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Nacional

29 de Octubre de 2018

Nieto de Ana González: “Yo necesito conocer quién fue el que mató a mi madre”

Luis Recabarren es nieto de la recientemente fallecida Ana González, incansable luchadora por los Derechos Humanos, y este lunes se refirió al legado que deja su abuela y cómo tratará de mantenerlo. También conocido como “puntito”, Recabarren llegó a las manos de su abuela a los dos años, luego de ser abandonado en la calle […]

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Luis Recabarren es nieto de la recientemente fallecida Ana González, incansable luchadora por los Derechos Humanos, y este lunes se refirió al legado que deja su abuela y cómo tratará de mantenerlo.

También conocido como “puntito”, Recabarren llegó a las manos de su abuela a los dos años, luego de ser abandonado en la calle tras un operativo de represión de agentes de la dictadura.

Entrevistado en La Tercera, Recabarren afirma que “Chile tiene una deuda tremenda, de justicia, con nuestras viejas, porque ellas nunca transformaron el dolor en venganza”.

Recordemos que González murió sin saber qué pasó realmente con su esposo Manuel Recabarren, sus hijos Manuel y Luis Emilio, además de su nuera, Nalvia Mena, que estaba embarazada.

Con 45 años actualmente, Luis Recabarren señala que “Crecí en la Agrupación. Desde la escuela me iba todos los días para allá. Ahí estaban mis dos abuelas y las demás abuelas. Las veíamos con sus puchos, fumando, todas las mujeres discutiendo qué hacer. Nosotros jugábamos en los patios con los otros niños. La energía de Ana era tremenda, siempre positiva, como diciendo: esta es mi alma, esta soy yo. Ella me enseñó que lo que nos puede pasar en la vida no es nada comparado con lo que hemos vivido”.

Él comenta que en el colegio no hablaba sobre lo ocurrido a sus padres ya que “en el colegio había muchos fascistas y yo tenía mucho miedo de que ellos supieran lo que había pasado. No contaba. En la Agrupación era distinto. Los niños nos reconocíamos, sabíamos quién no estaba: ‘Ah, se llevaron a tu papá’. Con ellos sigo en contacto. Lo que hemos vivido es tan excepcional que ellos son mis hermanos y mis hermanas, somos los hijos de los desaparecidos”,

En 1984 a los 11 años, se decidió que Puntito tenía que salir del país para irse con su abuela materna, ya que la situación se hacía insostenible en Chile. “Mis dos abuelas decidieron que yo me fuera del país para no enfrentarme con gente con pensamientos horrorosos, que justificaban la matanza a mi mamá embarazada. Si hubiera permanecido en Chile, me habría consumido el odio” asegura.

Sobre su abuela recuerda que “Hablábamos por fono. Ella era una matriarca, cálida, cariñosa, siempre aconsejaba. Chile tiene una deuda tremenda, de justicia, con nuestras viejas, porque ellas nunca transformaron el dolor en venganza. Al revés, ellas me decían: Nosotras nos vamos a dedicar a nuestra lucha, ustedes tiene que celebrar la vida”.

Más adelante Recabarren señala que “cuando la Concertación llegó al poder se firma un convenio político para seguir adelante. Las reparaciones fueron, no sé, 10 mil dólares por una vida. A mí me daba náuseas eso de dar vuelta la página”.

En este sentido Luis agrega que “Nuestras abuelas están falleciendo, pero esto no termina aquí. Nosotros, los nietos, estamos preparados para encausar la injusticia que hemos vivido. Yo necesito conocer quién fue el que mató a mi madre. Yo no tengo odio, no tengo venganza, pero necesito saber quién fue”.

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