Opinión
18 de Diciembre de 2014Felipe Kast: Recuerdos y temores sobre Cuba
El gesto hasta ahora es casi unilateral de Estados Unidos que se compromete a alivianar las sanciones económicas. Esto debe ser votado por el Congreso de Estados Unidos y espero que el parlamento ponga ciertas condiciones a Castro porque aquí hay varios bloqueos: está el bloqueo de Estados Unidos a Cuba y está el bloqueo del Estado de Cuba hacia los cubanos. Lo que se termina es sólo lo primero.
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“En 1999 fui a Cuba porque en esa época fue el Papa Juan Pablo II y se tenía la esperanza de que se iba a abrir la isla. Estuve como alumno matriculado formalmente en la Universidad de La Habana, tuve que pagar 600 dólares para estudiar ahí. Fue una experiencia muy enriquecedora, conocí a la madre de mis cuatro hijos (Emelia Puga, ingeniera civil) , me di cuenta del carisma, inteligencia y talento del pueblo cubano y de lo absurdo que es el socialismo real al matar todo ese talento y en terminar condenando a muchos a escapar.
De la familia de mi mujer, casi todos han buscado distintas fórmulas para salir de la isla. Algunos han tenido que arriesgar su integridad física.
Un familiar de mi mujer tuvo que viajar a Rusia, porque ahí no le pedían visa. Luego se fue a España, donde estuvo detenido como inmigrante ilegal. Otro familiar tuvo que ingresar a México en una situación muy incómoda para pasar luego a Estados Unidos.
En Cuba me instalé con dos amigos chilenos en un departamento de micro obligada, es decir, que construyen los moradores con material del Gobierno. Íbamos por un semestre, yo me quedé otros seis meses porque conocí a mi mujer. Hice la malla de marxismo en economía y sociología. Estaba con el presidente de la asociación de estudiantes de la universidad de la Habana. Él era pro régimen, como todos los que tenían un puesto.
De esa época, lo que más me llamó la atención es que los profesores de economía nos enseñaban un modelo que ellos sabían que había fracasado. Yo en esa época pensaba que los cambios eran inminentes y les decía: ‘esto va a cambiar’, y me respondían que ya se habían gastado la vida en un sistema donde no hay autocrítica, donde se violan permanentemente los derechos humanos. Por eso me sorprende que las nuevas generaciones de izquierda sigan diciendo que en Cuba hay democracia, negando completamente la realidad.
A Fidel en ese entonces le decían El Barba. La gran mayoría de las personas tenía mucho temor de dar su opinión sobre Fidel porque una de las cosas que ha hecho muy bien el régimen cubano es instalar la sospecha de que siempre alguien está escuchando y puede informar sobre lo que se dice. Yo tenía un grupo de pastoral social, y una de las cosas que un obispo me dijo que más me dolió es que uno de los líderes de la pastoral social, que yo más quería, estaba de infiltrado. Eso es muy duro. Entonces eran muy críticos y a la vez temerosos porque puedes terminar preso por nada. Alan Gross, a quien acaban de liberar, terminó preso con una condena por 15 años por facilitarle internet a la comunidad judía.
De la noticia histórica sobre la reanudación de relaciones, lo primero que me llamó la atención es que la Iglesia logró lo que organismos diplomáticos dedicados a este tema no han logrado que es poner en una misma mesa a conversar a Raúl Castro y a Obama. El agradecimiento al Papa Francisco de Castro deja claro su rol.
El gesto hasta ahora es casi unilateral de Estados Unidos que se compromete a alivianar las sanciones económicas. Esto debe ser votado por el Congreso de Estados Unidos y espero que el parlamento ponga ciertas condiciones a Castro porque aquí hay varios bloqueos: está el bloqueo de Estados Unidos a Cuba y está el bloqueo del Estado de Cuba hacia los cubanos. Lo que se termina es sólo lo primero. Hoy, por ejemplo, si una empresa extranjera se instala en Cuba y le paga mil dólares al Estado, llegan cuarenta a los cubanos. Por lo tanto la pregunta de fondo es si van a haber más libertades o sólo van a significar más ingresos que no van permear a la ciudadanía.
Cuando asumió Raúl yo esperaba cambios importantes. No ocurrió, la situación está muy crítica, nosotros cada cierto tiempo enviamos ayuda a la familia. Mi lectura es que Venezuela con la caída del precio del petróleo ya no puede subsidiar a Cuba en el mismo nivel y que eso explica este acercamiento con Estados Unidos. Supongo que se va a pedir a Castro algún gesto democrático.
Yo no sé lo que va a pasar. Temo que pase menos de lo que uno quisiera. Hay tres dimensiones en esto. El bloqueo desde Estados Unidos, relevante, pero no fundamental, porque era el único país que tenía ese bloqueo y ahí el tema es más bien diplomático porque permite que Cuba pueda recibir ayuda de organismos internacionales. La segunda dimensión es flexibilidad del emprendimiento para tener ganancias legítimas.
Ahora China avanzó en las dos primeras, no en la tercera que es la libertad política y es aquí donde no se han visto muchas luces de cambio tampoco en Cuba y donde yo anhelo que Estados Unidos ponga condiciones democráticas”.