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Mundo

9 de Mayo de 2018

La historia de la única protesta estudiantil que se transformó en una masacre

El 2 de octubre de 1968 se recuerda en México la llamada Masacre de Tlatelolco. Ese día murieron acribillados unas 250 personas. “Quise proteger mi cabeza de las esquirlas con mi bolsa cuando un policía apuntó el cañón de su pistola a mi cabeza: ‘No se mueva’. Vi las balas incrustarse en el piso a mi alrededor y cómo la policía arrastraba de los cabellos a jóvenes mojados y desnudos y los golpeaba salvajemente. Vi a muchos heridos, mucha sangre, hasta que me hirieron a mí y permanecí en el charco de mi propia sangre 45 minutos", rememora la periodista italiana, Oriana Fallaci.

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Es octubre de 1968, el reloj marca las 17.19 horas, y en México está a punto de acontecer la que luego será recordada como la Masacre de Tlatelolco, la más grande de una protesta estudiantil. Un helicóptero, sin previo aviso, sin las sirenas que suenan para advertir un bombardeo, como en una guerra, abre fuego sobre una multitud de estudiantes encajonada entre los edificios de la plaza de las Tres Culturas. El resultado son como 250 muertos.

“Quise proteger mi cabeza de las esquirlas con mi bolsa cuando un policía apuntó el cañón de su pistola a mi cabeza: ‘No se mueva’. Vi las balas incrustarse en el piso a mi alrededor y cómo la policía arrastraba de los cabellos a jóvenes mojados y desnudos y los golpeaba salvajemente. Vi a muchos heridos, mucha sangre, hasta que me hirieron a mí y permanecí en el charco de mi propia sangre 45 minutos. Un estudiante junto a mí repetía: ‘Valor, Oriana, valor’. La policía jamás atendió a mi petición: ‘Avísenle a mi embajada’. Todos se negaron hasta que una mujer me dijo: ‘Yo voy a hacerlo”, recuerda la periodista italiana Oriana Fallaci, cita El País.

Según la misma publicación, la multitud corría en medio del terror. Entonces mujeres, hombres, jóvenes y ancianos, incluso niños, buscaban salir de aquel infierno.

Aunque el número preciso de cadáveres nunca se ha revelado, tal como hiciera The Guardian, Octavio Paz hablaría de 250, y lo haría en el libro Posdata.

“Ahora sí vivimos verdaderamente”

Reseña El País que el movimiento partió el 22 de julio, menos de tres meses antes del horror. Ese día, estudiantes salían a la calle para pronunciarse en favor de la Revolución Cubana.

“Los estudiantes y sus padres organizaron manifestaciones cada vez más numerosas en una ciudad de piedra que de pronto despertó a la protesta cívica, a la vida social y política que los muchachos llamaron “tomar la calle””, cuenta el medio español.

Las manifestaciones cesaban donde siempre. La plaza del Zócalo, frente al Palacio Nacional, en Ciudad de México.

“Sal al balcón, hocicón” le gritaban al entonces presidente de la república, Gustavo Díaz Ordaz, quien más tarde, y en medio de la urgencia de los Juegos Olímpicos en su país, pronunciaría una frase que se convertiría en sangre. Porque no se podía permitir que los jóvenes terminaran boicoteando la cita planetaria.  “Hay que detenerlos de inmediato”, decía el mandatario.

La publicación original acá.

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