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Entrevistas

18 de Julio de 2019

Pamela Jiles, La Abuela diputada: Siempre combativa, nunca incombativa

Los últimos sondeos indican que la diputada Pamela Jiles está entre los diez políticos chilenos con mayor conocimiento y que los ciudadanos la identifican intensamente con «la marca» de su coalición, algo así como el Frente Amplio del Frente Amplio. Ha hecho de las suyas en el Congreso desde que llegó representando a las comunas de La Florida, Puente Alto, La Pintana, Pirque y San José de Maipo, después de abandonar sorpresivamente la televisión donde se divertía a rabiar y ganaba más. Luego de una breve campaña, obtuvo la segunda mayoría nacional del Frente Amplio, sólo superada por Giorgio Jackson. Llevaba un mes en el parlamento cuando atravesó el hemiciclo para enfrentar al diputado Osvaldo Urrutia que acababa de vociferarles «terroristas con aguinaldo» a las víctimas de la dictadura, en una escena tan insólita como emblemática que quedó grabada a fuego en el inconsciente colectivo. En enero pasado emergió por primera vez en una encuesta presidencial, la Cadem, donde aparece como favorita en una eventual primaria de la izquierda y el Frente Amplio, inmediatamente después de Beatriz Sánchez y superando a Giorgio Jackson, Gabriel Boric y Jorge Sharp. En esta entrevista, la diputada Humanista conocida como «La Abuela», analiza el año y medio del Frente Amplio en el Congreso, las posibilidades presidenciales de Joaquín Lavín, Beatriz Sánchez y otros políticos, se refiere a su campaña por hacerle narcotest a las autoridades, repasa lo bueno, lo malo y lo feo de Piñera Dos, habla del estado de su conflictiva relación de pareja con su Jefe de Gabinete, Pablo Maltés ―El Abuelo―, responde qué parlamentarios sacaría del Congreso y cuál es su sueño inconcluso.

Por

* Por Gastón J. Muñoz J.

– ¿Está usted dispuesta a ir a una primaria presidencial por el Frente Amplio y, si fuera el caso, por la centroizquierda?

– Me veo entrando a La Moneda con la Ximena Rincón… [Risas]

– En serio, ¿le parece posible que un candidato del Frente Amplio llegue a la presidencia el 2022?

– Posible y probable. El resto de la oposición no tiene ni tendrá una figura presidencial capaz de convocar a tres millones de personas. Nosotros sí. Nuestro objetivo, del Frente Amplio, es ganar el gobierno y nuestro camino para lograrlo está nítidamente definido por la ciudadanía, que nos puso en el Congreso no para negociar puestos ni para mantener privilegios ni para intercambiar prebendas, sino para impugnar al poder corrupto, combatir con fuerza todas las expresiones de esa descomposición -como el narcotráfico y sus redes en la política- y hacer avanzar la agenda de los sinmonea.

– ¿Entonces sería usted presidenciable para conducir ese proceso?

– A diferencia del querido compañero Jorge Sharp, yo considero que tengo lo que se requiere, pero esa es una decisión colectiva que uno no decide, sino acata. Yo hago lo que mis nietos determinan.

– Sharp dijo también que los parlamentarios del Frente Amplio deberían presentarse a alcaldes: Boric a Punta Arenas y Jackson a Santiago. ¿Está de acuerdo?

– Completamente de acuerdo. Ser alcalde tiene mucho más pertinencia para las tareas y objetivos del FA. Sharp así lo viene demostrando en Valparaíso. Debemos presentar a nuestra mejor gente a las alcaldías y gobernaciones provinciales en todo el país, ganar los poderes locales para mejorar la vida de los chilenos. Estamos a tiempo de que Boric y Jackson se presenten a las próximas municipales o a las elecciones de gobernadores.

– Usted hizo una precandidatura presidencial en 2009, en la que ya pedía test de drogas para Piñera. ¿Ser presidenta de Chile es su sueño inconcluso?

– No. Mi sueño sin realizar es adoptar otro hijo.

– ¿Cómo evalúa el panorama político a un año y medio de llegar al Congreso?

– Espléndido… Piñera en caída libre, la DC retrocediendo de su brote derechista y realineándose con la oposición, y lo más hermoso: el FA instalando una ética que la ciudadanía pide a gritos. Por supuesto que hay mucho que mejorar pero sin duda el Frente Amplio se ha consolidado como una fuerza extremadamente sexy, que combate la corrupción y se inserta en el sentido común ciudadano.

– En junio de este año, el diputado Renato Garín la citó en Twitter con algo que usted dijo a comienzos de 2019: «La DC va a ganar la presidencia de la Cámara, luego aprobarán la idea de legislar en pensiones y tributaria, finalmente negociarán las indicaciones que puedan», ¿cumplió su objetivo la DC en el control de la agenda dentro de la oposición?

– Genaro Arriagada estuvo a punto de lograrlo, para eso salió de su cripta. Pero figuras como la senadora Yasna Provoste o el senador Huenchumilla interpretan mejor a su militancia, y entienden de manera más adecuada la realidad. Además estamos quienes ayudamos a los sectores más retardatarios de la DC a que recobren la lucidez.

– En marzo, 15 diputados del Frente Amplio dieron su voto al DC Iván Flores para presidir la Cámara y otros cinco, liderados por usted, optaron por votar en blanco y se autodenominaron como la «Bancada de la Dignidad», ¿hubo un quiebre ahí al interior del Frente Amplio?

– El FA está unido y creciendo. Viven colgándonos quiebres internos pero la porfiada realidad demuestra que somos un pacto electoral exitoso, que incluye un arco muy amplio, que va desde gente francamente de derecha hasta los de la izquierda más radical. Se suele creer que somos un conglomerado de Izquierda y eso no es así. Algunos de nuestros dirigentes expresan posiciones socialdemócratas, a veces proclives a los intereses de la burguesía, como que empiezan a acomodarse, o querrían transformar la coalición en el nuevo partido del orden, agradar a Blumel y aparecer en las encuestas piñeristas. Somos diversos y hay que avanzar con todos, porque esa diversidad precisamente es la que nos llevará a ser gobierno. Lo interesante es que estamos todos siendo evaluados minuto a minuto por un electorado alerta y exigente que da su veredicto en las urnas.

Pero también es porfiadamente real que han quedado al descubierto varias diferencias de opinión importantes en el conglomerado: ¿sobre Venezuela, sobre la relación con la DC, sobre la Ley de Aumento de las Subvenciones a los organismos colaboradores del Sename, sobre los «Blumel-lovers»?

– Bueno, por supuesto, somos un pacto político no un regimiento. Los Humanistas nos hacemos cargo de los debates que existen en la base social, porque el FA no le pertenece a una mesa directiva ni a unos parlamentarios con más amiguitas en La Tercera. Le pertenece a todos los que se sientan convocados y no hay nadie que pueda erigirse en comisario de sus propios compañeros. Por eso no es posible que algunos dirigentes se arroguen vocerías que no tienen y menos respecto de temas que no hemos concordado. Que digan por ejemplo «el FA valora el Informe de Michelle Bachelet» lo que no representa al colectivo. No es una buena idea cuando se requiere convocar a tres millones de almas por lo menos para ganar el gobierno. Por eso, hay que ser muy precisos, no subirse por el chorro y tener la transparencia y la probidad como reglas absolutas de comportamiento.

– ¿Cómo cree usted que debe expresarse esa probidad? ¿Con puritanismo santurrón?

– Los parlamentarios del FA tenemos la obligación de ser absolutamente probos: no podemos hacer diez viajes al extranjero al año, no podemos ir en primera clase, no debemos aceptar regalos, tampoco invitaciones al extranjero que pueden funcionar como intercambio de algo, no podemos reunirnos con nadie fuera de la ley de Lobby, debemos estar libres de drogas y poder probarlo, no podemos manejar alcoholizados, debemos estar en Fonasa como el 80 % de los chilenos, no podemos tener costumbres concupiscentes de ningún tipo, no podemos incurrir en ningún abuso de poder ni tener ningún conflicto de interés.

– ¿De qué manera han evolucionado los roces y reconciliaciones con dos diputados del FA que votaron en su contra en la Comisión de Ética después de su incidente con el diputado Urrutia?

– Eso está superado. La opinión pública rechazó de manera contundente la votación de esos dos parlamentarios que me castigaron por enfrentar la agresión de Urrutia a las víctimas de la dictadura. Y hoy, cuando algún advenedizo cae en la tentación de hacerme bullying por redes sociales, es la gente la que les responde. El Ejército de Nietos es muy proactivo con los pseudo-machitos y sus ínfulas patriarcales.

– ¿Considera que RD ha intentado generar una hegemonía al interior del bloque, pasando a llevar a otras fuerzas?

– Tienen siete diputados. Otros se fusionaron para hacerles el peso y aumentar su influencia. Me parece legítimo intentar la hegemonía, en tanto se haga con lealtad a los compañeros, no pasando máquina, no intentando aislar a figuras de otras fuerzas, no montando operaciones sucias contra quienes disienten, no expulsando a los movimientos sin parlamentarios que también pertenecen al FA, no olvidando a los independientes frenteamplistas, no vetando a un grupo de estudio de política internacional porque discrepa de dos diputados. Las razzias internas, la intolerancia a la diversidad, trae pésimos resultados. El Podemos de España, por ejemplo, en vez de incluir, excluyó. Pablo Iglesias no fue capaz de soportar otros liderazgos, los fagocitó y terminaron a la cola de la política.

Se dice que hay lucha de egos al interior del Frente Amplio. ¿Es efectivo?

– En la política hay y debe haber permanente construcción de liderazgos. Nosotros pasamos de tres parlamentarios a 21, cada uno con habilidades y competencias distintas. Me parece que no siempre ha sido fácil para los tres incumbentes compartir el protagonismo. Pero es inevitable e imprescindible que surjan muchos dirigentes frenteamplistas en todo el país, especialmente compañeres de la disidencia sexual y mujeres, que estamos escandalosamente subrepresentados en todas partes. Me parece, por ejemplo, que una carencia en este período legislativo es que no tengamos parlamentarios frenteamplistas de la disidencia sexual.

– En la comisión de Familia encabezó el proyecto de ley para reformar integralmente el sistema de adopción. ¿Cuándo espera ver sus frutos y qué beneficios reales tendrá para los niños del Sename?

– Durante mi presidencia de la Comisión de Familia propusimos la adopción lesboparental, transparental, homoparental, de solteros, viudos y divorciados. En Chile los niños, niñas y adolescentes podrán ser adoptados por una familia «cualquiera sea su composición». Así revertimos la sesgada propuesta del gobierno y ahora existirá la posibilidad cierta de salvar la vida de mil pequeños al año por la vía de la adopción. Esto es histórico y me siento muy orgullosa de haber formado parte de un acto elemental de justicia.

– ¿Cuál es la relevancia de la campaña sobre el narcotest a los parlamentarios que usted está promoviendo en todos los sectores políticos para llevar adelante esa ley?

– La principal demanda de las personas en mi distrito y en todo el país es acabar con el drama de la droga en las familias. Las madres de Chile consideran que el narcotráfico ha crecido peligrosamente y que tiene tentáculos entre los políticos. Estimo necesario y urgente que todas nuestras autoridades ―partiendo por nosotros los Diputados y Senadores― nos hagamos periódicamente un test de drogas como muestra de transparencia y probidad a los electores. Los ciudadanos tienen derecho a saber si hay autoridades que se drogan, si hay parlamentarios que legislan bajo los efectos de estupefacientes, cuáles tienen vínculos con narcotraficantes que les venden la droga que consumen, quiénes tienen relaciones de dependencia o pueden ser chantajeados por los narcos.

– Pero su campaña causa molestia en algunos parlamentarios. ¿Por qué tanta majadería en este tema?

– Porque soy combativa… nunca incombativa, parafraseando a Luli, mi filósofa de cabecera. La defensa de la infancia dañada y el combate contra el narco es la primera prioridad de nuestros electores. Es lo que me piden hacer y lo que prometí a mis nietos. Y, como es sabido, no me interesa portarme bien con la clase política ni formar parte de la élite corrupta. Los sinmonea me pusieron en el Congreso justamente para que impugne a los poderosos a cada paso, para que no los deje vivir en paz, para que les muestre en su cara y ante todo Chile que son cómplices endogámicos de un sistema hecho para conservar sus privilegios. La gente votó por mí porque saben que soy incorruptible, insobornable, y que mi único compromiso es con ellos. No me amilanan las eventuales amenazas del narco o de sus cómplices pasivos en la clase política.

– Felipe Kast se plegó a su campaña públicamente pero puso en duda que tenga los votos del FA. ¿Los tiene?

– Felipe Kast se comprometió a tramitar la urgencia para que el narcotest sea ley, y todavía no lo hace. ¿Por qué? ¿Se arrepintió? ¿Recibió presiones que lo hicieron recular? Por lo mismo, será muy interesante ver qué parlamentarios votan en contra del narcotest obligatorio. Ya eso será un elemento crucial para la ciudadanía.

– ¿El presidente de la República debe hacerse un narcotest?

– Debe hacerse un examen de pelo con resultado público si quiere dar el ejemplo en la lucha contra el narco. Él es el primer funcionario público del país, a la mayoría de los cuales se les exige narcotest. ¿Por qué las máximas autoridades no estamos igualmente obligadas? Creo que es relevante saber si tengo un presidente de la República drogadicto, un diputado drogadicto, un ministro de corte drogadicto, un comandante en jefe drogadicto. Mucho más urgente que saber si se droga el Jefe del Registro Civil o de Correos de Chile.

– ¿Cómo observa la gestión de Piñera y el hecho de que las encuestas lo muestran a la baja?

– Para mí este mandato de Piñera tiene sentido por la sola medida de la imprescriptibilidad de los delitos sexuales contra menores, que supera un retraso de treinta años en materia de protección a la infancia vulnerada, y que ningún gobierno anterior quiso abordar. Sin embargo, en la percepción pública Piñera falló de manera irremontable, a pesar de su claro triunfo en las urnas. Creo que Cristián Larroulet, Jorge Selume y mi colega Fernanda Otero lo hundieron en el barro, primero con el pésimo manejo posterior al asesinato de Camilo Catrillanca, después mandándolo a hacer el ridículo a Cúcuta, luego sin reacción concreta frente a la insoportable corrupción en las Fuerzas Armadas, y recientemente dejando abandonados en la frontera a esos niñitos venezolanos con bronconeumonía a los que supuestamente les iba a dar ayuda humanitaria desde Cúcuta. Aparece como un señor inconsecuente, que promueve los derechos humanos en Venezuela pero los violenta en Chile con los niños vulnerados, los mapuche, los estudiantes, los inmigrantes, los profesores, los pensionados, los enfermos en los consultorios y las pymes. Empeora la situación esta agenda compulsiva de competir con Lavín en apariciones públicas de ralea populista. Y tampoco lo ha ayudado demasiado la tensa relación con el parlamento que lleva el Ministro Blumel.

– ¿O sea, usted, de «Blumel-lover», ni hablar?

– Me parece que Blumel es un joven bien educado, que canta afinadito, pero al que le ha faltado tonelaje político. Comenzó tratando de sacar parlamentarios a dedo del Congreso para llevarlos a la cocina de las comisiones truchas en La Moneda. Eso fracasó estrepitosamente y luego se ha dedicado un año y medio a pirquinear votos, en vez de hacer política con mayor alcance y profundidad. Perdió un valioso tiempo en que la ex Nueva Mayoría estaba en el suelo y algunos del FA cazaban moscas.

– ¿Y cuáles son sus parlamentarios favoritos?

– La Nona Ossandón es una espléndida diputada y gran parte del crecimiento del senador Ossandón se debe a su hermana. Adoro a la Marisela como a una hermana menor. Pancho Undurraga es lejos mi facho favorito. A Pepe Auth le tengo respeto y cariño profundo.

– Y del Frente Amplio, ¿qué diputado destaca?

– La diputada Camila Rojas es la que tiene mayor proyección y la diputada Natalia Castillo es con la que siento más afinidad. Ambas llegarán lejos. Ambas me dicen Abuela. Ahora, mis imprescindibles son mis dos compañeros de ruta, Tomás Hirsch y Raúl Alarcón (Florcita Motuda).

– ¿A qué parlamentario sacaría del Congreso?

– Me opongo a eliminar personas, incluso en la fantasía. Además, cuando un político declara que sacaría del Congreso a tal o cual parlamentario le está faltando el respeto a la democracia y a los electores.

– Algunos parlamentarios la han criticado por su sentido del espectáculo y su relación con la prensa.

– Lo divertido es que esos solapados críticos son capaces de matar a su mamá por aparecer en un matinal, están dispuestos a hablar de sus dildos en Podemos Hablar, o a cocinar calzones rotos en La Divina Comida, y tienen a sus equipos abocados a conseguir que los inviten a Pasapalabra… Es cosa de verlos en El Pensador haciendo ingentes esfuerzos para que les saquen una cuña. Entiendo el escozor que les produce el desinterés mediático que generan y sus reacciones de despecho cuando execran la «política espectáculo». En circunstancias que desde Gramsci, Benjamin, Foucault, Baudrillard y Eco sabemos que la política ES un espectáculo. Y sí, lo reitero, los debates hay que hacerlos con el colectivo, sin cocinas, sin vacas sagradas, con la gente, con la ciudadanía y eso se hace a través de los medios de comunicación y de las asambleas ciudadanas.

– ¿Qué valor atribuye a lo performático en el fenómeno comunicacional que usted suscita?

– El cuerpo es la principal trinchera de resistencia. Es decir, uno genera contracultura desde el acto político más que desde el discurso. Esta posibilidad se amplifica en escenarios privilegiados como la televisión o el Congreso. Allí, La Abuela, encarna «lo ajeno al modelo» de manera hiperreal. La performance me transformó hace mucho en una entidad contrahegemónica de alta visibilidad. Por ejemplo, el género binario es probablemente el constructo de dominación más potente de la élite. Entonces yo instalo alegorías queer en todas partes, pongo en evidencia que mi sexo es el de los oprimidos. Develo así la violencia patriarcal que sufrimos a cada paso, en los partidos políticos, en la calle, en los medios de comunicación, en las oficinas. Y de ese modo mantengo una sintonía intensa con los olvidados, mis nietos, que se identifican con ese lenguaje y ese juego.

– ¿Cuál es su diagnóstico respecto a la crisis que enfrenta la centroizquierda en Chile?

– Creo que no existe nada aún que podamos caracterizar como «centro-izquierda» en Chile, más bien corresponde al verso que instalan algunos aburridos «analistas». Hay una derecha nítida: todos pinochetistas de raíz golpista ―más o menos encubiertos―, todos partidarios del neoliberalismo, de la imaginaria apoliticidad y de la total mercantilización de la vida. El proyecto de la derecha es el mismo hace más de 40 años, nada más pasado de moda. La oposición en cambio tiene bordes más difusos: está compuesta por una socialdemocracia muy vulgarizada, una enorme burocracia movida sólo por tener pegas estatales, algunos sectores de derecha liberal y un polo revolucionario nuevo, en desarrollo. Pero no nos engañemos, el eje Izquierda-Derecha no es el dominante en el sentido común.

– ¿Le parece que hay otro eje en política?

-La contradicción fundamental hoy no es entre derecha e izquierda sino entre élite y ciudadanía deprivada de participación real, entre la vieja política binominal y la nueva, más representativa. La confrontación es entre la élite corrupta y los sinmonea. Y el FA está llamado a representar a los sinmonea.

– ¿Considera que el Frente Amplio debe hacer pacto electoral en las municipales con otras fuerzas de la oposición o debe correr con colores propios?

– Yo espero que nuestras bases deliberen y tomen esas decisiones, no una cúpula. Hay que evitar por todos los medios que una Mesa suplante las decisiones colectivas del Frente Amplio. Esta es una etapa de acumulación de fuerzas en que incidirá cada vez más el pueblo organizado. A ellos debemos preguntarles qué pactos quieren, qué candidatos levantan, quiénes los representan y quiénes no.

– ¿Es la unidad la clave para triunfar por sobre la derecha, pensando en hacer posibles pactos con la ex Nueva Mayoría?

– Soy partidaria de la más amplia unidad en la base social, que es una condición para que se genere el poder popular al que aspiramos. Concuerdo con el jefe de la bancada PS, Manuel Monsalve, que planteó la necesidad de una fuerza opositora coherente sin la DC. Y agregó que «si esa fuerza llega a acuerdos específicos con la DC, bienvenidos sean». Me parece una descripción bien precisa de lo que podemos construir.

– ¿Qué candidatos considera favoritos para las próximas elecciones presidenciales?

– Si el matinal de Luksic le sigue haciendo campaña a Joaquín Lavín, seguro será candidato presidencial, aunque la oligarquía lo considera útil pero se les ha vuelto un tantito sospechoso. José Antonio Kast se va a presentar de todas maneras pero no superará el siete por ciento. Es probable que Daniel Jadue sea una carta. Y nosotros tendremos nuestra candidatura también.

– ¿A quienes visualiza cómo presidenciables en el FA?

– Creo que es necesario que la ciudadanía lo visualice, no yo. Lamentablemente Jorge Sharp se auto excluyó esta semana. Es indudable la chance de Beatriz Sánchez, aunque no sabemos si ella tendrá ganas. Si no va finalmente, el liderazgo de Giorgio Jackson es enorme y aún estamos a tiempo de producir un cambio legislativo que le permita postular a la presidencia el 2021. Pero yo espero que esa decisión no sea cupular, elitista, impuesta a las bases, cocinada entre cuatro paredes. Me parece que nuestros representantes deben ser elegidos por el colectivo de la manera más democrática posible, es decir con primarias abiertas en todo el país.

– ¿Qué relación tiene con Beatriz Sánchez? ¿Son amigas? ¿Le parece que ella debería ser candidata presidencial?

– Le tengo el mayor aprecio y entiendo que es mutuo. La Bea está considerando presentarse a la Alcaldía de Viña o a la Gobernación de Valparaíso. Yo creo que ella teme transformarse en una eterna candidata presidencial por el riesgo de no ser electa por segunda vez.

– ¿Usted concuerda con ese temor?

– No. Me parece que si va de candidata presidencial el 2021, la elegiremos presidenta. El Frente Amplio va en alza sostenida, ella es una excelente candidata, la gente quiere votar por mujeres y todos los demás candidatos serían hombres.

– ¿Le parece que podría presentarse Michelle Bachelet a un tercer período?

– Ya comenzó la rogativa de quienes ven a la ex presidenta como tabla de salvación. Pero lo que definirá nuestras posibilidades presidenciales son los casi diez millones de personas que simplemente no participan de las elecciones, que se sienten al margen del sistema político, olvidados por una casta traidora. El Frente Amplio debe tener como tarea principal reencantar a esos sectores, reactivar el movimiento popular, cuya experiencia acumulada en la oscuridad de estos últimos cuarenta años está buscando caminos originales, impensados, para abrirse paso.

– ¿Es complicado trabajar con el marido?

– Yo no tengo marido.

– Bueno, ¿con su pareja?

– Es horrible, no lo hagan. Ya no me soporta, ni yo a él. Y no podemos separarnos porque tenemos seis hijos, dos nietos, y porque es mi tutor político, mi jefe de gabinete, mi chofer, mi masajista, mi cómplice y todo…

– ¿Pero puede que ya no sigan trabajando juntos porque Pablo Maltés El Abuelo va de candidato a Alcalde de La Florida?

– Eso lo declaró el Presidente del Partido Humanista como una posibilidad y desde ese momento la gente en la calle le dice que va a votar por él. A mí me encantaría porque así me lo saco de encima.

– Debe ser agotador estar siempre juntos.

– ¡Atroz! ¡Asfixiante! Pero hay algo rescatable y muy práctico: ponte tú, si estoy en el hemiciclo a las once de la mañana y me dan esas ganas irresistibles de amar…

– Cómo así, ¿tienen encuentros sexuales en horario de trabajo?

– En horario de colación. Como te dije, yo siempre combativa, nunca incombativa.

* Gastón J. Muñoz J, es colaborador de The Clinic e hijo de la diputada

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