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Nacional

19 de Abril de 2016

El escandaloso pasado de Leonardo León en la U. de Valpo

Las últimas semanas han sido agitadas en la Universidad de Valparaíso. Los estudiantes de la carrera de Historia quedaron impactados por las denuncias de acoso, publicadas en The Clinic y redes sociales, que involucran a uno de sus profesores titulares y ex Director del Departamento de Historia de la Universidad de Chile, Leonardo León. Los alumnos se organizaron para exigir una investigación al docente, basándose en su “cuestionable comportamiento dentro y fuera del aula” y el levantamiento del sumario que esclarezca por qué fue investigado en la Universidad en 1998. The Clinic tuvo acceso a la investigación que, a fines de los 90, generó uno de los casos universitarios más bullados de la quinta región. Aquí la historia.

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El lunes 4 de abril, la asamblea de estudiantes de historia de la Universidad de Valparaíso, tuvo más público de lo normal. Hacía varios días que se comentaba la renuncia de Leonardo León como Director del Departamento de Historia de la Universidad de Chile, a raíz de la crisis desatada en esa casa de estudios, por el caso de acoso y abuso de poder denunciado por una alumna contra el profesor Fernando Ramírez. Caso que en pocos días sumó varios testimonios por acoso contra el propio León. “Todos hablábamos de eso, porque es cuento conocido. León se ha ganado su mala reputación”, comenta Noemí Sibell, vocera del centro de alumnos, refiriéndose a quejas constantes de los estudiantes y al sumario que, en 1998, investigó al docente por presunto acoso sexual a una estudiante.

Ante la curiosidad, la convocatoria a la asamblea no fue una sorpresa. Fany Valladares, vocera de la Vocalía de Género y Sexualidad de la Federación de Estudiantes, tomó ese día la palabra.

-Las denuncias que circulan han revivido muchos conflictos históricos que tenemos con el profesor. Y como todos sabemos, él ha sido anteriormente acusado de acoso en la Universidad- comentó, entregando antecedentes del profesor a la asamblea.

Los estudiantes organizaron una funa a la clase de Leonardo León al día siguiente. Pintaron carteles y colgaron, en el hall de la Facultad, un lienzo que decía: “Fuera los acosadores sexuales de la Universidad. El encubrimiento te hace cómplice”.

Cerca de 40 estudiantes se conglomeraron el día martes, pero el profesor no llegó. Las autoridades de la Escuela informaron que se había reportado enfermo. Los estudiantes, impedidos de concretar la funa, redactaron una carta al Claustro de Profesores para solicitar la apertura de una investigación y el comienzo de un protocolo antiacoso. También solicitaron esclarecer los antecedentes del sumario en 1998 en contra del académico.
Pablo Aravena, secretario de la Facultad y miembro del Claustro Académico, confirmó a The Clinic que el profesor León no se ha presentado a trabajar desde el martes 5 de abril. “Se nos informó que presentó licencia por 15 días. Independiente de esto, el Claustro ha solicitado un sumario. Cuando se inicia el proceso, el profesor queda suspendido de sus funciones”, aclaró la autoridad.

Hoy, los estudiantes de la Universidad de Valparaíso buscan respuestas. “Hemos visto recortes de prensa de la época y, al parecer, lo que pasó en 1998 fue grave”, dice Noemí Sibell, vocera del centro de estudiantes.

Esa es justamente la historia a la que pudo acceder The Clinic a través de la Ley de Transparencia. Un sumario administrativo en contra del profesor Leonardo León que duró seis meses y que significó un paro de estudiantes, una multa al profesor y la reputación de la Universidad por el suelo.

EL PASADO TE CONDENA
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La noticia generó revuelo. Un titular en primera plana del diario “La Estrella”, el 10 de septiembre de 1998, afirmaba que “Por presuntos acosos sexuales de profesor, paran alumnos universitarios de historia”.

Los estudiantes de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Valparaíso llevaban varios días en paro pidiendo una investigación sumaria contra un profesor de la carrera por, presuntamente, tener relaciones con alumnas y acosarlas sexualmente. Sin obtener respuesta, filtraron la noticia a los medios.

– El diario llamaba para hacer preguntas sobre León que la Universidad no quería responder. Por el paro, estuvieron obligados a actuar- cuenta un exalumno de la carrera que estuvo presente en la movilización a fines de los 90.
Leonardo León Solís era un hombre bien contactado. Había sido alumno y profesor destacado en Pedagogía en Historia en la Universidad de Chile y tras el golpe militar, tuvo que irse al exilio a Londres. Allá hizo su posgrado y fundó una de las revistas más míticas de la academia, “Nueva Historia”, junto a los historiadores Gabriel Salazar y Luis Ortega Martínez.

Tras volver del exilio, a principios de los noventa, se reincorporó como docente a tres de las escuelas más importantes de historia del país: La Universidad de Chile, U. Valparaíso y la U. de Santiago. Ahí se codeó con los mejores exponentes de la academia y se ganó una reputación en su campo de estudio: historia colonial de Chile y pueblo mapuche.

Pero a pesar de su currículo, a las autoridades de la Facultad de Humanidades no les quedó más alternativa que iniciar un sumario. En un documento de la época, donde se instruye la indagatoria, figura como fin “investigar reclamaciones de carácter ético en el desempeño de las funciones del académico”. En ninguna parte del documento consta, como creían los alumnos, una investigación por acoso sexual.

LOS TRAPITOS AL SOL
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A principios de agosto de 1998, el centro de alumnos (CEE) de la carrera de Historia de la Universidad de Valparaíso citó a todos los estudiantes a una asamblea extraordinaria. Una de las estudiantes, de iniciales M.R., tenía una declaración muy importante que hacer a sus compañeros.

La alumna relató que durante al menos dos meses había salido con el profesor, pero que ella no había querido seguir adelante con sus “encuentros amorosos” por graves problemas psicológicos. Sin aceptar la negativa, el profesor habría empezado a acosarla.

Los detalles de esa relación, que la alumna relató a grandes rasgos en la asamblea y luego en detalle ante la Fiscal sumariante, son escandalosos. Ese año estaba pasando por una profunda depresión –la cual fue respaldada con un certificado médico- por lo que el profesor León le habría ofrecido su ayuda y consejo. “Se acercó mucho a mí, me pidió que le confiara todo”, aseguró M.R. en su declaración.

Empezaron a reunirse cada vez con más frecuencia y ella estaba profundamente agradecida por el apoyo incondicional del profesor. Incluso, le habría ofrecido un puesto como ayudante para que así tuviera dinero para costear su tratamiento psicológico. La alumna cuenta que, con el tiempo, el profesor empezó a demandarle cariño y atención. “Me criticaba mi frialdad hacia él o si yo lo ignoraba, se enojaba mucho”.

En julio de 1998, decidieron reunirse solos en Santiago. “El único lugar en donde podemos estar tranquilos, para conversar, es un motel”, le habría dicho en ese viaje Leonardo León a la alumna. “Yo pensé estar en control de la situación así que acepté”, añadió en su declaración la estudiante.

En el motel, contó la alumna, tuvieron relaciones sexuales. El episodio volvió a ocurrir un tiempo después, mientras ella estaba en estado de ebriedad. “En la intimidad fui maltratada por él”, relató a la fiscal. Y agregó: “también tuvimos un encuentro sexual en su oficina de la Universidad de Valparaíso”. Luego de varias discusiones con el profesor, ella decidió alejarse. “Pero me insistía sin parar, me llamaba a mi casa constantemente. Yo ya no sabía qué hacer. Como ya no estaba en su cátedra, fui al centro de alumnos y lo conté todo”.

Contar lo que sucedió en la asamblea de estudiantes no fue fácil. La estudiante recalcó en varias ocasiones su responsabilidad al relacionarse con el profesor, pero aseguró que se encontraba en un deteriorado estado de salud. Un grupo de alumnos defensores del docente, abandonaron indignados la reunión. Sin embargo, la mayoría se quedó. Ahí fue cuando otras estudiantes, confesaron también haber sido hostigadas por Leonardo León.

– No sé si podemos hablar de acoso, pero sí de presión indebida. La alumna estaba en tratamiento psicológico y en conocimiento de esto, el profesor inició una amistad con ella que concluyó en una relación sexual- relató el presidente del CEE de la época a la fiscal sumariante, defendiendo la acusación de M.R.

Con las alumnas dispuestas a declarar ante las autoridades de la Facultad, los alumnos decidieron irse a paro para exigir una investigación. A las denuncias de hostigamiento, se le sumaban tres hechos, que en la universidad eran un secreto a voces y que fueron consignados en el sumario: Leonardo León convivía en esa época con una de sus exalumnas, con quien tenía tres hijos y, además, su ayudante del curso que realizaba en esa época, Historia Mapuche y Colonial de Chile, acababa de tener una hija de él. También pesaba en su contra otra denuncia de varios años atrás, de una alumna de iniciales C.G, quien habría abandonado la casa de estudios tras una relación íntima con el docente.

LA ZONA GRIS
A raíz de la investigación, la exalumna de la carrera -de siglas C.G.- fue citada a declarar. La estudiante contó que estuvo entre 1994 y 1996 en la escuela de historia, donde conoció a Leonardo León. Con el tiempo, entablaron una relación de amistad que terminó en una serie de encuentros amorosos cuando ella tenía 19 años.

La estudiante relató también haber ido a un motel junto al académico, sin embargo, no tuvieron relaciones sexuales ya que era virgen. “El profesor incluso me ofreció que me fuera a vivir con él. No le importaba que tuviera conviviente o esposa. Me dijo que él era como un cacique y que debía tener muchas mujeres”, relató la alumna ante la Fiscal. Y agregó: “también tuve encuentros de índole sexual en su oficina”. Cuando C.G. inició una relación con otra persona, dejó de frecuentar al profesor y ahí comenzó un duro hostigamiento por parte de León. “Empecé a sacarme notas rojas en la universidad, yo nunca me había sacado un rojo y León fue el primero en ponerme uno”, declaró.

Ante esa situación decidió contarle a sus papás. Apenas terminó su año académico, en 1996, su padre fue a enfrentar a León en su oficina donde tuvieron una gran discusión. En el sumario consta que al menos un docente y un auxiliar fueron testigos de ese episodio. Al año siguiente, C.G. se retiró de la casa de estudios e ingresó a historia en la Universidad Católica de Valparaíso.

El Director de la carrera de esa época, Carlos Martel, al ser interrogado por la fiscal si conocía antecedentes de estos casos, aclaró que solo había “escuchado rumores del caso de la primera alumna, C.G., pero nada en el sentido oficial”. Distintos profesores también participaron en el sumario. Destacaron el “carácter cambiante del profesor” y confirmaron que varios ya sabían que Leonardo León había embarazado a dos alumnas de la carrera.

El 20 de noviembre de 1998, el profesor declaró en el sumario. Si bien no negó tajantemente las acusaciones de las alumnas, prefirió contestar con evasivas al interrogatorio de la Fiscal. Para León, las jóvenes lo malinterpretaron. “Nunca debí considerar a estos alumnos como mis hijos, ese es mi dolor. Nunca debí ser como un padre”, consta en el sumario.

Como parte de su defensa, el profesor presentó cartas amistosas de alumnos hacia él, fotografías donde comparte con autoridades y estudiantes de la Facultad, calificaciones históricas para demostrar que no tenía un “sesgo” al evaluar y varios testigos que negaban cualquier posibilidad de que el académico estuviera involucrado en estos hechos.

La resolución final de la Universidad, que tiene fecha del 30 de marzo de 1999, explicita que la investigación logró acreditar que el profesor Leonardo León mantuvo relaciones íntimas con alumnas de los cursos que impartía, desde mediados de 1996. También destacó que al menos en dos casos, tuvo contacto de índole sexual en su oficina.
Según la investigación, no existió coacción sobre las estudiantes. Sin embargo, la Universidad aseguró que el docente, “se sirvió de su calidad de académico para trabar amistad y luego mantener relaciones íntimas con estudiantes de los primeros años de la carrera, aún poseedoras de un grado de inmadurez fácilmente detectable por una persona experimentada”, detalla el documento.

La Fiscal sumariante propuso al Fiscal general, que tuvo la última palabra en la investigación, una sanción de 30 días suspendido de su cargo sin remuneración.

Antes de dar a conocer su decisión final, el Fiscal Aldo Perazzo declaró: “No resulta recomendable para un académico y es altamente perjudicial y grave para el prestigio y convivencia universitaria (…) entablar con alumnas relaciones de carácter amoroso”.

Así, en marzo de 1999, luego de seis meses de investigación, se dio término al sumario. La sanción final que la Universidad de Valparaíso dio a Leonardo León por su involucramiento en estos casos, fue apenas una multa del 20% de su remuneración mensual.

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