Un Happy Cinco de mayo para Canelo Álvarez

Por Gonzalo Baeza

Daniel Jacobs sobrevivió a un cáncer a los huesos que lo tuvo casi dos años fuera del ring. Hasta antes de su diagnóstico, había noqueado a casi veinte rivales y solo perdido una vez. El peso mediano, que desde entonces pasó a ser conocido como el “hombre milagro”, también se repuso a un derechazo corto de Gennady Golovkin que lo envió a la lona en el cuarto round de su pelea en marzo del 2017. Pese a que esa noche los jueces en Nueva York dieron por ganador a Golovkin – quien nunca antes había llegado a los doce rounds y que venía de una racha de 23 nocauts consecutivos– muchos vieron mejor a Jacobs. El derechazo lo despertó y, aprovechando su mayor tamaño así como su rara habilidad para pelear como zurdo y como derecho con igual eficacia, Jacobs fue el primer boxeador en hacer lucir al kazajo Golovkin como un rival vencible.

Si en el boxeo pelearan los mejores contra los mejores y si en el deporte no fueran tan determinantes los intereses económicos de los promotores, los distintos organismos rectores, y los derechos de transmisión, un boxeador como Jacobs habría tenido la oportunidad de disputar un título mundial mucho antes de cumplir sus actuales 32 años. Su pelea contra Golovkin fue una salida de libreto. Se suponía que el kazajo, conocido como GGG, debía vencer al boxeador de Brooklyn como parte de su preparación para el combate que realmente les importaba a los promotores: GGG contra la estrella más popular del deporte, el mexicano Saúl “Canelo” Álvarez.

Canelo eventualmente venció a GGG en septiembre pasado. El equipo de Álvarez optó por no darle una revancha automática a Golovkin y cerrar su serie de peleas con un tercer encuentro (que también incluye un polémico empate). Canelo suele pelear dos veces al año y con eso le basta para generar millones de dólares. Un combate se suele programar en torno al 5 de mayo, día en que se conmemora la Batalla de Puebla entre los ejércitos mexicano y francés, pero que en Estados Unidos es un festejo comercial al estilo de Halloween, con margaritas y tacos a mitad de precio. La otra pelea se da en septiembre, alrededor del día de la independencia de México.

A Álvarez le gusta pelear en Las Vegas, donde es local dada su gran población de ascendencia hispana y mexicana. Como han dicho algunos comentaristas, en Las Vegas, Canelo parte ganando todos los rounds 10-9.

Una vez superado el escollo de GGG, a Canelo no le quedó mejor opción que enfrentar al otro peso mediano que figura al tope de todos los rankings: Daniel Jacobs. Una pelea con el estadounidense le permitía unificar tres de los cuatro cinturones mundiales de los pesos medianos. Canelo tenía los títulos de la AMB y la CMB, mientras que Jacobs tenía el cinturón de la FIB.

HAPPY CINCO DE MAYO

Para un latino en Estados Unidos, es casi inevitable que en vísperas del 5 de mayo alguien se te acerque y, con la mejor intención, te desee un “Happy Cinco de mayo”. Para Canelo Álvarez, su pelea con Jacobs la noche del 4 de mayo en Las Vegas fue muy feliz.

Pese a su ventaja en tamaño así como su rapidez y pegada, Jacobs partió tentativo, boxeando con los codos adentro, preparado para los golpes al cuerpo de Canelo. Álvarez no solo tiene las manos más rápidas de la división, sino que como buen boxeador mexicano de elite, sabe golpear las zonas blandas.

La estrategia de Jacobs en los primeros siete rounds fue timorata, lanzando un jab alto que apenas marcaba al rival, manteniendo la distancia, y utilizando pocas combinaciones. Canelo, quien en cada pelea exhibe un arsenal más completo, siempre fue al frente, pero recurrió más a su movimiento de cabeza y cintura para evadir los golpes que a una gran ofensiva. Su jab, mucho más potente que el de Jacobs, así como sus escasos pero fuertes ganchos al cuerpo, le bastaron para imponerse.

Jacobs recién despertó en el octavo round y salió a intercambiar. Canelo se fue a las cuerdas, tal vez avasallado por el estadounidense o quizás para prepararle una trampa a su rival. No le resultó. Jacobs por fin fue al frente y peleó en la corta distancia incluso cuando Álvarez volvió al centro del ring.

Pero era tarde para el estadounidense. Canelo seguía fresco y salvo un nocaut improbable era difícil que Jacobs se llevara una decisión favorable de Las Vegas por mucho que remontara una pelea que iba perdiendo. Golovkin, que ostenta el mejor jab de la categoría de los medianos, no pudo hacerle mayor daño a Canelo en dos peleas. Menos lo iba a poder hacer Jacob con su jab y siete rounds en que permaneció apoyado en su pie trasero.

EL FUTURO DE LOS MEDIANOS

Con su victoria del sábado, Canelo (52-1-2, con 35 nocauts) “limpió” la categoría mediana. De permanecer en las 160 libras (72 kilos) es poco lo que puede hacer para meterse entre los grandes de la historia del boxeo. Otro encuentro con Golovkin, que ya tiene 37 años, puede despejar las dudas sobre quién es el mejor –y ganar millones de dólares– pero Álvarez no parece tener apuro en enfrentarlo. Una pelea con el actual campeón mediano de la OMB, el estadounidense Demetrius Andrade, cuyo nivel boxístico está varios peldaños por debajo del de Canelo, al menos tiene el atractivo de unificar los cinturones de los cuatro mayores organismos que rigen el boxeo. De vencer a Andrade, Canelo sería el tercer mexicano en la historia en ostentar los cuatro cinturones después de Ricardo “Finito” López y Juan Manuel Márquez. Como sea, Álvarez es hoy el “commodity” más caro del boxeo y todos quieren pelear con él y recibir ese cheque por millones de dólares. Si Canelo no sale de su categoría a buscar otros desafíos, seguro hay varios dispuestos a dar las 160 libras y subirse al ring en septiembre.

– Gonzalo Baeza es miembro de la Transnational Boxing Rankings Board (tbrb.org), organización internacional de periodistas que persigue brindar transparencia a los ránkings de boxeo y unificar criterios en torno a los mejores exponentes de cada categoría.