El chileno que atrapó la pelota del penal que Messi tiró a las nubes: “Fue algo increíble. Es un sueño divino”

Después del penal que falló Arturo Vidal, eximió lanzador desde los doce pasos, todo pareció irse al diablo. Chile partía en desventaja y peor aún, con Lionel Messi tomando la pelota para ir a clavarla como sabe, como tantas veces lo hizo en el Barcelona.

Pero el día no estaba para dramas, el astro argentino acomodó la esférica, miró a Claudio Bravo y la lanzó hacia las nubes. Literalmente.

Tras esa escena, los que habían visto fútbol por años, sabían que todo había terminado para Argentina, y también para Messi, quien minutos después anunciara su salida para siempre de la selección.

Por eso es que esa pelota, la misma que en tantas ocasiones (a modo de metáfora) se perdió entre los matorrales de un potrero, adquiría las dimensiones de un objeto sagrado, de culto, casi una pieza arqueológica.

En conversación con emol, Pedro Vásquez, un chileno cualquiera que tuvo la fortuna de asistir anoche al Metlife Stadium, contó que él, ahí en la capital financiera del mundo, fue nada menos que el afortunado de recibir en sus manos la pelota del penal maldito.

“Fue algo increíble. Es un sueño divino. Imagínate, quedarte con la pelota del penal que falló Messi, es para no creerlo, pero es cierto, el balón me llegó a mí”, relató Vásquez, quien reside en Antofagasta.

“Tenía muchas ganas de venir a la final, pero una operación de una hija me lo impedía. Pero mi señora y toda mi familia me decía ‘anda, no seas tonto’. Y bueno, llegué el sábado en la tarde y parece que no me equivoque, porque si bien no llevo la copa a Antofagasta, me llevó la pelota del penal ‘trucho’ del mejor del mundo”, afirmó

El hombre que de seguro guardara la caprichosa en un rincón especial confesó que “me vine sin entradas, ya que unos amigos que estaban acá me aseguraron que me iban a conseguir, y así no más fue. Creo que todo esto que pasó fue algo de arriba, no puedo creer tantas cosas buenas que me pasaron en tan pocas horas en New Jersey”.

“Esto es un honor. Lo que me pasó no tiene precio, no cualquiera se queda con un balón de una definición por penales y mejor aún una pelota de un lanzamiento que perdió Messi, y que no la pudo atrapar Bravo pero yo sí (…) “no voy a poner la pelota en venta, aunque cueste millones. Sólo quiero que me la fotografíen los jugadores de la selección para regalársela a un nieto, quien es fanático de la ‘Roja'”, cerró entre lágrimas.