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Opinión

31 de Enero de 2020

Columna: Los niños apagados

Agencia UNO

"Ha sido un neoliberalismo sin control, la que volvió a SENAME en una verdadera máquina fabricadora de vulneraciones que da paso a nuevas necesidades, más programas de privados, en un circuito de nunca terminar, ¿Resultados exitosos?: ninguno".

Cristóbal Yessen
Cristóbal Yessen
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Estudios han revelado el daño irreparable que sufren niños, niñas y adolescentes al ser institucionalizados. Es así como un grupo de neurocirujanos de la Universidad de Harvard investigó las secuelas permanentes en estos casos. Los nuevos hallazgos se suman a estudios anteriores, realizados en el Hospital Infantil de Boston y sus colaboradores, que muestran un deterioro cognitivo en los niños institucionalizados, y también mejoras en los niños que son acogidos en hogares de adopción.

“La exposición a la adversidad en la niñez tiene un efecto negativo sobre el desarrollo cerebral”, afirman, además “las implicaciones son muy amplias, no sólo para los niños internados en instituciones, sino también para los niños expuestos al abuso, el abandono, la violencia, la pobreza extrema, y otras adversidades”, señala el equipo de de facultativos.

Es insólito, que frente a tanta evidencia, en Chile se celebre el nuevo servicio de protección de la niñez y de reinserción, cuyo pilar subsiste como la manera de “solucionar” las necesidades de  los casi 140 mil niños, niñas y adolescentes que serán parte de esta “nueva” institución. Basta visitar uno de estos centros u hogares (cosa que no hizo el parlamento) para percatarse que los niños y niñas están apagados, muchos se levantan sin mayor motivación, con desconfianza y sin un mayor desarrollo de habilidades sociales. En el área de lactantes llama la atención como muchas guaguas no lloran, quizás se acostumbraron, porque saben que nadie les hará caso.

El panorama es desolador, no hay cumpleaños, esperanza de pasar fiestas significativas mas allá de lo que personal realice. No existe el apego, tampoco se sienten protegidos o queridos y lo que es más entristecedor son los constantes abusos, ampliamente acreditados, impunes y sin ninguna posibilidad de reparación.

¿A quién entonces beneficia el nuevo servicio de la niñez y adolescencia?

Claramente a los niños y niñas no. Serán las mismas fundaciones, iglesia y otros, quienes sin ninguna restricción para su reacreditación, seguirán cuidando con los mismos niños, niñas y adolescentes que ya vulneraron. Cabe señalar que ninguno de estos actores ha presentado algún plan de reestructuración, lo que nos habla de su nula autocrítica y complacencia frente al trabajo mal hecho. Quién podría pensar que la Iglesia Católica, por ejemplo, que dedicara un cuidado adecuado.

Es paradójico escuchar voces de felicidad por el nuevo servicio de Piñera, nacido con la lógica del neoliberalismo, en donde existe una ausencia total de humanidad y entrega a privados lo que es un deber de Estado. Ha sido un neoliberalismo sin control, la que volvió a SENAME en una verdadera máquina fabricadora de vulneraciones que da paso a nuevas necesidades, más programas de privados, en un circuito de nunca terminar, ¿resultados exitosos?: ninguno.

¿Cómo solucionamos el tema? Hoy no sabemos con certeza cuántos niños, niñas y adolescentes necesitan del sistema, esto porque como es sabido, han sido institucionalizados niños y niñas con informes copiados, también está la situación de niños y niñas institucionalizados por pobreza, cuya permanencia podría ser finalizada con apoyo subsidiario a las familias. Finalmente la carencia de una ley de adopción, moderna e inclusiva, hace que los procesos no solo sean largos además muy desgastantes.

   Experiencias internacionales exitosas como en Holanda, nos muestran la importancia del crecimiento en un ambiente familiar, avanzando a finalizar con la lógica de orfanatos, ya que como se ha demostrado son absolutamente perjudiciales para el desarrollo de niños, niñas y adolescentes.  En Chile se opto por el cuidado con personal de turno, que va rotando, se opto por criminalizar la pobreza como una vulneración y lo que es más grave se opto por crear un conjunto de leyes punitivas, en vez de garantías de derechos básicos, como lo es, el derecho a la educación o salud, que cada niño, niña y adolescente debe tener en principio.

El  servicio de Protección y Reinserción, es más de lo mismo, un parche que sacrificara a generaciones completas y cuyo poder político no está dispuesto a que a nadie señale sus debilidades y que la voz principal, que son niños, niñas y adolescentes, jamás sea escuchada.

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