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Nacional

27 de Agosto de 2017

Carlos Peña desmenuza “el fraude de la DC”

En su tradicional columna en el diario El Mercurio, el abogado manifestó que la falange, "a fin de cumplir con la ley de cuotas, inscribió como candidata a senadora por la Región de Arica a Trinidad Parra. Sin embargo, el mismo día, o casi, confesó que su candidato era, en realidad, José Miguel Insulza. Ahí tiene usted un fraude casi perfecto". El ex ministro, "emocionado explicó por qué, luego de haber jurado que no aceptaría nada que no fuera Atacama, decidió ir por Arica: Yo respeté mi palabra empeñada con Atacama, pero ahora tengo un compromiso distinto y lo haré sin ningún problema (sic)". "Al oír eso fue inevitable recordar a Groucho Marx: Estos son mis principios. Y si no le gustan, tengo otros", apuntó.

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“Comete fraude, enseña un viejo texto legal, quien ‘salvadas las palabras de la ley, elude su sentido’ (Digesto 1, 3, 29). Es lo que acaba de hacer, de manera flagrante, la Democracia Cristiana”.

Así comienza la tradicional columna del rector Carlos Peña en el diario El Mercurio, la que se centra en el fraude que ha cometido la DC en el último tiempo en materia política, y que se traduce en el apoyo a la candidatura a senador por Arica de José Miguel Insulza, mientras que su candidata oficial era Trinidad Parra.

En este caso manifestó que “a fin de cumplir con la ley de cuotas, inscribió como candidata a senadora por la Región de Arica a Trinidad Parra. Sin embargo, el mismo día, o casi, confesó que su candidato era, en realidad, José Miguel Insulza. Ahí tiene usted un fraude casi perfecto, un ejemplo de manual: el partido dice que su candidata es Trinidad Parra, y al día siguiente sus dirigentes declaran, con total impudicia, que en realidad no, que no era cierto, que el verdadero candidato tras el cual se encuentra la voluntad del partido es José Miguel Insulza, quien, no se sabe si en conocimiento o no del ardid, agradeció”.

Añadió que “emocionado explicó por qué, luego de haber jurado que no aceptaría nada que no fuera Atacama, decidió ir por Arica: Yo respeté mi palabra empeñada con Atacama, pero ahora tengo un compromiso distinto y lo haré sin ningún problema (sic)”.

“Al oír eso fue inevitable recordar a Groucho Marx: Estos son mis principios. Y si no le gustan, tengo otros”, recalcó Peña.

En otros pasajes de su escrito, el abogado profundizó en que “como la igualdad exige que nadie experimente desventajas inmerecidas, la ley de cuotas tiene por objeto obligar a los partidos a comprometerse con un porcentaje de candidatas mujeres a fin de compensar las desventajas que, como consecuencia de factores culturales e históricos, ellas experimentan. No se trata, pues, solo de inscribirlas. La inscripción es una manifestación de la voluntad de apoyar y promover esas candidaturas. Por eso, en la literatura se habla de discriminacion inversa: se trata de dar ciertas ventajas a las mujeres para compensar las desventajas y los obstáculos que el género ha padecido. Justo lo contrario de lo que hizo la Decé”.

“En vez de apoyar la candidatura de una mujer, utilizó su nombre para cumplir ritualmente con la ley”, dijo, al mismo tiempo que aseguró que “inscribió a su candidata; pero sin ninguna voluntad de apoyarla, sin el propósito de comenzar a remover los obstáculos que las mujeres experimentan para alcanzar el poder. O sea, se preocupó de salvar la letra de la ley y eludir su sentido. O, si se prefiere, la Decé cometió una simulación: declaró una voluntad insincera que resultó era el disfraz de la otra. Al inscribir a Trinidad Parra, dijo que su voluntad era llevarla como candidata, pero abandonó esa voluntad para promover a José Miguel Insulza”.

“Solo resta por ver lo que dirá Carolina Goic de todo esto. Ella, que es mujer y está preocupada de recuperar la presencia de la ética en la política (¿o tampoco era en serio?), no puede guardar silencio. Salvo que -como José Miguel Insulza- también crea en el destino”, sentenció.

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