremos, pero no tenemos tiempo ni para la intimidad ni para el sexo en nuestra ajetreada vida. Esta excusa es falsa, pues el sexo no es cuestión de tiempo. Las parejas que presentan este problema a menudo tienen una relación con otros problemas sexuales emocionales y físicos más complejos, como falta de deseo, disfunción eréctil, coitos dolorosos, complejos físicos, eyaculación precoz y conflictos personales.

Creo que muchas parejas confabulan sobre su relación y sus problemas sexuales. Prefieren tomar el camino de menor confrontación y evitar o negar que esos problemas existen afirmando una y otra vez que están demasiado ocupados para el sexo, en vez de expresar y explorar sus necesidades y deseos íntimos con el otro”, cuenta la sexóloga Cathy Beaton.

Enfermedades

Para la especialista Sharon L. Bober la gran mayoría de los problemas sexuales de las parejas requieren de tratamientos médicos. “Trabajo con individuos y parejas que luchan con una gran variedad de problemas sexuales que normalmente requieren tratamiento médico. A menudo, cuando elaboro el historial sexual de mis pacientes, me doy cuenta de que últimamente las cosas no les van bien y de que el sexo ya no es lo que era. Uno de los problemas sexuales más comunes es la falta de deseo. Y resulta muy frustrante tanto para los pacientes como para los expertos, pues no existe ninguna pastillita azul para el deseo.

El problema de la falta de deseo a menudo reside en la intersección entre la mente, el cuerpo y la relación, y no siempre es fácil escucharlo en nuestra cultura de apaños rápidos. Pero hay muchas formas de enfocar el problema. Quiero hacer hincapié en que el proceso en sí mismo es parte de la solución”, explica.

Disfunción eréctil

“El problema sexual más común entre mis clientes es la dificultad eréctil. Si no existe una base médica para las dificultades eréctiles, es la ansiedad lo que suele interferir en la capacidad del hombre para excitarse y mantener la erección. Si el hombre está en una relación seria, tanto él como su pareja tendrán que llevar a cabo una serie de preliminares graduales, con el fin de conectar al hombre físicamente con su pareja sin ningún tipo de presión sexual.

Para los pacientes que no tienen pareja, tratar este problema puede ser más complejo. El hombre puede practicar algunos ejercicios durante la masturbación para ganar confianza en su capacidad de erección si la pierde en una situación sexual. Tampoco debería obsesionarse con la preocupación de si mantendrá la erección o no, pues estos pensamientos contribuyen a la dificultad eréctil. Es mejor centrarse en los aspectos placenteros de la interacción sexual. También puede profundizar en el conocimiento de la persona con la que queda antes de acostarse juntos”, dijo Bruce Berman.

Descenso en el sexo

“El problema sexual con el que más me encuentro en terapia es la infelicidad de la pareja cuando disminuye —o desaparece— la actividad sexual. No existe una solución única para todas las parejas, pues los motivos por los que una pareja reduce su frecuencia sexual son numerosos. Por ejemplo, disfunción eréctil, dolor en el coito, aburrimiento por la rutina sexual, falta de libido por enfermedad, medicación o estrés en la relación.

Las soluciones que ofrezco son ejercicios que he diseñado para que la pareja los practique en casa y vean si pueden a tocarse de forma erótica de vez en cuando. Quizás debatimos sobre cómo sacar tiempo personal para sí mismos como individuos y como pareja para que se acerquen el uno al otro con un interés renovado. A veces, la gente está aburrida de sí misma y no tiene confianza en su atractivo sexual”, recomienda Sari Cooper.

Dolor durante el sexo

“Lo que más me cuentan mis pacientes es el dolor durante el coito. Probablemente no sea la disfunción sexual predominante, pero la observo con mucha frecuencia porque llevo muchos años investigando este problema. El principio básico en mi investigación y en el enfoque de mi tratamiento consiste en conceptualizar este problema como un trastorno de dolor más que como una disfunción sexual; no es que el dolor sea sexual, sino que el sexo es doloroso. Existe un buen número de razones que justifican este enfoque, pero la principal es que el dolor casi siempre puede ser inducido en situaciones no sexuales, como un examen ginecológico o el uso de tampones.

Hay dos enfoques tradicionales para tratar el dolor durante el coito. El primero es buscar una causa física en los genitales. El segundo es atribuir el dolor al abuso sexual, a los traumas o al estado emocional, como la depresión y la ansiedad”, explica Irving Binik.

Un miembro de la pareja ha sido infiel

“La mayor parte de mi terapia consiste en trabajar con parejas al borde de la ruptura. En la mayoría de los casos, hay o ha habido una aventura descubierta recientemente. Hay parejas que saben que hay una falta de satisfacción sexual duradera. Desde mi punto de vista, el problema sexual es el mismo en ambas circunstancias: cada miembro de la pareja suele ser diagnosticado con una inhibición del deseo sexual o un trastorno de la excitación. El enfoque de mi tratamiento empieza explorando la historia de su relación y, más específicamente, la historia de su relación sexual. ¿Alguna vez la pareja ha mantenido relaciones sexuales espectaculares? Si la respuesta es que sí, la cuestión es ¿por qué o cómo ha cambiado? Si la respuesta es que no, nos centramos en la atracción, el deseo y la excitación. Normalmente, en el caso de las mujeres, el problema gira en torno al orgasmo. Entonces hay que volver a lo básico. ¿Son cariñosos en público y en privado? ¿Se abrazan? ¿Disfrutan tocando, sintiendo y oliendo a su pareja? Los encuentros sexuales que empiezan y acaban con una necesidad puramente física tienden al aburrimiento”, cuenta Rita DeMaria.

Adicción sexual

“Cada vez escucho más quejas sobre el comportamiento sexual compulsivo considerado adicción sexual. Esta dificultad puede presentarse de muchas formas y a diferentes niveles a lo largo de un contínuum de deficiencias. Mi enfoque suele comenzar examinando los factores desencadenantes que subyacen, como una falta de control del estrés, conflictos familiares o abuso de drogas o alcohol. El tratamiento empieza estableciendo límites, manejando los impulsos, entrenando las habilidades, redireccionando la fantasía y asesorando la relación en lo que sea posible. En algunos casos en los que la depresión es un factor, la medicación para subir el ánimo suele ser un complemento útil para la terapia de la conducta”, explica el especialista Mark D. Ackerman.

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