Secciones

Más en The Clinic

The Clinic Newsletters
cerrar
Cerrar publicidad
Cerrar publicidad

Opinión

26 de Septiembre de 2015

Mesas pre legislativas Confech y Mineduc: diferencias en torno al proyecto educativo

Si bien el Gobierno de la Nueva Mayoría, a primera vista y al menos como consigna, pareciera concebir la educación como derecho social –porque buscarán fortalecer su presencia y regulación en establecimientos estatales- hay un cabo suelto nada menor: las instituciones privadas quedarían sin regulación y por lo tanto podrán seguir lucrando y cobrar inalcanzables aranceles, manteniendo a las familias chilenas endeudadas.

The Clinic Online
The Clinic Online
Por

marcha confech

El 2011 estalló la movilización social más importante desde el fin de la dictadura. Chile tuvo un aumento importante de la matrícula a nivel superior, pero de todas formas el conflicto surge cuando muchos estudiantes entran al sistema de educación superior, pero a costa del endeudamiento de por vida de ellos o sus familias. Es decir, había un ingreso al sistema educacional, pero al depender de la capacidad de pago, seguía reproduciendo o proyectando las desigualdades.

Hoy, septiembre de 2015, tenemos un sinnúmero de movilizaciones, paralizaciones, tomas y diálogos en nuestros hombros. En este preciso momento, como CONFECh nos hemos sumado a las mesas pre legislativas del MINEDUC. Éstas son espacios exigidos para poder contrastar las propuestas de ambas partes –pero no negociarlas- y abogar por una Reforma a la Educación Superior que cambie las nefastas lógicas actuales. La semana pasada, por ejemplo, pasaron las mesas 1 y 2: Marco Regulatorio y Calidad y Financiamiento.

El modo a través del que ha evolucionado el conflicto educacional, así como la negativa por parte del Gobierno a considerar las demandas levantadas por el Movimiento Social por la Educación, tiene una base que es bastante clara: la diferencia de proyectos educacionales que subyace detrás de cada una de las posiciones. Esta diferencia de proyecto, no es algo abstracto: se expresa en cómo para el gobierno el concepto Educación todavía incluye la posibilidad de hacer un negocio , mientras que el movimiento social exige que el Estado sea garante de una Educación reconocida como un Derecho Social, pública y universal, es decir, accesible para todos y todas.

Si bien el Gobierno de la Nueva Mayoría, a primera vista y al menos como consigna, pareciera concebir la educación como derecho social –porque buscarán fortalecer su presencia y regulación en establecimientos estatales- hay un cabo suelto nada menor: las instituciones privadas quedarían sin regulación y por lo tanto podrán seguir lucrando y cobrar inalcanzables aranceles, manteniendo a las familias chilenas endeudadas.

El Marco Regulatorio es, a todas luces, insuficiente, pues se seguirá permitiendo que una porción de las instituciones de la educación superior sigan incurriendo en algo que debería ser tipificado como delito y castigado por la ley: el lucro.

Llega a ser paradójico que, siendo el lucro y el endeudamiento lo que nos tiene en la calle desde el 2011, aún no se proponga una solución concreta, seria y transformador en este campo. Hasta ahora, el lucro seguirá siendo permitido en instituciones privadas, CFT e IP. En cifras, las instituciones que hoy tienen fines de lucro son 81 y representan un 51,6% del total de las IES, que para el 2014 era de 157. Ese 51,6% podrá continuar lucrando ya que, al no recibir financiamiento público, el Estado no les exigirá acabar con esta práctica empresarial.

Otra diferencia que implica un trabajo más de largo aliento, es el pliego de políticas públicas o desarrollo de un Plan Nacional que debería configurar las pertinencias de los planes de estudio y las líneas de acción estratégica en ámbitos de docencia en todos sus niveles -especializaciones técnicas profesionales, pre y postgrados-, la investigación y desarrollo académico/técnico y la vinculación con el medio. Este plan busca atender a los desafíos y las necesidades educativas que requiere la sociedad en su conjunto, aislando los intereses particulares de algún actor o de algún empresario de la educación, por lo que debe ser pensado con una serie de actores y sectores sociales.

En consecuencia, una educación pública no se define solo por si es gratuita o no, sino que hay otro aspecto no menor e igualmente esencial que debe cumplir, que determinará la calidad de una institución: todo proyecto educativo velará por su calidad y pertinencia según las necesidades de su país, ya sea nacional como localmente.

Este jueves, justamente, toca zanjar las diferencias y acuerdos en Marco Regulatorio, Calidad y Financiamiento. Como Confech, esperamos que el Mineduc en vez apretar el cinturón con la Reforma, más bien lo ajuste al ancho y realidad de las necesidades y demandas del Movimiento Social. Como ya planteamos, los cambios en la educación no van solo por implementación de la Gratuidad, y por eso mismo es que ingresarla vía Ley de Presupuesto nos genera tanta inseguridad y rechazo, pues no hay definiciones sobre los montos a entregar a las instituciones, siendo lo más preocupante, a nuestro juicio, que planteen aportar el monto de los aranceles reales, siendo que su dispersión de precios es alta y escandalosa entre instituciones del CRUCH.

Siendo tal el escenario, llamamos a todos los y las estudiantes –secundari@s y de la educación superior-, y a todos quienes trabajen en el sector educacional a movilizarse el próximo martes 6 de octubre por las principales calles del país: transformemos la educación para transformar Chile.

*Por Nicolás Fernández, presidente Fedep UDP y vocero ues privadas Confech; y Bayron Velásquez, presidente Feuach Valdivia y vocero Zonal Sur Confech.

Notas relacionadas