Secciones

Más en The Clinic

The Clinic Newsletters
cerrar
Cerrar publicidad
Cerrar publicidad

Nacional

20 de Febrero de 2018

Inmigrantes caribeñas en Chile se pronuncian sobre el acoso, los piropos y el MeToo

"Yo no soy feminista chica, soy bastante abierta a todas las cosas, mientras se guarde el respeto y no se llegue al extremo. Creo que el piropo es parte de la sociedad y de la vida, si exageran un poquito las chilenas", dice una cubana sobre los piropos.

Por

Betsabé Segovia (22). venezolana: “Legué hace dos meses. Los hombres chilenos me dicen cosas como “buenos días mamita”, cosas así y no me molesta, porque no les hago caso, simplemente sigo caminando. Yo pienso que a todas nos sube el autoestima. En Venezuela es igual, un poquito peor, hay unos piropos mucho más horribles, pero nosotras estamos acostumbradas y con no hacerles caso, tenemos. Yo no lo considero como un acoso la verdad, a menos que sea algo muy persistente y te sigan”.

Ainari Pedraza (36), cubana: “Hace seis años que estoy en Chile. Los piropos en Cuba son algo muy normal, los hombres dicen cosas como “qué linda estás”, “oye, qué bella amaneciste hoy”, “qué lindo tienes tu cabello”, esas cosas sí me gustan porque estamos acostumbradas a la cultura. Acá no hacen muchos piropos y cuando lo hacen, son cosas vulgares y eso si molesta. Yo no soy feminista chica, soy bastante abierta a todas las cosas, mientras se guarde el respeto y no se llegue al extremo. Creo que el piropo es parte de la sociedad y de la vida, si exageran un poquito las chilenas”.

Dulce María(30), dominicana: “Estoy hace tres años en Chile. Los hombres dicen piropos, pero a mí aquí no me dicen porque saben que estoy casada. En la calle me dicen cosas coma “guachita rica”, “mamasita”, y a mí me molesta. En República Dominicana los hombres son más piroperos que aquí y es algo normal, pero son más respetuosos. Acá me molesta cuando dicen cosas muy cochinas. ¿Me too?, no entiendo que es. Ah, contra el acoso en Hollywood, está bien, está bien, las mujeres tenemos que defendernos cuando nos acosan”.

Lissette Fuentes (27), venezolana: “Tengo un mes acá, soy trabajadora social. Estuve en Pichilemu 15 días y la gente es muy afable y respetuosa. Tengo entendido que acá es un delito el acoso, lo máximo que me han dicho es “ay, qué bonitas son las venezolanas”, y la verdad es que me da igual, porque depende en el contexto en que te lo digan. En Venezuela no hay leyes que lo prohíban, entonces si te piropean y te tocan, uno lo que hace es gritar e insultar a la persona, porque es hasta donde puedes llegar tú. Me parece excelente que acá hayan leyes sobre el acoso, uno se siente más segura, ojalá los otros países latinoamericanos las tuvieran. También me parece excelente el movimiento Me too, no hay que quedarse callada con estas cosas. Sí, sí, por supuesto que soy feminista”.

Leyna(20), haitiana: “Estoy hace cuatro meses acá. Sí, dicen cosas los hombres chilenos jajaja, me lo dicen mucho y yo me río. A mí me gusta. En Haití los hombres lo hacen menos.”

Leslie Vidal( 31 ), colombiana: “En abril cumplo dos años en Chile y trabajo como doctora. A diferencia de los colombianos, aquí no dicen casi piropos, te respetan más, por el cuento de que todo es acoso. En Colombia no puedes caminar, porque es todo el tiempo, dicen cosas como “uy, mami qué linda te ves”, o “qué lindo tu cuerpo”, “eres lo más lindo que ha pasado por aquí hoy”, pero no llegan a toquetear. Yo me considero bastante feminista, apoyo a Me too y ese tipo de movimientos en contra del acoso, como que te toquen y esas cosas, eso está mal. Una vez iba pasando cerca de gendarmería (en Talca) y un muchacho chileno me dijo algo como “qué bonita estás” y una muchacha que trabajaba ahí se puso como loca y comenzó a gritar “te está molestando, te está molestando”. Por eso te digo que las personas aquí son más reservadas, porque lo denuncian mucho. A mí sólo me molesta si es muy grosero o vulgar, del resto no, es normal y sí a todas las mujeres nos sube el autoestima”.

Jordi Oseguera(30), venezolana: “Sí dice cosas el hombre chileno, pero a mi nunca me han molestado, los dominicanos y peruanos sí, pero no los pesco mucho. Los hombres venezolanos están como al mismo nivel del chileno. Yo creo que el piropo puede llegar a ser un acoso, depende de cómo sea, depende de cómo se lo diga y cómo actúe el hombre. Si paso por la misma calle todos los días y me dicen las mismas cosas todos los días, cuando es insistente, eso es acoso. El movimiento Me too me parece muy bien, porque hay que delatar a los acosadores para que vivamos tranquilas”.

Notas relacionadas