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Deportes

24 de Enero de 2018

Roger Federer y su lucha contra su propia leyenda

El suizo avanzó, sin hacer demasiadas concesiones, a la semifinal del Abierto de Australia. Busca su sexta corona en tierras oceánicas y las vigésima de Majors.

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Roger Federer conversa con el estadounidense Jim Courier en la pista del Rod Laver Arena en el recinto australiano de Melbourne Park. No lleva el cintillo en el pelo, como lo hace cuando toma la raqueta. Hablan de todo, incluso de diseño porque sus zapatillas lucen el número cinco, que son las veces que el suizo se coronó ahí. Federer se ve risueño, como de costumbre. Para quien prende la televisión daría la impresión de que el número dos del mundo no acaba de vencer en sets corridos en los cuartos de final del Abierto de Australia. Porque su rostro no muestra vestigios de sudor, porque la voz no se oye alterada, porque está perfectamente peinado.

Pero sí, Roger Federer, con más de 36 años a cuesta, sí acaba de vencer de manera inapelable a Tomas Berdych, el checo que ha podido apearlo de torneos de la ATP en seis oportunidades (la última en Dubai 2013). 7-6, 6-3 y 6-4 dice el marcador en la cancha donde una vez más hubo 15 mil espectadores sentados durante las 2 horas y 18 minutos que duró el partido.

Ahora, en semis, a Federer lo espera el surcoreano Hyeon Chung, quien eliminó al estadounidense Tennys Sandgren por 6-4, 7-6(5) y 6-3 en dos horas y 34 minutos de juego.

Es un jugador joven, sorprendente, pero habrá que ver si es un obstáculo real en el camino de Federer contra el tiempo. Porque el suizo ahora juega a eso, a congelar el tiempo, a competir contra sí mismo, a ver qué tan capaz es de superar su propia leyenda.

De repetir en Australia, Roger Federer sumará 20 títulos de Grand Slam, la mayor cantidad de coronas para un tenista masculino desde que comenzó a disputarse este deporte.

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