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Poder

15 de Diciembre de 2016

Trabajos de Guillier a Enrique Correa enfrentan al senador con el laguismo y dividen a la Nueva Mayoría

Tras reconocer los trabajos de coaching comunicacional para la empresa de lobby del exministro concertacionista Enrique Correa, Alejandro Guillier apuntó a filtraciones desde el laguismo para enlodar su candidatura presidencial y desató un fuego cruzado entre parlamentarios de la Nueva Mayoría. La guerra de declaraciones reveló además los bandos tras cada candidato en el oficialismo, polémica a la que se sumó José Miguel Insulza, quien dio crédito a los dichos del presidenciable radical, aunque descartó que el mismo expresidente Lagos esté detrás de la supuesta “operación” para opacar al senador por Antofagasta.

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Un duro enfrentamiento entre adherentes a los precandidatos de la Nueva Mayoría se libró ayer en los pasillos del Congreso luego de las declaraciones del senador Alejandro Guillier, que acusó a sectores laguistas de una campaña sucia en su contra tras la publicación de The Clinic Online donde se cnstata que el personero efectuó charlas y coaching comunicacional a clientes de Imaginacción, empresa de lobby de Enrique Correa.

El precandidato presidencial independiente y apoyado por el PRSD reconoció los trabajos, pero disparó al sector que apoya al expresidente Lagos, abriendo fuego cruzado al interior de la coalición oficialista. Las declaraciones provocaron una defensa explícita de la bancada de senadores del PPD y otros parlamentarios PS hacia Ricardo Lagos y motivaron una reacción de José Miguel Insulza, otro precandidato PS que se quedaba abajo del debate y que terminó por incendiar la pradera en la Nueva Mayoría.

Los bandos

El senador por Antofagasta partió el día respondiendo a la polémica por aparecer riéndose en la cena de Asexma, donde le regalaron una muñeca inflable al ministro de Economía, Luis Felipe Cespedes. Dijo que fue un error. Luego, pasadas las 11 de la mañana, respondió a medias por sus labores a Imaginacción. Aún no existe claridad respecto de por qué la información no estaba en su currículo, ni quiénes fueron sus clientes, ni el periodo en que realizó los trabajos. Se limitó a aseverar que la información habría sido filtrada por laguistas malintencionados.

“Yo lamento que en esto se vea involucrado el expresidente Lagos, del cual tengo el mayor respeto. Pero mucha gente que lo está rodeando está tratando de causarles un daño a todos y me parece es lo más brutal que me ha pasado en los treinta y tantos años que llevo como periodista profesional. Lo lamento, no esperaba esto”. Ahí fue cuando, antes de ser consultado en detalle de sus trabajos para Correa, apuntó a sectores del laguismo que “están desesperados, porque su candidato no prende”.

Las acusaciones de Guillier hicieron eco rápidamente en los parlamentarios oficialistas en el Congreso y en el mismo Lagos, quien respondió pasado el mediodía diciéndole a su contendor que “si comete el error de ponerle nombre a eso, yo le diría ‘demuéstrelo señor’”.

“Me gustaría que él si dice una cosa así tratara de elevar el nivel. Yo a él lo he tratado como debe ser a alguien que pertenece a mi misma coalición y yo no entro a calificar ese tipo de situaciones”, afirmó Lagos”.

El senador recibió las respuestas de Lagos en el Congreso, después de reunirse con la directiva del Movilh, donde además de tocar temas de la agenda de esa organización, les entregó la versión de su rol en el caso del Juez Calvo a Rolando Jímenez y compañía.

Mientras la polémica escalaba, la bancada de senadores del PPD organizó un punto de prensa durante la hora de almuerzo para criticar las acusaciones de Guilier sobre el laguismo y sus dardos a ese bloque, la que se llevó a cabo pasadas las 4 de la tarde en el Hall El Pensador.

En esa declaración la senadora Eliana Muñoz y los senadores Felipe Harboe, Jaime Quintana y Eugenio Tuma llamaron a la transparencia, a no victimizarse ya que, según dijeron, “una campaña al estilo estadounidense, de descalificaciones, no es lo que Chile necesita”.

Inmediatamente después de esa conferencia vinieron las declaraciones del también PPD Tucapel Jiménez, que defendió a Guillier diciendo que el partido aún no ha zanjado un apoyo irrestricto a Lagos y respaldando los dichos del senador por Antofagasta. Sobre esto, ejemplificó con una columna de opinión del exjefe del “Segundo Piso” de La Moneda durante el mandato de Ricardo Lagos y padre del actual ministro de Cultura, Ernesto Ottone, donde “atacaba” al precandidato radical.

A esa altura, además, ya se había sumado a la pelea el otro precandidato del PS, José Miguel Insulza, quien apoyó a Guillier diciendo que estas críticas -como la de su participación en la Fundación de la Minera Escondida BHP Billiton-, le parecían “bastante raras” y que efectivamente algunos seguidores “son más papistas que el Papa”.

Además, agregó sobre la supuesta campaña sucia contra el senador que efectivamente “alguien pasa esos datos”, en referencia a los dichos sobre el laguismo “mala leche”, aunque descartó que el propio Ricardo Lagos estuviera al tanto de una posible operación contra el periodista. De todas maneras, el fuego amigo en el Congreso ya estaba desatado.

Guerra de declaraciones en el PS y PPD

La vinculación con el lobista exPS desató las pasiones en el Congreso, donde uno a uno los parlamentarios fueron tomando bando y revelaron sus preferencias y reticencias frente a los presidenciables.

“Yo le diría a Alejandro Guillier que tuviera calma, que se empieza a desesperar un poco y tener reacciones poco prudentes. Porque está claro que quien se somete a una candidatura surgen muchos antecedentes y van a surgir muchas cosas porque es propio de hacerlo. Los otros candidatos ya pasaron por lo mismo en su momento. Entonces que no busque sin mayor fundamento responsabilidades en otros”, dijo el senado Carlos Montes al ser consultado por The Clinic Online.

En la misma línea, el senador Quintana, que apareció junto a la bancada PPD apoyando al expresidente, señaló que “quien tome la decisión de ser candidato presidencial debe transparentar todo”, en referencia a las actividades reconocidas por Guillier para Imaginacción. En tanto, el senador Guido Girardi declinó referirse al tema.

Fidel Espinoza, uno de los diputados que el martes recién pasado estuvo en una cena de adherentes PS con el expresidente, se reconoció “laguista 100%” y señaló que “hace unos días, cuando hubo algunas críticas respecto a que Guillier tenía vinculación con temas mineros yo salí a decir que no era bueno el chaqueteo entre nosotros mismos. Lo mismo le planteo ahora. El presidente Lagos es una persona seria, que jamás se va a prestar para un juego político de esas características”.

Por su parte, el presidente de la Cámara de Diputados, Osvaldo Andrade, sólo se limitó a decir que “no hay peor cosa en la política que victimizarse”, mientras la presidenta de la bancada comunista, Karol Cariola, dijo que “¿por qué tendría que ser una información mala? Si no hay nada que ocultar, ¿por qué tendría que ser negativo que trabaje para una empresa? O sea, yo comparto que Enrique Correa no es el personaje con los trigos más limpios, pero eso lo tiene que explicar Guillier”.

En la otra esquina, Pepe Auth, recientemente renunciado al PPD, le quitó importancia a la polémica diciendo que “hay una especie de doble estándar en que se le exige al favorito cosas que son completamente ridículas de exigir, mientras que tienes al candidato principal, que es una empresa en sí mismo, que es Piñera”.

Auth además recalcó que ningún candidato llega con “guantes de seda” a la presidencia y apeló a la poca experiencia en este nivel de candidaturas. “Alejandro Guillier es primera vez que entra en una disputa de este tipo y obviamente su piel está menos gruesa. No está habituado a fuego cruzado”, dijo.

El diputado PS Leonardo Soto, que llevó al senador a hacer campaña municipal en su distrito, se mantuvo alineado con Guillier diciendo que no le parece censurable per sé que un hombre de las comunicaciones en uso de sus capacidades profesionales preste servicio de coaching, expresión oral, escrita, estratégica”.

“Ahora bien, en campaña presidencial suelen utilizarse hasta los hechos más nimios para afectar la reputación que alguien tiene. Ciertamente lo qué hay detrás de esto es una operación política, agregó.

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