El historial racista de Donald Trump

“Soy la persona menos racista que haya visto jamás”, decía el presidente de Estados Unidos, Donald Trump a fines de 2015, frase que repetiría durante la campaña que terminaría ganando a la demócrata Hillary Clinton.

Pero Trump, así como el que repite algo para negar lo que sí es, efectivamente es xenófobo. O al menos, su actuar, los hechos tras de sí, de esa manera lo confirman.

Recuerda El País en la publicación Donald J. Trump: una biografía a la sombra del racismo que su afán quedó al descubierto cuando echa a andar su carrera política con la teoría de que el entonces presidente Barack Obama no era originario de Estados Unidos. Esto tiene lugar en 2011, cuando a Obama le acusaba de haber nacido en otro país. Como Kenia.

Tanto se instaló el asunto, la postverdad, que Obama debió mostrar su certificado de nacimiento. Entonces, sólo entonces, ya en 2013, Donald Trump recién reconoce a Barack Obama como estadounidense.

Más de dos décadas antes, Donald Trump es protagonista, o más bien desenvuelve un rol principal, en un caso de un supuesto crimen en Central Park, en donde estaban involucrados cuatros jóvenes de raza negra y un latino. El hecho se conoció como ‘Los cinco de Central Park’ y se trató de una historia que mandó a la cárcel, por más de 10 años, a quienes resultarían inocentes. En un principio, antes de que se le juzgase, Trump pedía a todo pulmón la pena de muerte. Luego, cuando el paso del tiempo demostró que la historia no era verdad, sólo diría “ellos dijeron que eran culpables”. “La policía que primero llevó a cabo la investigación dijo que eran culpables, es un escándalo que el caso se cerrara con tantas pruebas en su contra”, agregaría además.

Durante esa misma época, recuerda El País, Donald Trump ya se había convertido en un promotor inmobiliario de la zona de Manhattan. Pero el asunto es que antes, a principios de los 70′, junto a su padre, Fred, había sido denunciado por discriminación racial. Un informe del FBI -dice textualmente El País- recogía testimonios de familias afroamericanas rechazadas, así como de empleados de la época que, entre otras cosas, contaban que les obligaban a marcar con una C de Colored (persona de color) las solicitudes de negros. “Al final de mis dos semanas en Tysen Park, Fred Trump me dijo que no alquilara a negros”, decía un exdependendiente despedido por los Trump.

Sobre esta situación hubo un acuerdo extrajudicial y Trump no tuvo que admitir responsabilidades, tampoco recibió ninguna sanción, pero sí se comprometió a mejorar sus conductas.

 

A estos antecedentes, y cuando el asunto racial de Virginia está candente aún, habría que agregar que en el libro “Trumped, la historia interna del verdadero Donald Trump”, escrito por el expresidente del Trump Plaza Hotel and Casino en Atlantic City, John O’Donnell, se relatan discriminadores comentarios referidos a afroamericanos y judíos. “Tengo contables negros en Trump Castle y en el Trump Plaza, ¡tipos negros contando mi dinero!”, cuenta O’Donnell que decía Trump.

“Lo odio, el único tipo de personas que quiero que cuente mi dinero son los tipos bajitos que llevan yarmulkes (en referencia la kipá judía) todo el día. Nadie más. Además, te digo otra cosa: creo que ese tipo es vago. Y probablemente ni siquiera sea su culpa, porque la pereza es algo común en los negros. Lo es, así lo creo, no es algo que puedan controlar”, habría dicho además el actual mandatario, según el relato.