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Opinión

24 de Abril de 2017

Agustín Edwards Eastman sobre El Mercurio: “Ni ahora ni antes he tenido influencia en la línea editorial”

El 25 de septiembre de 2013 el dueño del holding prestó declaración en el caso por sedición en su contra ante el ministro Mario Carroza. En esa oportunidad, Edwards reconoció haberse reunido con el exdirector de la CIA, Richard Helms, y el exsecretario de Estado de EE.UU. Henry Kissinger, los días posteriores al triunfo de Salvador Allende en 1970, pero negó haber influido en el Golpe de Estado y las publicaciones de su propio medio. Además, aseguró que no recibió aportes de EEUU, que no hubo relación entre El Mercurio y la CNI, y que no tenía antecedentes sobre la operación Colombo. “El Gobierno Militar a mi me salvó la vida”, dijo.

Ricardo Ahumada
Ricardo Ahumada
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Fue el 25 de septiembre de año 2013 que Agustín Iván Edmundo Edwards Eastman, el fallecido dueño del holding El Mercurio, prestó declaración ante el ministro Mario Carroza por el caso iniciado por las agrupaciones de Familiares de Ejecutados Políticos (AFEP) y de Familiares de Detenidos Desaparecidos (AFDD) por sedición.

Y lo hizo respondiendo bajo juramento a las preguntas de Carroza, acompañado del otrora también abogado de Augusto Pinochet, Miguel Schweitzer, en las que relató su viaje a Estados Unidos un día después de que Salvador Allende se convirtiera en Presidente de la República, su autoexilio, las amenazas que supuestamente habría recibido hacia él y su familia, y la “verdadera” injerencia que tenía sobre la línea editorial de El Mercurio.

Después de responder las primeras preguntas sobre el viaje del 5 de septiembre de 1973 hacia EE.UU. y el tenor de una reunión con el CEO de Pepsi Cola, Donald M. Kendall, el dueño de “El decano” relató su salida del país cuando resultó electo el gobierno de la Unidad Popular.

“Tengo recuerdo que llegué a la casa del presidente de la embotelladora PEPSI, Kendall, en Nueva York, a quien el Presidente NIXON lo llamó cuando estábamos juntos, y la conversación se volció a lo que había ocurrido en Chile. La relación de ambos derivaba del hecho que NIXO comentó sobre mí, y KENDALL le indicó que yo estaba presente, y esa es la razón por la cual yo posteriormente fui a Washington, lugar donde fue recogido en el aeropuerto por HELMS, Director de la CIA y llevado hasta el lugar de reunión donde estaba KISSINGER. No tengo recuerdos de haberme entrevistado con NIXON”, dijo.

Ante las preguntas sobre la relación con la CIA y su participación en la orquestación de un golpe de Estado contra Allende, Edwards negó esos hechos y reiteró que la reunión con las más altas autoridades de seguridad de ese país “se efectuó días después de la elección de Salvador Allende oportunidad donde se comentó las circunstancias de hacer salido un presidente comunista (sic) en un país democrático, pero en ningún caso se pensaba en un golpe de estado o algo parecido, ni menos de un financiamiento hacia el diario El Mercurio”.

Más adelante, Agustín desechó las razones del viaje esgrimidas por Carroza en una de sus preguntas y relató que la razón de su autoexilio -que duró hasta el año 1975- habrían sido las amenazas que recibió durantes las elecciones de 1970. “De hecho para el día de las elecciones, mi familia justamente por razones de seguridad se encontraba en Argentina, ya que se habían montado puestos de vigilancia cercanos a mi casa en Isidora Goyenechea”, señaló.

“No tuve noticias de El Mercurio”

A pesar de que el Informe Church del Senado de Estados Unidos e investigaciones como las de Peter Kornbluh, que lo sindican como uno de los impulsores del Golpe de Estado de 1973, Edwards negó tajantemente haber recibido dinero de la CIA para El Mercurio.

Es más, Agustín Iván Edmundo dice que en ese época, en el extranjero “estaba preocupado de encontrar un trabajo en EEUU, lo que se concretó en la PEPSI donde estuve hasta el año 1975, fecha de mi regreso”.

“Mientras estuve en EEUU no tuve noticias del Diario El Mercurio, ignorando lo que pudiera estar ocurriendo con la empresa. Para el año 1975, empecé a tener algo de información de lo que estaba ocurriendo en el país, ya que como le señalé mi interés estaba centrado en mi trabajo allá y en la subsistencia de mi familia”, explicó.

Más adelante, el periodista Edwards relata que cuando regresó al país llegó a hacerse cargos de los negocios de la familia, pero aseguró uno de los dichos más inverosímiles de su declaración: que no tenía injerencia sobre la línea editorial de El Mercurio.

“Debo reiterar que El Mercurio no recibió aportes de EEUU, ni hubo relación más estrecha entre El Mercurio y la CIA, más de lo que ya he declarado; no manejé información sobre las situaciones de los Servicios de Inteligencia en Chile, ni antes ni después del año 1975; en la actualidad soy accionista de El Mercurio y pertenezco a su directorio, pero ni ahora ni antes he tenido influencia en la línea editorial de éste”, señaló.

El líder de los Edwards además respondió a la pregunta sobre el bloqueo de información sobre violaciones a los derechos humanos en el país diciendo que no era efectivo que hubiera dado una orden de no publicarla.

Además, negó que existieron contactos entre El Mercurio y la CNI y dijo desconocer antecedentes sobre la Operación Colombo, el homicidio de 119 personas militantes del MIR.

“A su pregunta, en el sentido que de acuerdo a algunos textos se me cita como una persona que pudo haber influido en el Golpe de Estado, debo responder que para dicha época yo no me encontraba en el país, y a su consulta acerca de un grupo o Cofradía Náutica debo responder que éste empezó mucho antes, y su creación y objetivos son muy diversas de los fines políticos que se les ha pretendido dar”, finalizó.

ESTA ES LA DECLARACIÓN FIRMADA POR AGUSTÍN EDWARDS EASTMAN:

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