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Opinión

21 de Septiembre de 2017

Carmen Hertz: “Es mentira que los expresos políticos declararon bajo secreto en la Valech”

La reconocida abogada de derechos humanos y candidata a diputada, Carmen Hertz, entra de lleno al debate sobre el proyecto de ley para levantar el secreto de 50 años que pesa sobre los testimonios de la Comisión Valech. Acá, explica porque es falso que las víctimas de prisión política y tortura hayan declarado bajo reserva, desmiente al expresidente Ricardo Lagos y acusa que muchos sectores están manipulando los hechos de forma "impúdica". Además está molesta con su coalición, la Fuerza de la Mayoría, por su "silencio ominoso" en las discusiones de derechos humanos y las arremetidas de impunidad que provienen desde las Fuerzas Armadas y que, afirma, se hicieron sentir fuerte en septiembre.

Macarena García Lorca
Macarena García Lorca
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Este 11 de septiembre, cuando se conmemoraban 44 años del Golpe de Estado, a Carmen Hertz la sorprendió el anuncio de la Presidenta Bachelet de darle discusión inmediata al proyecto de ley para levantar el secreto por 50 años de los antecedentes de la Comisión Valech I. Era una reivindicación histórica del mundo de los derechos humanos que dormía en el Congreso. Pero casi de inmediato surgieron voces críticas de parlamentarios de la Nueva Mayoría, el Ejecutivo tuvo que retroceder y se agregaron indicaciones en la comisión del Senado. La destacada abogada asegura que estas modificaciones desvirtúan el proyecto original, que busca que sean los tribunales los que accedan a la información para avanzar en verdad y justicia.

Pero lo que realmente desató la molestia de Hertz es el debate que surgió en torno a cómo se estableció el secreto de los testimonios de las víctimas de prisión política y tortura que declararon ante la Comisión, las caricaturas que se han hecho del proyecto de ley y la arremetida del establishment, que, acusa, está manipulando la realidad.

Tras el anuncio de la mandataria, Ricardo Lagos dijo que el secreto fue parte del decreto que creó la Comisión Valech, pero agrupaciones de expresos políticos afirman que eso es falso.
-Mira, se ha hecho una distorsión y una manipulación de muchos conceptos, que es bastante impúdica. En primer lugar, el decreto presidencial que crea la Comisión Valech, el decreto supremo N°1040, estableció la reserva para las actuaciones de la Comisión y para los antecedentes que recibía. Obviamente, la reserva era inherente al funcionamiento de la Comisión, duró mientras funcionó y no más. Esa era su duración. Se ha pretendido equiparar los efectos de este decreto supremo con la ley de reparación 19.992, que se dictó mucho meses después que cerró el funcionamiento de la comisión [en diciembre de 2004]. En su artículo 5, la ley estableció los 50 años de secreto, que es una situación jurídica y de hecho absolutamente distinta. No hay una continuidad del secreto como se ha pretendido instaurar. Eso es falso. Me parece que es una ignorancia increíble no distinguir los efectos de un decreto supremo y de una ley.

Cuesta creer que se trata de mera ignorancia. ¿Por qué crees que ciertos sectores, incluido el propio Lagos, insisten en que se comprometió el secreto a las víctimas de prisión política y tortura que declararon?
-Por supuesto que no es ignorancia. Buscan instalar esta idea falsa y para eso tienen todo el apoyo mediático y el apoyo ruidoso de la derecha. El secreto de los antecedentes fue una decisión política que tomó el gobierno de Lagos cuando se mandó la ley de reparación. Y encima, ahora, pretenden que esa decisión política no pueda ser cuestionada y hacerlo es poco menos que una injuria personal.

Lagos también dijo que se estaba faltando a su honor.
-Lo segundo que se ha dicho para justificar el secreto tiene connotaciones muy complicadas, casi perversas, argumentan que se hizo porque las víctimas lo pidieron. Eso no es así. Falso. El hecho que una víctima haya hablado con Ricardo Lagos y se lo pidiera, es una cosa. Pero de la excepción, se trata de hacer regla general, eso da cuenta de otra manipulación. Veo casi la misma arremetida mediática y del establishment, que hubo para la mesa del diálogo, estaban como locos, frenéticos, tratando de instalarla como si fuera la fuente de la verdad, para el fraude que resultó después…

Además se ha dicho que es para proteger la privacidad de las víctimas…
-Caricaturizan el proyecto, como si más o menos se pretendiera ir a la plaza pública a colgar los antecedentes. No, eso también falso, es para que los tribunales de justicia puedan acceder a la información y que avancen las investigaciones. En 2004, cuando se hizo la Comisión Valech, había denegación total de justicia respecto al delito de tortura, los tribunales no investigaban, era tal la resistencia, no solo de los tribunales, sino del establishment político que, cuando se estaba produciendo el desafuero de Pinochet, en ese momento el delfín que tenía la Concertación, para designarlo como comandante jefe de la Fuerza Aérea, era el general Gabrielli.

¿Quién era general Gabrielli?
Gabrielli siendo teniente, en la base área de Cerro Moreno, en el año 73, después del Golpe, fue individualizo por varias de las victimas que él personalmente torturó. En ese entonces, fue un escándalo, la defensa que hicieron del general Gabrielli para qué te digo. Hubo jerarcas de la Concertación, como José Antonio Viera Gallo o  José Miguel Insulza, que dijeron que los tribunales iban a colapsar si las víctimas de la tortura se querellaban. De esa liviandad fueron los comentarios que se hicieron. Dada la denegación de justicia, en 2004 se creó la Comisión. Quiero ser enfática en esto: para las víctimas ir a declarar a la Comisión no fue ir a un confesonario, fueron a denunciar.

Claro, si entregaron los antecedentes, seguramente no fue para que se metieran en un cajón por 50 años.
-No,  fue la instancia formal del Estado, donde por primera vez, las víctimas pudieron denunciar lo que les ocurrió. En los medios no se ha dicho nada de las múltiples agrupaciones de expresos políticos que han sacado declaraciones fuertísimas que dicen que ellos jamás declararon bajo secreto. ¡Eso no fue así nunca, es mentira que declararon bajo secreto! Es la posverdad desatada, no se prometió nunca a nadie secreto, nadie fue en esa condición.

Además, ¿levantar el secreto es una recomendación de los organismos internacionales, no?
-Todos los organismos internacionales, -cuestión que en este debate se ha omitido-, como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, la Comisión contra la tortura de la ONU, relatores especiales de la ONU y la propia Corte Interamericana, le han recomendado expresamente al estado de Chile la derogación de esta norma.

En una entrevista, el fin de semana, Lagos se preguntó por qué los abogados de derechos humanos no levantaron la voz en el 2004 por el secreto. 
-No, reclamamos muchísimo, las arremetidas de impunidad de la Concertación fueron una tras otra. Siempre denunciamos el secreto de los 50 años, porque fue una bofetada para las víctimas, más allá de las intenciones, porque aquí no se trata de las intenciones del señor Lagos, tú comprenderás que me dan exactamente lo mismo, lo que importa son los resultados públicos. La comisión Valech fue una excelente iniciativa, que surge por la tremenda presión de los expresos políticos, de las víctimas. Esto no fue un regalo.

No fue un regalo de Lagos, digamos.
-Nunca, nada ha sido un regalo, todo se ha conseguido así. El funcionamiento de la Comisión fue de gran nivel y el trabajo de todos quienes estuvieron en la Comisión, entonces cuando Lagos dice que quienes estamos porque se levante el secreto, estamos cuestionando la Comisión, es el colmo. Jamás se ha cuestionado el trabajo de la Valech, por el contrario, ha sido extremadamente valorado. El punto de debate es el secreto. El Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH), que es el custodio de la información, cuando los tribunales le han pedido antecedentes de la Valech I, ha tenido que negárselos. Más aún, el INDH le preguntó a la Contraloría cuál era el procedimiento.

¿Qué contestó Contraloría?
-Dijo que sólo era posible entregar los antecedentes a la justicia en virtud a una reforma legal, o sea, todo lo contrario a lo que dice el señor Lagos. Esto no es un tema de orgullo personal, ¿te fijas? Es un tema de país y de sociedad. Además nunca he escuchado cuál es el argumento para que el estado de Chile no cumpla sus obligaciones internacionales, “¿no es que una señora nos pidió…?” ¡Si eso no se puede!

La oposición, como la presidenta de la UDI o el candidato José Antonio Kast, también argumentan que a las víctimas se prometió secreto y no se pueden cambiar las reglas del juego.
-Son puras pamplinas, otra impudicia. Estos personajes que pertenecen al sector que aplaudió el exterminio, la tortura, la prisión política, la propició y la justificó, obviamente que no quieren que los tribunales de justicia conozcan lo nombres de los torturadores y la información que necesitan para avanzar en sus investigaciones. Es coherente con la posición que ha tenido este sector político en relación con los crímenes de lesa humanidad.

Aunque lo revisten de una preocupación por la víctima.
-Eso no se los puede creer nadie. A mí me impresiona que en 2017, el establishment siga avalando la impunidad. Ahora, en este país, yo nunca he visto campañas públicas, en que figuras conocidas de la política, del espectáculo, de la cultura, pidan y exijan antecedentes para hacer justicia. En Argentina, Lionel Messi, en una campaña pública, llamó por televisión a los adultos nacidos en dictadura, que tengan dudas sobre su origen, que se hagan la prueba de ADN. Aquí no hay políticas públicas que tengan como objetivo la verdad y la justicia, siempre es con letra chica.

¿Por qué crees que la Concertación nunca se la jugó por avanzar de verdad en conseguir justicia?
-Por las características de la transición chilena que se establece sobre pactos tácitos de impunidad. Por esa razón, la transición dejó fuera al movimiento popular. Si haces historia para atrás, es el movimiento popular con su lucha día a día, año a año, que empezó a reorganizarse de a poco, eso culmina en las protestas en los 80 y permite que termine la dictadura, no los acuerdos de los dirigentes, no fue el dedo Lagos, ni fue la campaña publicitaria del NO, que nos dio el triunfo. El termino de la dictadura se lo debemos a esa enorme masa de gente, miles de personas, anónimas, que lo pasaron fatal, recibieron todo tipo de represalias, fueron quebradas las biografías de los resistentes activos y del mundo popular. Todos ellos fueron excluidos de la transición.

¿Qué te parece que la Nueva Mayoría no respaldara el proyecto para levantar el secreto?
-Bueno, ha sido el devenir histórico de la Nueva Mayoría, siempre saboteando los proyectos de ley que vienen del Ejecutivo, en este caso es más grave, porque se trata de un proyecto muy trascendente para la sociedad chilena. El tema de la verdad, la justicia y la memoria colectiva, no es un lugar común. La memoria colectiva no se construye sólo en clave de pasado, se construye en clave de presente y futuro. Si tú como individuo no tienes memoria, difícil que puedas modelar tu futuro, las sociedades con mayor razón, y las sociedades que han vivido el extermino como la sociedad chilena, más aún. Es particularmente grave que sectores de la Nueva Mayoría, no hayan apoyado en forma contundente y derechamente este proyecto.

¿Estás molestas con los dirigentes de tu coalición, la Fuerza de la Mayoría?
-Me preocupa profundamente el silencio de los dirigentes y representantes de los partidos que conforman la coalición que yo represento como candidata, con la salvedad mi partido, con el PC no tengo problema, porque ha sido muy claro en revindicar siempre la verdad y la justicia, pero arrastro a la coalición a opiniones que no necesariamente todos comparten. Pero seguiré expresando con fuerza mi opinión en materia de derechos humanos, temas que han sido la columna vertebral de centenares de personas para avanzar en la reconstrucción de este país. Seguiré con mis críticas, no obstante las discrepancias que puedan existir con otros dirigentes de la Fuerza de la Mayoría. Repudio el silencio y omisión que se observa, no solo con el tema Valech, sino en la escalada sediciosa de las Fuerzas Armadas del último tiempo, que comienza con los dichos de Humberto Oviedo en el juramento a la bandera, delante de todas las autoridades públicas, en que dijo que es necesario que los tribunales tomen en cuenta el contexto en que se cometieron crímenes. Ni más ni menos, frente a lo cual no hubo reacción alguna.

¿En qué más ves esa escalada sediciosa?
Luego, 16 generales en retiro y varios excomandantes en jefe, entre ellos dos nombrados en democracia, como Oscar Izurieta y Juan Miguel Fuente-Alba, se permiten cuestionar el papel de los tribunales de justicia. Ahí el Ministro de Defensa respondió, pero los dirigentes políticos nada. Luego siguió una carta de coroneles publicadas en El Mercurio, en el mismo sentido y a esa le siguió una de los suboficiales mayores.

¿Cuál es la conclusión que sacas de eso?
Que cuentan con el aval del Alto Mando actual del Ejército, si no sería imposible que lo hicieran. Los comandantes activos deberían salir inmediatamente a condenarlo, pero Oviedo en vez de eso, lo justificó. Este clima afecta a una cuestión muy central, estamos hablando de cuáles son los límites y las características de la democracia chilena, porque en una democracia, plena, decente, los militares no pueden expresar opinión alguna sobre un tema contingente y menos cuestionar el papel de un poder el Estado. Eso es una barbaridad, totalmente improcedente.

El comandante en jefe dijo que no existe más información sobre las violaciones a los derechos humanos, el ministro Fernández contestó, bueno, “habrá que creerle”.
-Es el mismo guión que se repite una y otra vez. El comandante en jefe de turno niega tener información y el Ministro de Interior o Defensa de turno avalan esa mentira. Aquí, en este país, igual que los nazis, los servicios de seguridad documentaron todo. Si hablas con cualquier víctima sobreviviente, te va a decir que lo primero que hacían era sacarles una foto cuando llegaban, hacerles una ficha con todos sus datos y escribir los interrogatorios después de haber sido ferozmente torturados. Todo eso no desapareció en el aire.

¿No crees que los militares hayan destruido esos documentos para borrar las evidencias?
-No, porque son datos, entre comillas, de inteligencia. Esa información está en la dirección de inteligencia del Ejército y la siguen negando, pero está.

¿Cuál es tu opinión sobre los beneficios carcelarios para los presos en Punta Peuco?
-Es otro tema distorsionado y manipulado mañosamente. Se ha tratado de instalar que los familiares de las víctimas son rencorosos y no quieren que los violadores de DDHH accedan a beneficios. Hay que distinguir cosas que son bien centrales: en el caso de los enfermos terminales, nadie en el mundo de los derechos humanos se ha opuesto al arresto domiciliario, lo que se ha dicho es que sean terminales de verdad, con certificados de médicos independientes y no con certificados del Hospital Militar, que son siempre falsos, que se diagnostique de forma rigurosa; para el resto que quiera acceder a beneficios, hay normas.

¿Cuales son esas normas?
-Los organismos internacionales han establecido ciertos principios como pena proporcional a la gravedad del delito que cometieron, que en Chile en la mayoría de los casos no se da, es un grupo reducido el que tiene penas altas, la colaboración  con la justicia desde un inicio y el arrepentimiento eficaz, que implica entregar en el juicio elementos sustantivos para avanzar en las investigaciones. Y eso acá no se da. Estos no son gestos humanitarios, son arremetidas de impunidad.

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