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Nacional

28 de Diciembre de 2016

De Mauricio a Ramiro: La historia de un frentista consecuente

A Mauricio Hernández Norambuena siempre le atrajo la política. Comenzó a militar en la Juventudes Comunistas durante su adolescencia, pero cuando Chile quedó bajo el dominio de una dictadura militar entendió que debía llegar hasta las últimas consecuencias. En ese momento dejó de llamarse Mauricio, para convertirse en Ramiro. Sus acciones como miembro del Frente Patriótico Manuel Rodríguez se convirtieron en condenas. El secuestro de Cristián Edwards y la autoría intelectual del asesinato a Jaime Guzmán lo llevaron a la cárcel. Sin embargo, para el comandante Ramiro se tratan de acciones de ajusticiamiento, porque si no lo hacían ellos, no lo haría nadie.

Por

Dara Silva y Roberto Guzmán

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Si una acción puede definir, a un hombre, es posible que a Mauricio Hernández Norambuena lo definen muchas. Durante el escape no fue capaz de subirse por completo al canasto y mientras el helicóptero comenzó a ascender se aferraba para no caer. Sus pies volaron en el aire prácticamente todo el trayecto.

Laura Hernández Norambuena:
“Mi hermano es una persona consecuente con lo que piensa, con lo que cree y con lo que hace. Decidido. Muy decidido y responsable por las cosas que ha emprendido en la vida, principalmente con lo que tiene que ver con su militancia y con su lucha”.

Mauricio Herández. Oriundo del Cerro Esperanza de Valparaíso, tenía solo 13 años cuando comenzó a militar en las Juventudes Comunistas al igual que sus cuatro hermanos: Laura, Cecilia, Iván y Patricio. Le gustaba jugaba a la pelota. Era uno de los mejores. Su segunda militancia era en el Club Social y Deportivo Orompello. Su mejor año en el club deportivo fue cuando tenía 18 años y la Unidad Popular había sido extinguida, hecha polvo, y sobre ella se instaló una dictadura militar que duró 17 años.

Mauricio Hernández, 2002, periódico Estado de Sao Paulo:
“Comencé a militar en las juventudes comunistas en 1971, en pleno gobierno de Salvador Allende. Vengo de una familia de izquierda. Mis padres eran socialistas y mis hermanos comunistas. En el período que comencé a militar era muy difícil que un joven estuviese ajeno al proceso político de la época, ya que la vida del país estaba totalmente politizada, producto del gobierno de la Unidad Popular (UP), el cual propiciaba múltiples espacios de participación ciudadana para enfrentar los problemas del país”.

En el corazón de Mauricio se dividía la pasión por la camiseta y por la necesidad de un mundo mejor al que podía ofrecer una dictadura. Y esa división, en alguna medida, desapareció cuando se creó la rama cultural del Orompello. En ella participó junto a sus hermanos y a otros amigos del barrio. Organizaron peñas y jornadas solidarias, pero esto no era suficiente. Ya no era el Mauricio del colegio y de la Unidad Popular, ahora era un alumno de Educación Física en la Universidad de Playa Ancha, el deporte era lo suyo, y discernió que había otras posibilidades al alcance de su mano.

Laura Hernández, sobre el Club Orompello:
“El club de sus amores, la mayoría de mis hermanos son futboleros, es como es club del barrio y jugaban a la pelota ahí y a su vez también conformamos ahí un espacio social que tenía que ver con una rama cultural, era un poco nuestra organización de masas dentro de lo que se hacía en la clandestinidad”.

Cuando se vive y crece en una dictadura y la libertad de transitar por las calles tiene hora límite. Cuando se es testigo de detenciones por pensar distinto. Cuando se desaparecen a hombres y mujeres. Cuando hay por todo el país centros de tortura y cuando vives con miedo porque puedes ser el próximo, sumergirte en la clandestinidad, dejar tu casa, tu familia, tus amigos y tomar las armas como método de lucha no parece ser una decisión inmadura y apresurada. Mauricio entonces, a los 25 años, dejó de llamarse así, en el Frente Patriótico Manuel Rodríguez lo conocían como Ramiro.

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En el Frente no se combatía la dictadura con marchas o protestas, o manifestando y compartiendo lo que opinaban en peñas o jornadas solidarias. Estar en el FPMR exigía preparación paramilitar mínima. Ramiro se hizo parte cuando este se creó en 1983, como él muchos militantes de las Juventudes Comunistas se unieron al Frente, y es que este es el hijo subversivo del Partido Comunista, fue un hijo deseado y pensado por mucho tiempo, desde que los comunistas pasaron a ser un partido ilegal en Chile. Todo estaba cuidadosamente pensado, tanto así que la elección del líder no fue al azar asumiendo el rol el que estuviera disponible, sino que lo tenía que asumir el que estuviera más preparado.

Mauricio Hernández, 2002, periódico Estado de Sao Paulo:
“El frente era un aparato armado, clandestino, jerarquizado verticalmente, en el cual su dinámica fundamental era de carácter operativo y se expresaba principalmente por formas armadas. En ese tiempo había jefes en varios niveles y, durante un tiempo, comandantes”.

Ramiro Se fue a cuba para recibir instrucción paramilitar. Volvió y luego se transformó en comandante, por este rol es popularmente conocido como Comandante Ramiro.

Mauricio Hernández Norambuena
Mauricio Hernández Norambuena

Mauricio Hernández, 2002, periódico Estado de Sao Paulo:
“En la década de los 80’ como rodriguista, tuve la oportunidad, al igual que tantos jóvenes chilenos de organizaciones de izquierda de recibir preparación en Cuba como parte del esfuerzo solidario de esa revolución para con el pueblo chileno que luchaba contra la dictadura de Pinochet”.

Cuando el Frente decide matar al dictador la información solo la manejaban los ideólogos. Hasta el momento era la operación más importante en la historia del grupo guerrillero y no se podían correr riesgos innecesarios. El Comandante Ramiro era una de las personas que sabía exactamente lo que se llevaría a cabo. Se encargó de reclutar a frentistas que quisieran participar. La propuesta clave era: “estás dispuesto a morir”. Matar a Pinochet era sinónimo de arriesgarlo todo, arriesgar la vida, existía la posibilidad cierta de morir. Intuían que existía algo grande e importante en esa propuesta, pero ninguno supo cuál era la razón de aceptar morir hasta que se reclutaron todos en la casa del poblado de La Obra, cerca de San José de Maipo. Salieron de esa casa con la arenga del último discurso del presidente Salvador Allende guardada en un cassette y reproducida en una radio.

Último discurso Salvador Allende

El atentado realizado el 7 de septiembre de 1986 fracasó. Murieron cinco escoltas y once resultaron heridos, pero el general Augusto Pinochet siguió con vida. Sobrevivió a los fúsiles M16, a los lanzacohetes M72 Law y granadas de manos varias. Y hasta se apareció la imagen de la Virgen Perpetuo Socorro en una de las ventanas de su auto que resultó impactada por balas durante el enfrentamiento. El Frente Patriótico Manuel Rodríguez Estuvo a punto de cambiar la historia de Chile, pero fracasó .

Mauricio Hernández: “De mi parte, tuve la oportunidad de ser convocado para esta operación

El Frente Patriótico Manuel Rodríguez se emancipó, en 1987 cortó los lazos que tenía con el Partido Comunista. No estaban de acuerdo con abandonar la lucha armada. Ahora eran autónomos y lanzaron la Guerra Patriótica Nacional para lograr la sublevación de masa en contra la dictadura. Unos se fueron acatando la orden del Partido Comunista, pero otros llegaron. Y a otros los mataron. Mataron al líder de la organización, Raúl Pellegrin. Asumió su lugar Galvarino Apablaza, que fue secundado por otros dos frentistas, luego de la muerte de uno de ellos, el Comandante Ramiro ocupó su lugar. Mauricio era una de las cabezas del frente en uno de los momentos más importantes del país, la dictadura estaba a punto de terminar a través de un plebiscito, “Chile, la alegría ya viene” decían. Se acercaba la época de la justicia “en la medida de lo posible”, y esto no era suficiente.

Mauricio Hernández, 2002, periódico Estado de Sao Paulo:
“Fueron distancias políticas las que llevaron a la ruptura del frente con el PC. Se podrían resumir en que el fin de la dictadura, para el frente, pasaba por su derrota político-militar y, para el PC, por derrotarla políticamente, siguiendo el itinerario trazado por Pinochet. Esas diferencias tuvieron su base en lecturas distintas de ese contexto hechas por el PC y por el frente. La postura del frente explica por qué perseguimos en el camino de la confrontación armada contra la dictadura”.

Chile volvió a la democracia y el frente siguió actuando. Mauricio Hernández Norambuena fue el autor intelectual del asesinato de Jaime Guzmán el año 1991, actúo en el secuestro de Carlos Carreño y Cristián Edwards. Por esto, por otros hechos más y por infringir la ley de armas, por asociación ilícita, por conductas terroristas, la falsificación de instrumentos públicos y suplantación de identidad, fue condenado en 1993 a doble cadena perpetua.

Mauricio Hernández: (www.mauriciohernandeznorambuena.com)
“Guzmán era un anticomunista furibundo, líder máximo de la extrema derecha chilena e instigador del golpe militar de 1973 que derribó a Salvador Allende y acabó con la democracia. Después actuó como uno de los principales ideólogos de la dictadura. Eso son algunos de los motivos que nos llevaron a hacer su ajusticiamiento”.

Pero la cárcel no era el lugar donde el Comandante Ramiro quería estar, y menos si se encontraba ahí por acciones que él consideraba justas, eran ajusticiamientos que nunca iban a llegar, estaban fuera de la “medida de lo posible”. En 1996 pasó lo que nadie esperaba, la cárcel no estaba preparada para algo así. Ni los presos, ni los gendarmes pensaron que un día un helicóptero se iba a posar sobre la Cárcel de Alta Seguridad, iba a lanzar un canasto y cuatro presos, no cualesquiera, cuatro miembros del Frente Patriótico Manuel Rodríguez, subirían rápidamente, y el helicóptero iba a emprender vuelo con uno de ellos afirmado solo de los brazos, antes de que algún gendarme pudiera hacer algo. Lo único que quedó fue el polvo levantado por las aspas.

Laura Hernández:
“El día que él se fuga yo estaba trabajando en Quillota en un hospital y me entero por una llamada telefónica que me hace una amiga que escucha en la televisión o en la radio que habría existido una fuga y que parece iba mi hermano. Me voy a la residencia a buscar una televisión porque inmediatamente los canales comenzaron a transmitir y me entero en ese momento que efectivamente está entre los cuatro que se fuga. Me faltaron pies para saltar”.

Se había convertido un prófugo de la justicia. Su familia ni nadie supo de él, pudo haber estado en Colombia, Nicaragua o en Cuba. Desde donde haya estado llegó a Brasil el año 2001 y no pasaron más de seis meses para que se incorporara a una nueva acción. Esta vez el objetivo fue secuestrar al publicista brasileño Washington Olivetto. Por esto, el 2002 fue detenido y acusado de secuestro y condenado a 30 años de cárcel, pero esta vez en Brasil.

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Su régimen carcelario es extremo y cuando recién comenzó a cumplir su condena fue mucho peor. Permaneció bajo un sistema de encierro que se extiende por 23 horas diarias, con restricción del régimen de visita, solo sus familiares directos y se encuentra en una celda mínima. En Chile su familia y amigos crearon una campaña para exigir su libertad, más bien su extradición a Chile. Se bautizaron como: Todos por Ramiro. Fue trasladado a diferentes cárceles, finalmente llegó a la Cárcel Federal de Porto Velho. El lugar de reclusión cambió, pero el régimen no.

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