Misterioso doble crimen y suicidio: Mató a su suegra, a un policía y se pegó un tiro en unas termas

La Policía uruguaya halló hoy el cuerpo de Martín Bentancur, sospechoso de matar a su exsuegra y a un policía en el departamento de Paysandú (noroeste) el pasado 28 de marzo, informaron hoy fuentes oficiales.

“Próximo a termas de Guaviyú apareció muerto de un disparo el sospechoso del doble crimen de Quebracho”, informó en Twitter la Unidad de Comunicación del Ministerio del Interior, que detalla que junto al cadáver había “varios mensajes”.

El jefe de Policía de Paysandú, Luis Mendoza, contó en una rueda de prensa que un funcionario de las termas avistó a un hombre “desnudo” que merodeaba la zona cerca de las 6.20 hora local (9.20 GMT) y que cuando fue a comunicar el hecho “sospechoso” a su gerente escucharon un disparo.

Detalló que Bentancur se quedó apenas en ropa interior y dobló las demás vestimentas que poseía, tendió en el piso una frazada, en dónde se acostó y se dio un disparo que atravesó su cuerpo, con la única bala que dejó en la recámara del arma que le había robado al agente Juan Carlos Oviedo luego de asesinarlo.

El cargador de la pistola lo dejó en un “murito” cerca del local elegido para el suicidio, y la bala disparada terminó enterrada en la tierra.

“Era una persona muy ordenada en su vida (…) Todo lo que hacía era muy metódico, muy delicado y ordenado”, subrayó Mendoza sobre la personalidad del doble homicida.

En los mensajes que dejó junto a su cuerpo, escritos con dificultad debido a su bajo nivel de escolaridad, Bentancur declaró su amor a su hija y a su exesposa, y pidió “muchas veces” perdón por sus crímenes, no solo a las dos sino también a sus amigos y a la familia del agente Oviedo.

En una camisa blanca, el asesino hizo un dibujo en el que se veía “a una madre, un padre y una hija”.

En un mantel de hule que usó como pancarta estaban los mensajes destinados a su familia y amigos, mientras que en una sábana verde, que dejó doblada, los escritos eran dedicados a la familia de Oviedo, y también a describir como los equipos de búsqueda estuvieron “a 10 metros de él” el lunes, y las características de los policías y los perros que formaban parte del operativo.

Para Mendoza, la “parte psicológica que hizo la policía” al buscarlo y el despliegue por aire, tierra y agua, que Bentancur pudo acompañar desde sus escondites, “también le ayudó a tomar su decisión” al optar por el suicidio.

Sobre la Escuela Nº 75 de Saladero de Guaviyú, dónde una asistente de maestra encontró este lunes una nota de Bentancur y mensajes en un pizarrón, Mendoza aclaró que “aparentemente” estuvo hasta el domingo en el local, al que accedió a través de una “banderola” de la parte de atrás del recinto, que tenía un vidrio roto y estaba tapada con un cartón.

Mendoza también estimó que Bentancur entró y salió de la escuela que estaba cerrada por Semana de Turismo (Semana Santa) al menos cuatro veces, sin dejar rastros.

En el recinto fue dónde se consiguió comida para poder alimentarse, aunque informó que cuando encontraron el cuerpo se podía notar que el individuo había “perdido varios kilos” mientras estuvo prófugo.

De la escuela también se robó ollas, sábanas, fundas de almohadones y un mantel de hule, algunos de los elementos que fueron usados para que escribiera sus mensajes de despedida.

El hombre de 32 años escapó con la moto y el arma del policía que mató para darse a la fuga luego de asesinar a su exsuegra, y se dirigió a la finca donde vive la pareja actual de su exmujer el pasado 28 de marzo.

Al no encontrar a nadie en el lugar, incendió un galpón, maquinaria agrícola y el vehículo del agente de Policía.