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Mundo

16 de Noviembre de 2017

Relato: “Pasé un mes probando curas contra la resaca y fue una tortura”

Este artículo se publicó originalmente en VICE en Español.

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No sé cómo lo he hecho, pero he acabado en una profesión en la que me pagan por escribir sobre festivales y drogas. Lo bueno de esto es que tengo entrada gratis a muchos festivales, y lo peor –para mi salud y mi bienestar en general– es que tengo entrada gratis a muchos festivales.

Tampoco es que me pase todos los fines de semana del verano borracho en descampados, pero este año, los jefes (y varios responsables de sección) me comentaron que tendría que ir a cuatro festivales, uno cada fin de semana.

Por desgracia, este plan se acabó convirtiendo en la época de más trabajo de toda mi vida laboral. El hecho es que tenía que volver a la civilización después de cada fin de semana en un estado decente para ocupar mi puesto de trabajo y no podía permitirme el lujo de pasarme días y días deambulando por la casa, sumido en un pánico existencial extremo.

Claramente, necesitaba una solución para las resacas.

Con los años he llegado a creer que lo único que te puede salvar realmente de una buena resaca es una maratón de dormir, hacer ejercicio y pensar en positivo. Eso sí, si te pasas tres días poniéndote hasta el culo de drogas, deberías ir mentalizándote de que vas a recibir algún castigo. Pero internet ofrece infinidad de consejos entusiastas que parecen indicar que no tiene por qué ser eso cierto, así que decidí probar las curas más famosas. Quería probar una distinta cada semana, semanas que iban a ser, básicamente, de destrucción de serotonina.

SEMANA UNO – 5-HTP

Empecé este experimento con algunas pastillas que contenían 5-HTP por la sencilla razón de que, normalmente, las curas más famosas que hay en internet para las resacas son:

– Suplementos de 5-HTP
– Marihuana
– Triptófano
– Sexo y/o masturbación

Las resacas son el resultado de dolencias físicas, no solo de cansancio y agotamiento físico. No obstante, también se producen por una reducción de la serotonina (5-HT) y por la degeneración de las terminales de 5-HT del cerebro. La serotonina es uno de los transmisores más importantes que regulan el estado de ánimo, así como el sueño y el apetito, y el MDMA segrega grandes cantidades de dicho transmisor cuando estás “puesto”.

De este modo, los días posteriores a haber tomado la droga, como tu cerebro está todavía reponiendo toda esa serotonina perdida, lo más seguro es que te sientas más débil. Como el 5-HTP es el precursor encargado también de la producción de serotonina, tomar un suplemento que lo contenga podría – por lo menos, teóricamente (no se han realizado investigaciones científicas suficientes en este asunto)– reducir las posibilidades de que rompas a llorar viendo un episodio de Couples come dine with me.

Lo que yo tomé fue una pastilla soluble que llevaba extracto de ginseng, vitamina B12 y muchos otros componentes que por sus nombres parecían sanos. Su aspecto y sabor eran como una versión menos intensa de las Berocca. Eché la pastilla en agua y se diluyó.

¿Cómo fue el bajón después? En verdad tuve como un mareo raro y empecé a tender la ropa. Mi fotógrafo me observaba. No descarto la posibilidad de que el 5-HTP fuera un placebo que engañara a mi ingenuo cerebro para que se sintiera mejor consigo mismo. De todas formas, no me puse tan triste y el lunes por la mañana pude estar al 90 por ciento, lo que es sin ninguna duda mucho más de lo normal.

Resultado final: un increíble 9/10.

SEMANA DOS – TRIPTÓFANO

El triptófano es el aminoácido del que se elabora el 5-HTP, lo que finalmente acaba transformándose en serotonina en tu cerebro. La conclusión entonces es que atiborrarse de triptófano ayuda a estimular la producción de serotonina.

Las comidas que supuestamente contienen más triptófano son el atún, los plátanos y los huevos, así que eché una lata de atún, dos plátanos y dos huevos en la licuadora, junto con otros alimentos contenedores de gran cantidad de triptófano como el tofu, las semillas de calabaza y la leche, e invité a mi fotógrafo a verme vomitar.

¿Cómo fue el bajón después? Hablemos del batido. Debo remarcar que odio el atún. Cuando haya un invierno nuclear, no será ni el plutonio ni el uranio los que harán que nuestros ojos borboteen, sino el perfume tóxico de John West, ese que circula de un lado a otro por nuestras ciudades por culpa de consumir esas latas de atún.

Tomé los tres primeros sorbos y estaba convencido de que iba a potar, pero no, tuve arcadas, se me saltó alguna lágrima y vomité un poco en el suelo. Ni mi perro hubiera chupado eso. Fue realmente asqueroso.

La paradoja con el triptófano es que el MDMA en realidad bloquea la enzima que lo convierte en 5-HTP. Vamos, que toda esta teoría es basura. Pero –y aquí está el quid de la cuestión–, después de tomarme el batido me quedé hecho polvo. Me destrozó. El segundo fotógrafo se marchó y yo me fui derecho a la cama, busqué en Google “se puede sufrir sobredosis de triptófano” y entré en un profundo sueño antes de poder leer la respuesta. Diez horas después, me desperté con un buen humor increíble.

Resultado final: 8/10, pero de pura casualidad.

SEMANA TRES – MARIHUANA

Cuando hablamos de resacas, el tema de la marihuana puede ser un poco controvertido. Para mucha gente, es algo absolutamente necesario para poder superar esos episodios tan duros. Pero, si se considera la situación desde un punto de vista puramente científico, la marihuana es una de las peores sustancias que se pueden tomar, pues perjudica al sueño. Es decir, hace que a la persona en cuestión le cueste más coger el sueño profundo, y eso es algo que el cuerpo necesita para recomponerse.

No obstante, también se dice que, si el cannabis ayuda a que la persona se relaje más, no va a inferir excesivamente ni en su trabajo ni en su vida y la va a ayudar a conciliar el sueño –ahí es cuando se entra en una rutina que, de primeras, parece completamente normal–, entonces merece la pena intentarlo.

¿Cómo fue el bajón después? Lo que noté el lunes fue un tic extraño en el párpado izquierdo, y es que –llamadme hipocondríaco– esos tics raros no son indicadores de completa salud interior precisamente. Bueno, el caso es que dejé la marihuana hace ocho años, pero en verdad me gustó el chocolate, y me ayudó a dormir, aunque al día siguiente tenía lagunas de memoria exageradas. Y entonces me puse bastante paranoico con el tic del ojo.

Resultado final: 7/10

SEMANA CUATRO – PERROS

Ya había seguido tres de los cuatro consejos más populares acerca de las curas de las resacas. Me quedaba el cuarto: sexo y/o masturbación. Como estoy soltero, no puedo decir que mis padres estén orgullosos cuando entran en mi habitación, y lo que menos quería en ese momento era empeorar la situación. Estaba claro que quedarme encerrado todo el día en la habitación no era la mejor opción.

En vez de eso, decidí rodearme de perros. Había leído sobre las terapias con caninos –estar rodeado de perros puede contribuir, entre otras cosas, a mejorar tu estado de ánimo– y pensé que podría ayudarme a hacer algo útil en esa tarde de lunes tan horrible que me esperaba.

Mi amiga Lizzi es paseadora de perros y me vino a buscar a casa, acompañada de cuatro chuchos. No me dio tiempo ni a meterme en la ducha.

Mi idea era ir, llenarme los pulmones de oxígeno, jugar con las fieras y dejar el césped en mucho mejor estado de ánimo, nada más. Pero entonces llegamos a esa charca que afirmaba ser un estanque y todos los perros se pusieron a ladrar.

No sé realmente cómo pasó, quizás fue la locura acumulada de cuatro semanas de excesos, o el clima templado, o el dolor de cabeza que me entró al querer hacerme buenas fotos con los chuchos, pero no podía decir que no a conseguir unas fotos increíbles. Y el caso es que me recompuse.

¿Cómo fue el bajón después? Estaba eufórico y con la mente muy clara. Al chapotear con esos perros en la charca, me sentí mucho más fuerte que en todo ese mes.

Resultado final: 10/10. No voy a mentir y decir que no estuve cansado esa semana pero, sinceramente, trabajé 12 horas cada día, no me quejé ni una vez y no me echaron del trabajo.

¿Conclusión de esta experiencia? La primera cosa que diría es: no te líes y te vayas de festival cuatro fines de semana seguidos. Es caro y acabarás pareciéndote a Tom Hanks en Náufrago. Y, lo más importante, es una mierda para tu cerebro, sobre todo si sufres ansiedad o no tienes una buena salud mental.

Lo segundo –y la mejor arma en la batalla contra los síntomas posfestival– consiste en no ir a tope todos los días. En cada uno de los festivales, lo di todo la última noche para que así el camino a casa no fuera tan duro. Además, cuida de ti mismo en el mismo festival. Come todo lo que puedas y bebe mucha agua, y si vas a tomar drogas, sé sensato. Ten en mente todos estos consejos para reducir los daños de los estupefacientes.

Los días posteriores al festival, intenta estar positivo y hacer todo lo posible por mantenerte así. Pero no te hagas un batido con atún, que no se te ocurra nunca hacer eso.

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