LA CALLE
11 de Mayo de 2016La guía para enfrentar el acoso callejero
El sitio mexicano Vice elaboró un manual para vencer los piropos de mal gusto, miradas irrespetuosas e incluso las agresiones físicas que día a día experimentan las mujeres.
– Mantener la calma y actuar con la cabeza fría
Reaccionar con agresividad ante un piropo de mal gusto puede no ser la mejor idea. Esto, ya que muchas veces es precisamente eso lo que espera el que ofende. Lo mejor es tranquilizarse y luego de eso pensar en cuál sería la mejor y más inesperada respuesta.
– También responder sin palabras sirve
Toda esa rabia al ser acosada en la calle puede ser canalizada con miradas y gestos. Cambiar la forma de caminar, adoptar un actitud altiva, fruncir el ceño o mirar con desprecio y fijamente puede ser una buena forma de expresar que lo que estás escuchando no te gusta. “La próxima vez que tengas que pasar al frente de un grupo de tipos que sientas que te van a decir algo, camina como si los fueras a robar, a lo mejor así no se meten contigo. Igual, sé responsable y evalúa los riesgos”, aconseja el sitio.
– Firme y concisa
El agresor no está interesado en escuchar tu opinión, por lo que siempre es bueno responder con una frase breve que demuestre confianza y firmeza, algo como “no me gusta que me hables así”.
– Cuando la amenaza se vuelve física
Es hora de invitar a tu creatividad. Fíjate qué cosas de las que andas trayendo son potenciales armas contra los agresores: llaves de la casa, una botella, o incluso una toalla higiénica un tampón, aprovechando lo intimidantes que pueden ser para los hombres. También revisa tus ventajas, por ejemplo, ser baja te facilitaría pegarle una patada en la entrepierna.
– Cuando el acoso es hacia otra persona
Todo lo anterior también puede ser puesto en práctica cuando es otra mujer la que está viviendo la agresión. El reproche puede ser un apoyo importante.
La guía finaliza afirmando que “lo más importante es que las situaciones de acoso no pasen desapercibidas, que todas sus formas, incluyendo los ‘piropos inofensivos’, sean sancionadas y se empiecen a ver como actos reprochables, y actos que, además, tienen consecuencias directas en el bienestar de las mujeres”.