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Reportajes

10 de Marzo de 2020

¿Cocaína rosada? 12 horas con un traficante de tusi

Matías Bustamante (Instagram: @_.shaggo._)

El consumo de las drogas sintéticas aumentó explosivamente a partir de 2017, sin embargo, poco se sabe del tusi. Recién en 2019 se ha integrado a los programas de la PDI y el Senda. Accidentalmente, tuve la experiencia de vivir 12 horas con un traficante, en la que pude aprender sobre su composición, cómo se cocina, se vende y sus efectos.

Por

Son las cuatro de la madrugada de un sábado. El frío se siente seco, es pleno invierno en Santiago. Nos dirigimos a la casa de Héctor, un amigo de mis amigos que no conozco, pero que me van a presentar esta noche. Tras un largo rato de espera afuera de su casa, abre. Viene recién despertando, tiene cara de sueño, igual nos invita a pasar.

Una vez dentro, como buen anfitrión, prende la estufa. Además hace otro gesto que mis acompañantes agradecen: tira una bolsa de pastillas a la mesa. 

-¿Qué vendes?-, pregunto yo.  
-De todo. Éxtasis, marihuana, tusi y falopa. 
-¿Y qué es el tusi?

Del paquete de la mesa, saca una bolsa con un polvo rosado.

 -¿Cocaína rosada?
-No, algo mucho mejor…

***

El tusi o más específicamente llamado según sus compuestos químicos “2C-B”, es una droga sintética que hace dos años aproximadamente circula por Chile. Sus efectos son psicodélicos y mucha gente la confunde e incluso la vende por cocaína rosada. Pero no lo es. A pesar de que se parece a la cocaína, esta droga tiene más cercanía con el éxtasis, por sus efectos alucinógenos, y porque en vez de ponerte alerta o a la defensiva, te deja dócil y hasta algo manipulable. Se mueve mayoritariamente en fiestas electrónicas y sus consumidores la acompañan con agua embotellada, a veces con una paleta de dulce (un koyac) e -idealmente- unos lentes de sol.

La particularidad más llamativa de esta nueva droga es su color rosado, además de tener sabor a frutilla (muy parecido al sabor del Nesquik). Sin embargo, en este último tiempo los vendedores han decidido innovar con el color y los sabores.

El tusi se compone de ketamina mezclada con MDMA, cocaína u otros estimulantes como la cafeína. El más común es el MDMA, este compuesto es el principio activo del éxtasis (eso quiere decir que las pastillas de éxtasis están hechas con MDMA como base y son mezcladas con anfetaminas).

Según explica la presidenta de la Sociedad de Toxicología de Chile, Fernanda Cavieres, su nombre químico exactamente es 2,5-dimetoxi-4-bromofenetilamina (2C-B), y está compuesto por principalmente por ketamina. Es un anestésico veterinario de uso legal, pero que en dosis mayores produce un efecto alucinógeno. Generalmente está en estado líquido, en ampollas o en viales de uso intravenoso. La toxicóloga explica que entre los efectos del uso prolongado de la ketamina, figuran la pérdida de la percepción de la realidad, alucinaciones y delirios. También es común que se presenten molestias gástricas como náuseas o vómitos.

“Existe evidencia de que el consumo crónico de ketamina podría aumentar efectos que incluyen alteraciones del sistema nervioso central como pérdida de memoria y patologías mentales como la depresión o pérdida de percepción de la realidad. Por otro lado, se ha asociado su uso crónico a patologías del tracto urinario y gastrointestinal, en especial con afecciones hepáticas”, explica Cavieres.

Ana tiene 24 años y consume tusi hace un año. Al ser consultada por las consecuencias después del consumo de esta droga, señala que “sí, se sienten retorcijones, una acidez al momento de probarlo y al otro día el estómago me queda muy delicado, todo lo que como me hace ir al baño”. 

El comisario del Departamento de Investigación de Sustancias Químicas Controladas de la PDI, Gonzalo Santander, cuenta que el ingreso de drogas sintéticas comenzó el 2016, pero que el tusi apareció por primera vez en las incautaciones de la policía a mediados del 2017. Recién durante el año 2019 fue catalogado como una droga.

Tusi de color celeste (depende de cuánto colorante tenga) y de sabor “chicle”

***

Aunque sabía de la existencia del tusi desde 2018, no conocía nada acerca de su composición y efectos. Héctor estaba reacio a contestar mis dudas. Pero cansado de las preguntas, cedió. 

-¿En serio quieres saber cómo lo hago?- me preguntó. 
-Sí.- respondí sin cuestionármelo demasiado.
-Vamos entonces.

Lo seguí sin pensar en las consecuencias. Fue ahí cuando me convertí en la acompañante de un traficante por accidente. 

Nos subimos a su camioneta, una Ford Edge negra. Como hacía frío, calentó el asiento, puso música y prendió el motor.

Para romper el silencio incómodo, me atreví a preguntar:

¿Cómo llegaste a vender tusi?

-A principios del 2018 en un círculo de amigos conocí el tusi, pero a mí no me gustaba por el hecho de que se jalaba (inhalar). No era tan común, pero todos mis amigos ya lo consumían. Así que ahí comencé.

¿Cómo aprendiste a hacer tusi?

-Me enseñó un amigo. A ese amigo le enseñó una amiga de él, que estuvo de pareja con un parcero (persona de origen colombiano). Entonces el parcero le enseñó a su polola y luego ella nos enseñó a mí y a mi amigo.

¿Lo cocinas en un lugar especial?

-Se necesita solo una cocina, un sartén de teflón, un gas y una cuchara. 

¿Y qué se siente?

-Estar “tusiado” te pega distinto dependiendo de la cantidad. Por ejemplo: Cuando te pegas el primer tusi, te sientes en la “nébula” (término que ocupan cuando te sientes confundido y con la vista nublada), es como estar con marihuana y cerveza. Todos dicen que es como andar flotando. Pero si te pegas mucho tusi, quedas con disociación, efecto de la ketamina. Se te pone la cabeza en blanco, los pensamientos te duran dos segundos, piensas “¿porqué hice esto?” y antes de pensar en porqué lo hiciste, ya se te olvidó.

Saborizantes diversos

Nos detuvimos en un metro de la comuna de Providencia. Se bajó a buscar “algo” que prefirió no especificar. 

Avanzamos en auto hacia el metro Manuel Montt y llegamos a un nuevo destino. Ambos nos bajamos esta vez. Subimos a un departamento que, según me cuenta, es utilizado para hacer transas y es arrendado de forma esporádica. Repiten la dinámica cada semana. 

Al llegar nos encontramos con un hombre de 30 y tantos. Aunque nunca esperé encontrarme con personas amigables en este viaje, me llamó la atención que el dueño de casa nunca me miró a la cara y ni siquiera me saludó. Poco después, otro hombre que estaba ahí me comenta que le dicen “el care muerto”. “Todo calza”, pensé. Al poco rato, el “care muerto” le pasó el saborizante a Héctor. Partimos. Me sentí aliviada. 

Luego hicimos otra parada, también en Providencia. Esta vez subimos a otro departamento habitado en ese momento por tres jóvenes de apariencia adolescente. Fueron mucho más amables que los sujetos anteriores y lucían drogados. No pregunté edades, tampoco si efectivamente estaban bajo los efectos de “algo”. Héctor sacó una bolsita y les dio a probar su tusi. Fue rápidamente aprobado por todos. 

Veo otro intercambio: una botella que contiene “el agua”, como le llaman a la Ketamina líquida. Después me entero que son ellos los que consiguen el producto estrella de esta droga. También me entero de precios: los 100 ml cuestan 150 mil pesos chilenos. 

Esa fue la última parada antes de volver a la casa.

***

Colorantes

Orígenes del tusi

El “2CB” existe desde hace tiempo, viene de EE.UU y fue descubierta en 1974 por Alexander Shulgin, un farmacéutico y químico estadounidense. Fue un boom en Europa luego de su sintetización y aunque disminuyó por otras sustancias sintéticas, hoy vuelve a aparecer en el mercado no sólo europeo o estadounidense sino que también en Latinoamérica.

Aunque no hay consenso respecto a cómo se escribe el nombre de esta droga, el tusi -escrito así deliberadamente por la autora de este reportaje- es la traducción local del concepto en inglés “2CB” (o Tucibi). Este compuesto fue muy popular en Europa luego que Shulgin descubriera sus efectos -en bajas dosis estimulante y en altas alucinógenas-.

A pesar de que en un comienzo la PDI pensaba que el tusi era sólo 2CB, con el tiempo descubrieron la innovación del producto en Latinoamérica. “El año 2000, comenzó a fabricar su Tusi y a un narcotraficante colombiano se le ocurrió la idea de mezclar MDMA con Ketamina, logrando efectos muy similares a lo que realmente produce el compuesto ‘2CB’. Por eso en Colombia le dieron ese nombre. Él lo traficó primero en Europa y durante los últimos años se empezó a masificar en latinoamérica”, explica el comisario Gonzalo Santander de la PDI.

El Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (Senda) se encarga de hacer dos grandes estudios anuales sobre ingesta de drogas. Uno que tiene que ver con población escolar (jóvenes entre 13 y 18 años) y otro con población general (12 a 64 años). El director del servicio, Carlos Charme, dijo a The Clinic que van evaluando todo tipo de drogas, tanto las que están en los listados actualizados de sustancias psicotrópicas, como las que van emergiendo de las incautaciones.

Las drogas alucinógenas medidas en el Estudio de Población General han cambiado a lo largo de los años. Entre dichas sustancias, el 2C-B (y distintos derivados de la droga) se sumó recién en 2018 y forma parte de las drogas consultadas en el Décimo Tercer Estudio Nacional de Drogas en de Población General. En este estudio realizado el 2018 por el Senda, se incorporó por primera vez una pregunta sobre el uso del tusi. Uno de los conceptos que se miden en esta encuesta son las prevalencias, en este caso quiere decir que mide la proporción de personas que consumen tusi en un momento determinado.

“En una encuesta nacional de población general el consumo de esta droga emergió con una prevalencia de consumo anual de un 0,02%. En comparación con la cocaína que su prevalencia es de un 1%”, dice Charme a The Clinic. Agregando que les preocupa mucho “porque, al igual que el resto de las drogas, hace muy mal a la salud física y el desarrollo cognitivo especialmente en niños y adolescentes”.

Hora de cocinar

Volvimos a la casa de Héctor a eso de las 13:30 horas. Mis amigos estaban durmiendo. La ajetreada noche, las personas que conocí durante la jornada y las ganas de saber cómo se cocinaba, me mantuvieron despierta. Con los ingredientes en las manos, Héctor me invitó a la cocina a hacer lo que esperé toda la madrugada: preparar el famoso y desconocido tusi. 

La preparación del tusi no parecía compleja. Basta con tener una cocina, gas, sartén y una cuchara.

Lo primero que hay que hacer es pasar de estado líquido a sólido la Ketamina, esto puede ser en una olla o en el microondas. Luego hay que agregar colorante y saborizante. Al comienzo el color común era rosado y su sabor frutilla, pero los vendedores han ido variando: hay azul con sabor a chicle, amarillo con sabor a lúcuma, etcétera. Héctor dice que prefiere ocupar mango-piña para todos los colores. Por último, se muele el resultado. A este mixtura colorida se le agrega lo que el vendedor considere mejor: MDMA, cocaína, cafeína o cualquier componente que le dé consistencia y abundancia. 

Implementos para cocinar

***

En plena preparación de Héctor, seguí con las preguntas. 

¿Te asesoraste por algún experto?

Fui donde un doctor. Es un amigo que conozco que igual se droga y que ya salió de medicina general. Le pasé la receta y me ayudó con la preparación para que la gente no quedara con dolor de cabeza o congestionada (consecuencias habituales del consumo, explica). En el fondo, me ayudó para que fuera lo menos invasiva para el cuerpo.

Comercialización

Según datos de la PDI, en Chile, la droga sintética que más se consume es el MDMA, sin embargo, no es fácil pesquisarla, y en realidad ninguna droga de tipo sintética. “En 100 gramos puedo tener 10 mil, 30 mil dosis. No es como la cocaína que uno tiene que traer kilos de coca. Cambia la forma de pesquisar, las drogas sintéticas son muy difíciles de identificar. Uno las puede camuflar en cualquier importación, un equipaje, el cuerpo, etcétera”,  dice a The Clinic el comisario Gonzalo Santander.

El oficial explica que las drogas sintéticas no tienen un control de calidad o no vienen de un laboratorio farmacéutico por lo que nunca se sabrá a ciencia cierta lo que se está consumiendo.

Según Héctor, el tusi lo podría cocinar cualquier persona aquí en Chile. “Tienes que tener la ‘mano’ (persona que tiene el producto) para comprar la Ketamina y el MDMA. De hecho el otro día un amigo me contó: ‘no tenía Ketamina, así que molí unos éxtasis y MDMA y andaban todos felices’. ¡Y obvio que iban a andar todos felices! si les estás dando éxtasis y lo aspiran directo al cerebro. Pero esa es la mente de cada vendedor”.

Las incautaciones de drogas sintéticas tuvieron una explosión en el país aumentando de 2.304 casos en el 2017 a 1.638.491 casos el 2019. Según las cifras oficiales que maneja la PDI, el total de incautaciones en el año 2019 fue de 801,4 gramos de Tusi, y hasta marzo del 2020 llevan incautado 57,4 gramos.

Héctor comenta que él, por ejemplo, gana 200 mil pesos semanales con el Tusi, vendiendo el gramo a aproximadamente 15 mil pesos, lo que puede variar dependiendo del vendedor.

Consumo y efectos

El tusi se consume a través de la vía nasal (“jale” o esnifado), sin embargo, no se inhala como la cocaína (en líneas), sino que de “puntazos” (pequeña porción del porte de la punta de una llave). Las personas que comienzan a incursionar en el mundo del Tusi parten con uno o dos puntazos en una noche. Los clientes habituales van subiendo la dosis hasta llegar a cuatro o cinco. Debido a su popularidad, los consumidores ya han encontrado artefactos para facilitar el esnifado. Uno de ellos es el empujador de cutícula, también llamada “pala”.

Empujador de cutícula o pala para “tusiarse”

El tiempo de duración del efecto es de aproximadamente media hora, periodo que fácilmente puede aumentar con otra dosis. Un gramo para una persona de consumo medio puede durar toda la noche. Los que ya han consumido hace un tiempo necesitan más dosis para sentir la droga. Héctor me comenta que consume dos gramos durante una noche. 

Uno de los efectos  es sentirse más liviano. Roberto tiene 28 años y consume tusi desde hace dos, él describe estar “tusiado” como la sensación de estar muy volado (con marihuana) y desconectado a ratos.

Ana, de 24, lo consume hace un año y lo describe como estar flotando, “ser astronauta” o “como pisar cajas huevo”. Además de nublarse la vista, le produce una energía que la mantiene “motivada” queriendo bailar toda la noche. 

Jorge tiene 31 y lo ha probado solo una vez, escuchando música con sus amigos. “Queríamos prender el asunto, así que lo consumimos y funcionó. Lo que te provoca es un ánimo exaltado pero con cierto vaivén, de repente estás muy volado y feliz y después te baja y quedas sentado por mucho rato, pero ningún estado es tan permanente, vas oscilando entre uno y otro”, comenta.

Esa sensación de bajar y quedarse pegado por un rato, Héctor lo conoce muy bien. En las fiestas nocturnas en que se consume esta droga le llaman: “estar derretido”. “Este estado se produce cuando el Tusi tiene mucho MDMA, así que cuando dejas de estar activo tu cuerpo se relaja, porque uno hace muchas cosas: bailas, cantas y sientes mucho, así que si descansas un poco porque quedas como exhausto. Ahí uno debe empezar a moverse y a bailar para volver a activarlo. Pero es placentera la sensación”.

El comisario Santander, aclara los efectos corporales tras un largo tiempo de consumo de ketamina: “la gente tiende a hacerse adicta y a generar tolerancia, cada vez necesita más cantidad para conseguir los mismos efectos, produciendo los daños típicos sistémicos de las drogas, a nivel cognitivo principalmente y con disminución de las capacidades cerebrales de las personas. Mientras que los efectos al momento del consumo son el aumento de la presión sanguínea y dificultades para respirar”.

No debemos olvidar que el tusi está compuesto por otras drogas además del anestésico Ketamina, el MDMA (éxtasis) también genera efectos en el cuerpo. La toxicóloga Fernanda Cavieres comenta que “el éxtasis produce una sensación de bienestar, de empatía hacia los demás y aumento de percepción de las sensaciones. Sin embargo, produce también efectos indeseados como aumento de temperatura corporal, aumento de la presión arterial, mareos, ataques de pánico y en caso de exposición a dosis muy altas podrían observarse pérdida del conocimiento, convulsiones y hasta la muerte”.

Sin embargo, además de la ketamina y el MDMA, hay variados componentes que se mezclan en el tusi, los que se potencian entre sí, “causando el efecto psicotrópico estimulante que incluyen los ya mencionados como pérdida de la conciencia de la realidad, alucinaciones. Pueden agregarse manifestaciones cardiovasculares y gástricas, agravando el cuadro de intoxicación y poniendo en riesgo la vida de los consumidores”, sigue Cavieres.

La caña del tusi

Algunos quienes han probado esta droga, señalan que al otro día de consumir tusi o éxtasis, sienten que tienen una “caña depresiva” o pena, además de no sentir hambre por casi un día entero. Resguardando sus identidades, como casi todo el reportaje, consultamos a consumidores sobre la “caña” o consecuencias que deja el consumo de tusi.

Alejandro, relata desde su experiencia que “hay personas que pierden mucho peso y a otras que les ataca la mente mal y caen en depresión. Si lo piensas igual es caro, económicamente te hace cagar el bolsillo, al otro día solo quieres volver a sentir la sensación de felicidad y calma de nuevo”.

Por otro lado, Ana, a pesar de reconocer que el consumo no es bueno para su salud, prefiere el tusi antes que otras drogas como la cocaína, ya que siente que su consumo pone violentas a las personas, el Tusi no.

Sin embargo, los efectos del consumo prolongado de esta droga son desconocidos todavía. La toxicóloga Fernanda Cavieres, explica que las consecuencias del uso constante del tusi no está claramente descrito en la literatura científica, sin embargo, “basado en su mecanismo de acción se podrían suponer manifestaciones crónicas que podrían incluir temblores, rigidez muscular, convulsiones, manifestaciones gástricas y cardiovasculares”. También dice que es una dificultad médica desconocer los efectos si se mezclan con otras drogas, pues “las personas que abusan de drogas consumen más de un producto a la vez”.

***

Listo. Frente a mí estaba lista la droga de la que todos hablan y de la que tenía tantas dudas. Le di las gracias por enseñarme el proceso. Le prometo confidencialidad y él asiente. Me despido y tomo mis cosas para por fin ir a descansar a mi casa. Entonces me mira y decide hacer la última pregunta:

-¿Quieres probar?

***

*Si te encuentras en una situación de adicción y no sabes cómo abordarlo puedes comunicarte al número del Senda: 1412, es gratuito y confidencial. Atiende 24/7 y el profesional podrá orientarte sobre tratamiento e información detallada de distintos tipos de drogas. También puede ir a la Red Asistencial del Estado o puede acercarse a cualquiera de los 500 centros de tratamientos residenciales y ambulatorios del Senda.

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