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Cultura

8 de Mayo de 2019

Medea: un nuevo eslabón en los diálogos del teatro y el cine chileno

La Medea que este jueves se estrena en salas no es una adaptación al cine de la tragedia clásica de Eurípides hecha por cineastas, tales como el italiano Pier Paolo Pasolini, que en 1969 estrena una versión espectacular, poética y operática, protagonizada por María Callas, o el danés Lars Von Trier, que realiza una versión […]

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La Medea que este jueves se estrena en salas no es una adaptación al cine de la tragedia clásica de Eurípides hecha por cineastas, tales como el italiano Pier Paolo Pasolini, que en 1969 estrena una versión espectacular, poética y operática, protagonizada por María Callas, o el danés Lars Von Trier, que realiza una versión para la televisión danesa en 1987, usando el guión que otro cineasta danés de excelencia, Carl Theodor Dreyer, escribió y dejó sin realizar.

Pasolini incorpora su visión crítica de la civilización burguesa e incorpora en los textos poesías escritas por sí mismo, mientras que Von Trier aplica los primeros esbozos de técnicas en video que luego constituirán una parte esencial del canon del movimiento Dogma. En ambos casos, más que adaptaciones, Medea constituye películas cuyo género podría ser experimental.

Y aunque la Medea de hoy sin duda también pertenece a ese género, su singularidad es que se trata de una versión realizada por un profesional que proviene no del cine sino que del teatro, y que por primera vez recurre a las técnicas cinematográficas para hacer una película en su región de origen, Atacama, a partir de un texto especialmente escrito por él. Y en efecto, muchas personas e instituciones copiapinas hicieron un gran esfuerzo para lograr que este largometraje se pudiera hacer y terminar. La Medea del dramaturgo chileno hoy avecindado en Nueva York, Alejandro Moreno, se ha permitido innovar con total libertad tanto en diálogos, como en puesta en escena y fotografía y sonido, lo que resulta particularmente notable al establecer la narración de la historia de Medea en los cerros y en el mar de Copiapó.

En lo que ya parece una tendencia de los últimos años, varios talentos del teatro chileno actual han comenzado a participar en la realización de largometrajes de cine. El fenómeno se ha dado primero con la incursión de actores de formación sólidamente teatral, los que luego han obtenido reconocimientos internacionales por su desempeño, tales como Alfredo Castro y Paly García. Ambos tienen roles en esta Medea.

Pero un verdadero diálogo interdisciplinario entre teatro y cine ha comenzado a desarrollarse con la incorporación de dramaturgos con trayectoria en el teatro chileno, participando en proyectos fílmicos, liderados por la contribución del dramaturgo Guillermo Calderón, en los largometrajes El Club y Neruda de Pablo Larraín, y en Violeta se fue a los Cielos, de Andrés Wood, todas galardonadas internacionalmente y con estreno comercial en Chile y otros países.

Recientemente Luis Barrales trabajó en la adaptación cinematográfica del largometraje El Príncipe, ópera prima de Sebastián Muñoz, de próximo estreno, mientras que Manuela Infante participó en la escritura de guión de La Vaca que Cantó una Canción Sobre el Futuro, película de Jirafa que se rodará el próximo año en Valdivia.

Es en este contexto que conviene mejor situar esta propuesta creativa de un escritor consagrado en el mundo de las artes escénicas, que a contar de hoy se convierte en un nuevo director del cine chileno.

El estreno ha sido fijado a propósito en la víspera del Día Nacional del Teatro (11 mayo), consagrado por la ley 20.153 del 26 diciembre de 2006 para conmemorar las artes escénicas chilenas en homenaje al natalicio de otro director y dramaturgo Andrés Pérez Araya. En su undécima y última obra de teatro, La Huída, Pérez incorpora sutilmente proyecciones de cine dentro de la puesta en escena, materia que aborda explícitamente en el documental Tacos de Cemento, estrenada por Jirafa en el invierno de 2018 y disponible actualmente en su VOD http://jirafa.cl/play/ Similar tipo de exploración pero de mayor envergadura pudo verse en varias obras del repertorio histórico del teatro chileno, desde Cinema Utopía de Ramón Griffero, hasta Jesús Betz de La Troppa: un esfuerzo experimental por incorporar el cine dentro del teatro.

El Teatro y el Cine chileno, pues, se encuentran en un fenómeno de diálogo interdisciplinario inédito, en donde ahora son los dramaturgos los que comienzan a hacer uso de la técnica cinematográfica con resultados innovadores y de calidad. Por ello, les invito a verla en cines desde este jueves 9 de mayo, en particular a la “gente de teatro.”

*Bruno Bettati es productor y distribuidor de cine; su empresa Jirafa distribuye la película MEDEA

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