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17 de Diciembre de 2019

Columna de Carlos Chávez: ¿Qué te pasó Matías?

"Las olas del mar suben y después bajan… ¿Así ha sido Matías? Desde su salida de Colo Colo como el mejor de América hasta su llegada a Junior de Barranquilla donde ha jugado poco y nada. Incluso ha tenido que pasar por la incomodidad de declaraciones desafortunadas de parte de sus entrenadores que no han visto al eterno 14 como la solución o el crack que debía ser", escribe Carlos Chávez.

Carlos Chávez
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Si fuera director técnico de cualquier equipo, me gustaría contar con Matías Fernández, me gustaría verlo en cancha, tomando la pelota y haciendo magia con ella. El 2006 Claudio Borghi tuvo la oportunidad de ver la mejor versión de un chico que deslumbraba a todo el mundo.

Si buscan en Google encontrarán una frase que ha sido replicada a lo largo de su carrera y que grafica lo que en ese momento era el “Pelusa” como le llamaban “El 14 de los blancos es un cráck” decía un comentarista argentino en la transmisión de la fase preliminar de la Copa Sudamericana en la que el cacique se enfrentaba a Huachipato. El 14 deleitaba a cada paso que daba. Gambetas, pases, rabonas. Todo era de él, los ojos estaban puestos en un solo jugador, la hinchada no paraba de aplaudirlo y las portadas, los flashes y los equipos del mundo querían conocer un poco más de un tal Matías Fernández.

Hoy “Matigol” tiene 33 años, ya está en conversaciones para volver a Colo Colo tras una carrera que no ha sido lo brillante que fue en aquel equipo del Bichi. 6 equipos han tenido la oportunidad de ver al volante en acción, sin contar las veces que jugó por la Selección. Villareal lo sacó de Colo Colo en una cifra récord para ese entonces, pero más allá de analizar sus campañas, quiero referirme a la pregunta que hasta el día de hoy tienen los fanáticos del aún jugador de Junior de Barranquilla.

¿Qué le pasó a Matías? Mmm, difícil pregunta, pero a lo largo de los años han salido a la luz algunos matices que hacen entender las verdaderas razones de su no explosión. Ojo, que ha tenido buenas campañas a lo largo de su carrera. Si uno toma los números de los equipos en los que ha estado, en todos ha tenido continuidad, menos en esta última etapa.

Claudio Borghi es un personaje querido, es de esos tipos que adquiere confianza con sus jugadores y que les da libertad. Bien considerada por muchos, mal tomada por otros. En alguna entrevista, le preguntaron por el pelusa y fue categórico tras su paso por los albos “Ese rendimiento (el de Colo Colo) se debía a él, pero también a todo el plantel que lo protegía muchísimo Es más, el DT fue más allá “Matías tenía pesadillas. Llamaban a Pedro Oñate y él tenía que quedarse hasta que se durmiese. A ese nivel de cariño estamos hablando que él dependía”

Así trataban al regalón del plantel. Un hombre que abrazó la religión evangélica, que dedicó su vida y sus logros a Dios. Un hombre con palabra, con voz al interior de los camarines en los que ha estado. Ha sido un tipo querido, nadie, pero nadie a lo largo de la carrera del pelusa ha hablado mal de él. Fue clave en el equipo de Jorge Sampaoli, ese que se quedó con la Copa América el año 2015. Muchos no saben que Matías es cercano a Arturo Vidal, debe ser de los pocos jugadores que el Rey escucha. Cuando el crack del Barcelona chocó su Ferrari, al interior de la roja hubo de todo. Algunos jugadores querían que Vidal recibiera un castigo, otros querían que se quedara, algunos no sabían qué hacer y Fernández fue uno de los que convenció a varios de que Arturo era un hombre importante.

En el Necaxa hizo lo mismo. Sus compañeros lo veían como un referente, como el hombre que puede arreglar problemas sin ningún tipo de confrontación. Así es Matigol. Es más, no le gusta ese sobrenombre ¿Por qué? Bueno, su personalidad es la de pasar desapercibido. Generalmente los goleadores tienen más atención que un jugador que mueve los hilos al interior de un equipo. Marcar y ser protagonista no es lo suyo. Es como ver a Charles Aránguiz en el Leverkusen…Un tipo del que no se habla mucho, pero que termina siendo tan importante que si no está todo se pone cuesta arriba.

Tras su paso por la Fiorentina, llegó al Milán… el equipo más grande en el que ha estado. Terminó marcando uno de los goles más lindos del cuadro italiano, su único tanto en aquella escuadra. De ahí en más comenzó a ser menos protagonista.

La ola llamada Matías

Las olas del mar suben y después bajan… ¿Así ha sido Matías? Desde su salida de Colo Colo como el mejor de América hasta su llegada a Junior de Barranquilla donde ha jugado poco y nada. Incluso ha tenido que pasar por la incomodidad de declaraciones desafortunadas de parte de sus entrenadores que no han visto al eterno 14 como la solución o el crack que debía ser. Llegó en medio de una verdadera avalancha de hinchas que esperaban a su aterrizaje en Colombia. 452 minutos suma el chileno. Una estadística muy pobre para un jugador al que las lesiones no lo han dejado tranquilo. La forma de trabajo en Junior no le acomoda o simplemente llegó al momento de tomar las cosas con más calma. Colo Colo quiere abrirle las puertas a un jugador que siempre ha sido querido por los hinchas, pero que tras su paso por el cuadro colombiano no ha recibido mayores interesados. Es más, solo el caique se ha acercado para conversar.

Desde mi perspectiva, desde mi punto de vista, todo entrenador debería tener un Matías Fernández en su equipo, pero tampoco hay que olvidar la realidad. La personalidad de aquel chico que con 20 años deslumbraba en el cacique le ha jugado en contra, no le ha permitido brillar. Quizás el nunca lo quiso, quizás su meta en el fútbol nunca fue ser un crack, más bien jugar, pasarlo bien, vivir del fútbol, disfrutar con su familia y demostrar que podía tener carrera en Europa. Quizás ahora solo quiere regresar a su país, al club que le permitió saltar al viejo continente y ser conocido como matigol. En su momento, tener al 14 en la cancha era sinónimo de alegría, de buenas jugadas, de un espectáculo en la campo de juego. 33 años no pasan en vano, una larga carrera le podría servir al pelusa para volver a sonreí con el balón, con la euforia, con miles de fanáticos que en algún momento le dijeron a su amigo “El 14 de los blancos es un crack”

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