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Poder

28 de Octubre de 2016

El análisis sin anestesia de Carlos Peña sobre la NM y el rol de Eyzaguirre como “guía intelectual” de Bachelet

“Yo no comprendo cómo alguien pudo, en algún momento, haber pensado que, con todas sus virtudes, Nicolás Eyzaguirre pudo ser una guía intelectual para la Presidenta; o sea, lo único lo que ha demostrado en sus intervenciones públicas es una magnífica confusión. Es una personalidad atractiva, pero no es más que eso, o alguien ve en él un político. Díganme ustedes qué proyecto político coherente ha sido capaz de plantear alguien como Nicolás Eyzaguirre”, afirma.

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Carlos-Peña

En conversación con radio Duna, el abogado y rector de la UDP, Carlos Peña, analizó en profundidad qué fue lo que pasó, qué lectura queda tras la elección municipal del último domingo, y cuáles han sido los inconvenientes que ha debido enfrentar el gobierno de la Nueva Mayoría, derrotado por la derecha en dicha contienda.

“No es que la Presidenta mire la situación de manera indolente, haya decidido quedarse quieta, sin hacer nada, esperando que las cosas se arreglen por sí mismas. Tiene la voluntad, pero carece de la oportunidad. Tiene poco margen de acción”, plantea de entradas el también columnista.

Entrando en el desglose de que lo dejaron los comicios, Peña afirma que “lo que ella reveló es una gigantesca y radical disonancia entre, me parece a mí,  el programa y la ejecución del programa del gobierno de la Nueva Mayoría y los intereses espontáneos de la ciudadanía por la otra”.

“Si alguien se da cuenta de esto, y quedan 15 meses de gobierno, bueno, es bastante fácil advertir que no hay cambio ni maniobra que logre corregir este problema”, complementa.

Consultado entonces por la inacción, por las explicaciones en torno a la lentitud para reaccionar, responde que ” yo creo que ess una mala comprensión intelectual tanto de la política como de la realidad, no? La política no consiste sólo en tener programas intelectualmente bien pensados; es decir, programas cuyo contenido sea moralmente correcto. Se requiere un programa que, poseyendo una inspiración moral o políticamente correcta, sea al mismo tiempo coincidente con los intereses mayoritarios de la ciudadanía. En esto consiste la democracia, en que no basta tener buenas ideas, sino que las ideas que se tengan, además de ser buenas, tienen que ser coincidentes con lo que la gente espontáneamente anhela o quiere”.

“Y lo que ocurrió, me parece a mí, en el caso de la Nueva Mayoría,  es que el gobierno de la Presidenta Bachelet se dejó seducir, empleemos esa palabra,  por un grupo de intelectuales, que fueron capaces de deliberar y de diseñar un programa que, seguramente juzgado por parámetros puramente ideológicos o morales, resultaba extremadamente satisfactorio, conceptualmente satisfactorio, abstractamente satisfactorio, pero que, al mismo tiempo,  no armonizaba con los intereses de la gente, porque Chile había cambiado, y porque allí donde un programa conceptualmente bien trabado como ése, veía en la sociedad chilena un movimiento subterráneo en pos de la igualdad a ultranza, dispuesta a sacrificarlo todo por eso, la estructura chilena en cambio veía brotar grupos de clase media, aspiracionales, preocupados de sí mismos, indóciles frente a las minorías, a las minorías dirigentes, que es el que se reveló, creo yo, en la ultima elección”, profundiza.

Del mismo modo, opina que “lo que pasó en el gobierno de la presidenta Bachelet, creo, es que la presidenta Bachelet de alguna manera estaba presa en su segundo gobierno de un recuerdo traumático, que era un cierto desorden que se produjo en su primera administración, y la manera de resolver esto durante la segunda administración Y este contrato era, en consecuencia, el instrumento inmodificable que la presidenta esgrimía ante la coalición”.

Peña refiere también cómo mutó la clase media, lo que a su juicio explica el cambio en las expectativas frente a un gobierno, y recuerda la importancia que en los debates y el programa tenía la educación, so pretexto de ser la solución de todo fragmentación social.

Con todo, insiste en que la lectura, el diagnóstico, de una sociedad que busca escapar, que siente aversión por el capitalismo, quedó diluida en la última elección, donde triunfa la derecha.

Peña también aborda la guía intelectual que ha tenido Bachelet en este mandato, uno de los cuales ha sido Nicolás Eyzaguirre.

“Yo no comprendo cómo alguien pudo, en algún momento, haber pensado que, con todas sus virtudes, Nicolás Eyzaguirre pudo ser una guía intelectual para la Presidenta; o sea, lo único lo que ha demostrado en sus intervenciones públicas es una magnífica confusión. Es una personalidad atractiva, pero no es más que eso, o alguien ve en él un político”.

“Díganme ustedes qué proyecto político coherente ha sido capaz de plantear alguien como Nicolás Eyzaguirre”, afirma.

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