Secciones

Más en The Clinic

The Clinic Newsletters
cerrar
Cerrar publicidad
Cerrar publicidad

Poder

10 de Enero de 2015

Penta: La trama sobre cómo la UDI, por vez primera en su historia, ofreció disculpas al país

En su historia, la UDI nunca había realizado un mea culpa, ni siquiera cuando se conmemoraron los 40 años del Golpe y se habló de los "cómplices pasivos". Las disculpas de ayer de Silva por el Pentagate son inéditas y, pese a que el texto se conversó durante la semana, la actividad casi es descartada cuando ayer una sociedade del presidente partidario apareció mencionada en la querella del SII contra Wagner.

Por

A_UNO_474545
No ocurrió ni siquiera cuando se conmemoraron los 40 años del Golpe de Estado y hubo presión incluso desde el entonces Presidente de la República, Sebastián Piñera, para que los “cómplices pasivos” de la dictadura reconocieran su responsabilidad en no haber puesto freno a las violaciones a los derechos humanos. La Unión Demócrata Independiente, colectividad que nació bajo el alero del ideólogo del régimen pinochetista, Jaime Guzmán, y que tuvo a varios de los suyos en funciones civiles, se sintió ofendida con las palabras de Piñera y hasta hubo rechazo al perdón personal del senador Hernán Larraín.

Por esos las disculpas públicas de ayer del presidente gremialista, Ernesto Silva, por las irregularidades cometidas por personeros de su partido en el financiamiento de sus campañas fue algo, admiten distintos dirigentes, “inédito” y “muy difícil”.

Flanqueado por casi todos los expresidentes partidarios -Hernán Larraín llegó atrasado, pero también estuvo; y Jovino Novoa y Pablo Longueira no acudieron por estar fuera del país-, parte de su directiva y el exministro Andrés Chadwick, Silva leyó una declaración respecto del Pentagate y dijo que “aún cuando no existe una responsabilidad institucional sí nos corresponde como partido político manifestar nuestro parecer al respecto: Lamentos lo ocurrido y nos disculpamos ante la ciudadanía por cualquier conducta individual de alguno de nuestros militantes que suponga un financiamiento de campañas políticas de manera irregular”.

Silva aseguró que “ninguno de nuestros dirigentes ha utilizado recursos de campaña para su beneficio personal y no ha existido una intención ilícita en ello”.

La puesta en escena venía discutiéndose desde hace días, pero durante la mañana de ayer estuvo a un paso de ser desechada por la querella que interpuso el Servicio de Impuestos Internos en contra del exsubsecretario de Minería, Pablo Wagner, y que implicó directamente a Silva por una boleta “ideológicamente falsa” emitida por Wagner a “Díaz, Silva y Wagner Gestores Limitada”, empresa de la que el diputado es socio, que se constituyó como una Pyme y que no tiene movimientos desde el año 2009.

“Fue un golpe extraño, porque puso a Ernesto en la mira de las críticas cuando en verdad no tiene nada que ver. Eso nos hizo dudar sobre cómo proceder”, admite una alta fuente partidaria que aseveró que el fantasma de los cuestionamientos internos a la gestión de Silva se sintieron con fuerza y que hubo dudas sobre si seguiría apareciendo información “complicada” sobre el timonel. “No porque esté implicado en el algo raro, sino porque hay un interés político por meterlo en el saco”, precisa.

La duda real, admiten distintas fuentes partidarias, era si Silva debía seguir a cargo del partido: Lo de la sociedad con Wagner se sumó al conocimiento de un correo que le envió Carlos Eugenio Lavín, uno de los dueños de Penta, cuando se discutía la ley de isapres preguntándole de qué se trataba un artículo que podría perjudicar a Banmédica, uno de sus negocios. A eso se une que Silva es sobrino del Choclo Délano, el otro dueño del holding. “Si nos quedamos es porque queremos salvar el partido”, comenta un vicepresidente que reconoce que el tema de la renuncia estuvo, informalmente, en debate.

PASO A PASO
El jueves, una reunión de distintos estamentos de la UDI, analizó el texto en el que Silva asumiría la responsabilidad política de la tienda en el Pentagate.

La discusión se centró en hasta dónde debía llegar ese mea culpa y si no sería contraproducente que la colectividad se adjudicara prácticas que hasta ahora sólo están limitadas a algunos. El rumbo, en todo caso, ya lo había marcado el senador Iván Moreira, al pedir perdón por su proceder y Silva tenía ahora poco margen de acción: No podía seguir parapetado en que se estaba ante rumores inciertos cuando el fiscal Carlos Gajardo anunciaba formalizaciones y Délano y Lavín hablaban en sus declaraciones responsabilidades por aportes anómalos a campañas. Estaban además las declaraciones de Pablo Zalaquett y Laurence Golborne explicando el financiamiento a través de facturas de terceros; los correos de Moreira y Ena Von Baer; y las pruebas contra Jovino Novoa.

Esta semana, Silva se dedicó a pedir apoyos a su conducción. Lo hizo el martes y el miércoles en el Congreso; el jueves en la noche en la reunión del Consejo Metropolitano, donde dijo que lo peor estaba por venir, y ayer en la cita previa a la lectura del “mea culpa”.

Junto con la petición de perdón, aludió a la situación del ministro de Obras Públicas, Alberto Undurraga, a quien los “Carlos” reconocieron haber ayudado a pagar deudas a través de la compra de un estudio que no necesitaban. “Con la misma seriedad y convicción expresamos que resulta injusto que se ponga el foco en solamente un sector político. Y se pretenda ignorar que existen practicas generalizadas en esta materia. La ciudadanía sabe que cuando hablamos de dobles estándares o hipocresías, estamos diciendo la verdad”, dijo.

Agregó que confían “que se investigue con igual celo aquellas conductas que involucren a otros sectores políticos en estas irregularidades”.

Además, manifestó que “jamás hemos condicionado nuestras opiniones y menos nuestros votos a nada y a nadie, que no sea nuestras convicciones. Rechazamos por ello la pretensión de algunos de querer relacionar nuestras fuentes de financiamiento con nuestro actuar en política”.

Sobre Wagner no hubo ni una palabra. Recién hoy la dirigencia iba a anunciar ue será pasado, como adelantó The Clinic Online, al Tribunal Supremo para su expulsión porque su caso, “no tiene nada que ver” con el de los otros políticos: “él sí se llevó el dinero para la casa”, resume un parlamentario. Wagner, en todo caso, se adelantó y presentó él su renuncia.

Notas relacionadas