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Opinión

8 de Abril de 2015

Gonzalo Rojas apunta a una “sucia operación comunicacional” para condenar solo “a la derecha y los emprendedores”

El académico defensor de la obra de Pinochet se dijo preocupado ante la posibilidad de que un eventual acuerdo signifique "autoamnistía", la que mediante el concurso de los "medios sesgados", termine dejando "en total impunidad a las izquierdas".

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En su última columna de cada miércoles en El Mercurio, el doctor en Derecho Gonzalo Rojas entregó su punto de vista sobre las eventuales salidas a la crisis de confianza generada a partir de los últimos escándalos político-empresariales, asegurando que en un eventual acuerdo “no se debiera salvar casi nadie, porque apenas hay trigo limpio”.

Más allá de lo que piensen “esos chilenos consumidores de medios que quieren ver correr la sangre de gobernantes y legisladores”, Rojas plantea que algo más grave sucedería: “generada una suerte de autoamnistía o de punto final para los políticos, los mismos medios de comunicación que hoy victimizan a diestra y siniestra, se encargarían de particularizar, señalando con el dedo a un solo sector como el auténtico beneficiado con la medida: la derecha todopoderosa y los empresarios que la han apoyado”.

Para el columnista insigne del periódico de Agustín Edwards, la fórmula “es muy conocida”, y ya se ha aplicado en el pasado. “Es lo que se ha hecho con el Gobierno militar, culpándolo de todos los males de Chile para exculpar de paso a los iluminados y a los terroristas de la izquierda marxista. Una autoamnistía acordada por la clase política dejaría en total impunidad a las izquierdas y -por vía comunicacional- terminaría condenando definitivamente a la derecha y a los emprendedores”, explica en la publicación.

En esa linea, el académico dice que sería un “negocio redondo” para el gobierno de Bachelet, dado que “con la complicidad de numerosos agentes periodísticos se encargaría de insistir en que logró salvar a las instituciones de una debacle provocada por la UDI y Penta-SQM. El empate o la derrota del bacheletismo habrían sido evitados, no a través de la verdad, sino mediante la persuasión mediática”.

“Pero el éxito de esa estrategia no está asegurado, porque quizás sea ya muy tarde para una sucia operación comunicacional: la conciencia de tantos chilenos podría utilizar el caso Caval como resorte infalible para descubrir la trampa”. “Desgraciadamente”, dice Rojas, en un escenario en que “el engaño de la autoamnistía” fuese descubierto, “las perspectivas no serían mejores”.

“Esa sería la oportunidad para quienes tienen disponible la otra píldora adormecedora, la de más letal eficacia: terminemos con todo y convoquemos a la asamblea constituyente, porque esto ya no da para más. Gracias a la crisis, las voces que anuncian ese apocalipsis ya están reactivándose”, sentencia.

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