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Opinión

31 de Enero de 2020

Columna: El fantasma del Brexit que revolotea sobre una Europa vieja y capitalista

EFE
Ricardo Espinoza Lolas
Ricardo Espinoza Lolas
Por

“El panorama general del impacto social de la ATCI es bastante claro: representa ni más ni menos que un ataque salvaje contra la democracia. Donde esto resulta más evidente es en el así llamado Arbitraje de Diferencias Inversor-Estado (ADIS), que permite a las empresas demandar a los gobiernos si las políticas de éstos les causan una pérdida de beneficios. De manera clara  y simple, esto significa que las corporaciones transnacionales, que nadie ha elegido, pueden dictar las políticas de los gobiernos democráticamente electos”. Žižek, La nueva lucha de clases.

“… la crisis señala el final del proyecto de la Nueva Economía de la década de 1990, la idea de que el capitalismo se puede revitalizar en su forma digital, con la ayuda de programadores y otros trabajadores intelectuales convertidos en capitalistas ‘creativos’… Por eso hace falta una intervención estatal cada vez más fuerte que mantenga viable el sistema”. Žižek, Problemas en el paraíso.

El fantasma del Brexit que revolotea sobre una Europa vieja y capitalista… que se llevó al abismo desde el revolucionario Corbyn al teórico Appleton y a millones de británicos.

La democracia, como representativa y liberal (tan cristianamente europea), está capturada totalmente por el Capitalismo. Y por tanto no se puede hacer, al parecer, nada distinto sino simplemente esperar el advenimineto supremo y totalitatrio de la cancelación de la historia y con ello del futuro y así estamos atrapados en el plano presentismo del ahora capitalista que nos achata nuestra subjetividad y nos ideologiza como soldados del propio Capitalismo; es cosa de ver, cómo opera el show, la farsa, la chapuza de los plebiscitos para que la “voluntad popular soberana” se exprese (USA, Brasil, etc.) y sus representantes realicen el mandato popular. Por ejemplo, este es el caso de lo que hoy entendemos como UK y lo que acontece con el Brexit este viernes 31 de enero de 2020; es la historia del devenir capitalista, la historia de una ideología y bien chapuza por lo demás. 

Desde siglos, cuando se estudia las distintas Casas que han gobernado Inglaterra podemos ver que es la historia del poder. Ideologías y nada más que ideologías que se reproducen y buscan perpetuarse por medio de la producción más arbitraria y con muchos elementos estocásticos que no estaban para nada predichos por tales ideologías y por toma de decisiones, diseño y producción de la ideología; es decir, su famosa ‘soberanía’. Es eso y nada más que eso es lo que se llama hoy UK y en eso podemos entender lo que es hoy el Brexit para ellos: ya para los que lo apoyan ya para los que están en contra. Y en esto de cómo quieren aparecer en medio del mundo-mercado actual. Es el delirio, en especial, de Johnson y sus seguidores que quieren volver a reproducir su pasado glorioso (en el fondo lo mismo piensan ciertos laboristas comunistas como Appleton, esto es, gracias al buen olfato de la derecha ellos podrán por fin salir del Capitalismo). Luego es muy difícil pensar de verdad en un proceso de transformación social (menos revolucionario) al interior de Inglaterra y es muy poco posible que cambie su democracia y seguirá siendo capturada totalmente por el Capitalismo.

Desde siglos cuando se estudia las distintas Casas que han gobernado Inglaterra (y éstas con todos sus reyes que son demasiados): Casa de Wessex desde 849, Casa de Normandía desde 1066, Casa Plantagenet desde 1154 (con Casa de Lancaster  desde 1391 y Casa de York desde 1461), Casa Tudor desde 1485, Casa Estuardo desde 1603, Casa Hannover desde 1714, Casa Sajonia-Coburgo-Gotha desde 1901 (luego Casa “Windsor” desde 1917 hasta la actualidad), podemos ver que es la historia simplemente del poder; de un poder muy especial, del poder en sus múltiples formas de distribuir y producir el capital. Ideologías y nada más que ideologías capitalistas es lo que que se esconde tras la “soberanía” británica. Es eso y nada más que eso es lo que se llama hoy UK desde una historia mateial de su tejido social: es, en fin, la mera historia del Capitalismo. 

Y gracias a esto podemos entender en la actualidad lo que es el Brexit para los propios británicos: ya para los que lo apoyan ya para los que están en contra. Se trata de la articulación esencial entre Capitalismo y UK. Y en esto se juega el “cómo” quieren los propios británicos aparecer en medio del mundo-mercado actual. Están los que querían seguir unidos comercialmente a Europa y con ese Capitalismo a lo Merkel estaban felices. Y están los que querían un Capitalismo en y por la Isla dominando el Planeta entero (como los antiguos piratas, pero con el poder de lo financiero y virtual, apoyado siempre de fuerzas militares y de algún 007 de turno más chapuza que Bond-Craig). Es la locura, en especial, de Johnson y sus seguidores que quieren volver a reproducir su pasado “glorioso y glamoroso”, cuando imperaban en los mares y tierras del Planeta: el Imperio (lo más cercano es la historia del Imperio en la gran saga de Star Wars con Estrella de la Muerte incluida y bases rebeldes y algún Jedi despistado como Luke y con algún villano ridículo como Snoke). Su pulsión de repetición identitaria totalitaria empírica deviene virtual y por ello financiera (y la tecnología actual lo permite), pero igual vuelve este añejo espíritu imperial totalitario. Y este carácter totalitario se resiste a partir de la Isla; e incluso UK está construyendo barcos y portaviones e invirtiendo en alta tecnología bélica pensando en volver a la gloria cuando se realicen futuras guerras, que se deberán narrar con series de TV, Netflix, Films, BBC, etc., en la hegemonización por el capital mundial. Y están los miles de laboristas de izquierda que no siendo “toris” están felices de salir de la horrorosa comunidad europea capitalista, aunque ellos se vayan al infierno (y perdieran muchos escaños en la Cámara), porque así de alguna forma tocan el “en sí” soberano comunista que como neuróticos buscan realizar una y otra vez (y nunca lo han podido).  Luego es muy difícil pensar de verdad en un proceso de transformación social (menos revolucionario) al interior de Inglaterra y no es muy posible que cambie su democracia y seguirá estando capturada totalmente por el Capitalismo por eso perdió Corbyn; porque quiso ir contra el Capitalismo y no por las razones que da, mi buen amigo, Tim Appleton, esto es, que la izquierda laborista le dio la espalda a la voluntad del pueblo. 

Por eso el polémico, pero sagaz y agudo Owen Jones es bien claro en su acostumbrada crítica: “… se promovió una mentalidad de codicia generalizada entre la élite empresarial, y ahora este espíritu también ha infectado a la clase política. Los políticos se han convertido en representantes descarados de intereses privados, tanto dentro como fuera de Westminster”. Ese es el problema de Inglaterra: “la infección”, pero también es el problema de otros países vorazmente capitalistas: USA, China, Rusia, etc. (Chile es otro caso clásico de infección total, incluso hasta del inconsciente). Y esto es muy evidente en la figura de Boris Johnson (el ex Alcalde Londres y actual Primer Ministro de UK); él, que fue unos de los líderes, pudo lograr el imposible Brexit, gracias, como lo hizo después Trump en USA, a que tocó la “esencia” del origen británico (como dirían los heideggerianos su terruño propio: Heimat): ser una Isla y tener formalmente un carácter de “Isla” y que nadie se las puede arrebatar (esto siempre está detrás del “comunismo” soñado de Appleton): por eso cerrar fronteras a todo tipo inmigrantes y de traidores europeos que quieren, así como en las playas de Dunkerque de 1940, volver a saquear la Isla de sus riquezas: a las afuera de Londres votaban en masa por el Brexit para que los europeos se quedarán al otro lado del Canal. En el fondo UK es una Isla y nada más que una Isla (ideologizados y por tanto subjetivados como “isleños”, por eso sus borracheras, sus bares, su deporte, su monarquía-show, su lluvia, su falta de cielo azul y sol, su fish and chips, sus parques, sus cabinas telefónicas que no se usan, su rock, su punk, su red bus, sus iglesias, sus castillos, sus monstruos, sus leones y dragones, sus policías, su fair play, esos Aston Martin, su soberbia, su Bowie, su neurosis, etc.); y, por tanto, su sed imperial de conquistarlo todo, por medio del arma del Capitalismo (o algunos de la izquierda laborista, lo harán con el verdadero “comunismo”), es directamente proporcional al carácter isleño (no olvidemos el delirio en la que estaba UK a fines del siglo XIX tratando de hegemonizar todo el Planeta y, en parte, son bastante responsable de la horrorosa Primera Guerra Mundial: Guerra capitalista por excelencia; en donde todas las formaciones capitalistas se enfrentaron entre sí por la rapiña planetaria). 

A lo mejor siendo irónicos, podríamos ver a la Isla de UK tratando de devorarse todo el planeta (así como los espíritus del El viaje de Chihiro de Miyazaki, 2001) para seguir, en definitiva, siendo Isla: ese es su plan secreto. 

Si se devora el entorno planetario, no se devorarán a la Isla, pues siempre se piensa que se puede estar invadida por algo o alguien que la privará de su Ser-Isleño (es interesante que en los últimos films siempre se destruye a Londres). Es como, volviendo a Heidegger, el ser de la Isla se expresa en la frase típica de carácter tautológico identitario: ¡Inglaterra es Inglaterra! O siendo más radical: “¡Inglaterra ‘inglaterrea’!”. Y tal origen que se reduplica mecánica y neuróticamente es el que está realizando ahora mismo, y muy votado, Johnson  con sus medidas a lo Trump (por ejemplo, su bombardeo a Siria del 15 de abril de 2018 junto a USA y Francia). UK es un territorio pequeño (muy pequeño), pero con ansias desmesuradas de poder capitalista ya que quiere devorase todo el Planeta (era lo que quería Enrique VIII en el siglo XVI), por eso hace lo que hace y ha hecho lo que ha hecho a lo largo de siglos (no olvidemos a la Reina Victoria y el dominio planetario que tenía UK a fines del siglo XIX). Su apetito es totalmente demencial y esto es clave para entender lo que pretende Johnson con sus equivocadas decisiones; las cuales no le dieron todo el poder que esperaba en el referéndum del 2017 (al contrario no tuvo mayoría y los laboristas con Corbyn a la cabeza subieron muchos puntos de adhesión, pero todo esto se perdió porque en su “esencia” quieren hegemonizar Capitalismo incluso “Capitalismo comunista británico”, algo tan extraño como el Capitalismo chino). Pero no olvidemos que la toma de decisiones configura el Planeta y aquí se juega no solamente la historia del Capitalismo británico, sino también de la resistencia a él mismo. 

Para terminar tengamos presente que la democracia es un frágil producto de la historia de la humanidad y eso es lo que aparece en esos textos iniciales y muy actuales de Zizek. El  Capitalismo y su paradoja. Es fundamental entender en todo este texto la doble cita de Žižek. La empresa se devora el Estado y, a la vez, el Estado   es el que mantiene viable a la empresa. Y si es así, qué espacio hay para una democracia en la actualidad. ¿Es posible que acontezca un NosOtros? ¿Todo lo que vendrá al Planeta son modos de Brexit y de muros que nos alejan los unos a los otros en nombre de la ‘soberanía’? Por tanto, como dice sabiamente Stiglitz: “La principal pregunta que debemos hacernos hoy no es sobre el capital en el siglo XXI, sino sobre la democracia en el siglo XXI”. Y, por lo mismo, en cualquier momento puede acabar. Porque no podemos olvidar que la democracia se estabilizó en la Atenas de Pericles, en los siglos V y IV a. C. 

En la Antigüedad lo usual en gobernanza hasta ese tiempo eran: la monarquía, tiranía, oligarquía, timocracia, etc. Ningún régimen de gobierno pensaba en el pueblo; éste estaba totalmente negado para gobernar. Solamente gracias a los griegos, y a Pericles, el pueblo tuvo cabida como expresión política: la democracia. Una democracia muy especial, en la cual pocos tenían derecho, pero democracia al fin y al cabo. Nace tímidamente y en poco tiempo desapareció de la historia. Porque en lo fundamental no logró convencer a los gobernantes que era una buena forma para generar sociedad y recién vuelve a aparecer en Europa en el siglo XVIII. Y vuelve la democracia de forma renovada, pero ya no es la democracia directa y congregativa de Pericles, sino representativa y liberal. Y esta democracia representativa ha tenido en estos tiempos también sus mutaciones en distintas partes del Planeta, pero no podemos olvidar que todavía hoy hay millones de personas sin democracia en múltiples lugares. Y tampoco podemos olvidar que en muchos siglos no ha existido la democracia para millones de personas. Luego lo más “natural” ha sido no estar en democracia y se ha gobernado por lo general de forma autoritaria; donde unos dominan sobre los otros y además se apropian del trabajo de esos oprimidos (el imperio anglosajón ha sido brutal en esto): el Capitalismo ha funcionado sin democracia y ahora con esa democracia capturada y tutelada por las empresas y las fuerzas militares. Y Rusia y China son formaciones capitalistas hacendales y que en estos tiempos devienen imperialistas: en especial China. Y en el Planeta, que es muy pequeño, no hay espacio para tres formaciones capitalistas imperiales; con la de UK-USA es suficiente, pero las otras haciendas han despertado y son imparables. Y no pensemos todavía en la India y su devenir rápido capitalista (en lo radical fue un enorme satélite del Capitalismo británico y, por lo mismo, India tiene mucho recurso de dónde se echar mano).

Por eso la democracia representativa actual que se da en ciertas partes del planeta la debemos transformar, porque repito tampoco la democracia es un “en sí” caído del cielo y que funcione como una estructura transcendental, universal y a priori. No lo es, ni lo será nunca. Por lo mismo debemos cuidarla, pero corregirla, y expandirla en sus diferencias de “tejidos socio-históricos materiales” por todos los confines de la Tierra. Y en esta corrección el carácter “representativo” es vital. Ya no puede ser la representación lo que se entendió en el siglo XIX, ni tampoco en el siglo XX. La representación hoy, que es la base de la Gobernanza, debe cambiar y va de la mano del pueblo sí o sí. Y junto a esto, esta Gobernanza debe generar confianza en la ciudadanía para que la amistad cívica (con toda la tensión y diferencia interna que la sociedad requiere) reine para la construcción del proyecto de la Polis. Y en ello la transparencia se ha vuelto en uno de los más grandes valores en los que todos debemos estar unidos. La transparencia es el valor hoy revolucionario de una democracia directa y participativa que pasa por NosOtros y no por un mero “nosotros ideologizados por el Capitalismo”.

Y así toda tentación del Brexit para cualquier Estado pueda dar un paso al lado y realicemos, con toda la tensión necesaria, un NosOtros.

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