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Opinión

31 de Diciembre de 2015

Fin 2015: ¿Araucanía en llamas?

*Presidente Fundación Academia Intercultural Pelontxaro Dirigente CONFECH-FEMAE 2011-2012 Cuando las autoridades políticas y los medios de comunicación se refieren a la violencia, automáticamente se nos viene a la cabeza “La Araucanía”, región que durante los últimos veinticinco años ha sido parte de la construcción ficticia que en términos reales está lejos de ser como se […]

José Ancalao
José Ancalao
Por

araucania

*Presidente Fundación Academia Intercultural Pelontxaro
Dirigente CONFECH-FEMAE 2011-2012

Cuando las autoridades políticas y los medios de comunicación se refieren a la violencia, automáticamente se nos viene a la cabeza “La Araucanía”, región que durante los últimos veinticinco años ha sido parte de la construcción ficticia que en términos reales está lejos de ser como se muestra.

Camiones, fundos, casas, cortes de ruta y personas quemadas, nos hacen pensar erróneamente que estamos en la Franja de Gaza y que éste es el único lugar del país donde ocurre. Pero todo parte de una construcción discursiva del relato falso que se ha diseñado con el fin de apalear reivindicaciones políticas y culturales del pueblo mapuche.

El reciente reporte estadístico policial elaborado por Carabineros de Chile, que mide la cantidad de delitos cometidos desde Enero a Octubre del 2015 por región, comparada a la última aproximación de habitantes realizada por el INE en el año 2011 antes del fraude de CENSO realizado en el gobierno de Piñera, demuestra que las causales con mayor cantidad de denuncias realizadas fueron principalmente tres: delitos violentos, hurto y delitos contra la propiedad.

De la primera causal, La Araucanía se encuentra en el puesto número 11, con un 0,57% de la población total afectada, antecedida por las regiones de Tarapacá (1,19%), Los Lagos (1,15%), Antofagasta (1,02%), Metropolitana (1%), Valparaíso (0,81%), Atacama (0,75%), Bío Bío (0,65%), Lib. Bdo. O’Higgins (0,6%) y Aysén (0,59). En delitos por hurto, la novena región se encuentra en el cuarto lugar con un 0,75%, siendo Los Lagos (1,85%), Antofagasta (1,12%) y Valparaíso (0,8%), las que mayor porcentaje obtuvieron. Finalmente, en denuncias ingresadas por delitos contra la propiedad, los mayores índices fueron en Los Lagos (3,33%), Antofagasta (2,17%), Tarapacá (1,92%), Metropolitana (1,78%), Valparaíso (1,74%) y Atacama (1,57%), dejando a La Araucanía en el séptimo lugar, con un 1,53% y adjudicándole además a este tipo de delito el concepto de “atentado”.

Ante esto nos damos cuenta que la “violencia en La Araucanía” es tan falsa como el plan Z de Pinochet para justificar el golpe de estado, situación sumamente preocupante, principalmente por el abordaje con que los medios de comunicación han tratado la problemática política y NO delictual existente en la región, cayendo en la lógica del cuento de Juanito y el lobo.

Es por esto que la dotación presupuestaria y policial de la ANI, BIPE, PDI y DIPOLCAR serían muchísimo más efectivas en las regiones que lo necesitan, las nombradas anteriormente, que no son precisamente La Araucanía.

Con esto se puede conjugar que los medios de comunicación y la autoridad política siguen el hilo conductor de los grandes intereses económicos empresariales de los coludidos Matte y Angelini, así como de los mal llamados “pequeños agricultores” quienes, haciéndose pasar por víctimas, son atendidos por la visita sorpresa, al más puro estilo “gallinita ciega”, de la presidenta. Así se profundiza la tragedia de la violencia que genera el abandono, la sequía y la pobreza de los campos invadidos por pinos, eucaliptos y policías que aumentan, como parásitos, cada vez más en la región.

Es por ello que se hace fundamental desenmascarar el falaz discurso de La Araucanía como la región más peligrosa, el cual da fama de héroe o heroína a todo político/a que arriesgadamente la visita, que martiriza a los riquillos descendientes de colonos cruelmente amedrentados por perversos mapuche y que estigmatiza a un pueblo entero como terroristas, bandidos, violentos, flojos y borrachos, realidad diaria que ningún intendente incompetente que tiene un carabinero por cada pedo que se tira, será capaz de comprender, ya que para esto no se necesitan doctorados en Heidelberg, sino comprensión de la realidad local y algo más simple: dos dedos de frente.
El llamado a la presidenta es una invitación al diálogo sincero y abierto, donde se utilice la razón y no la fuerza, donde sus intermediarios no se vistan de verde ni lleven armas en las manos y donde se priorice la restitución de derechos y la justicia social como objetivo fundamental intransable.

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