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12 de Marzo de 2020

Daniela Zapata, deportista paralímpica: “Todas las marchas deberían ser como la del 8M”

Es publicista, basquetbolista paralímpica y campeona mundial de baile latino en silla de ruedas; habla del feminismo desde su cuerpo y su experiencia, y de la importancia de la inclusión no solamente en la sociedad, sino que en las políticas públicas.

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Daniela Zapata es una de las deportistas paralímpicas más exitosas de Chile; es parte del primer equipo colectivo de mujeres con discapacidad que clasificó a los Parapanamericanos, y ha sido dos veces campeona mundial de baile latino en silla de ruedas. Nació con lipomelingocele de diagnóstico no visible; con el pasar de los años empezó a tener un desprendimiento medular que generó varias discapacidades internas, cuando tenía 15 años le salió un tumor en la médula, a los 20 terminó en silla de ruedas por la extracción del tumor, “ahora siento las piernas un poco, hasta la mitad del muslo”, comentó a The Clinic.

https://www.instagram.com/p/B9aajrOhl50/

¿Cómo entraste al deporte paralímpico?

-El deporte siempre ha sido tema en mi familia, desde antes de mi discapacidad yo hacía deporte, fui scout, iba a las maratones, hacía ciclismo, siempre lo he tenido en mí, lo que descubrí después fue el deporte paralímpico. Empecé a jugar tenis al principio para usar mi silla de ruedas de manera más sencilla. De hecho por eso entré, porque veía que los deportistas paralímpicos hacían cosas increíbles con sus sillas y yo siempre quise ser lo más independiente posible y moverme lo más posible con mi silla. Pensé que quizás si entraba a hacer deporte paralímpico podría ser más independiente. Pero cuando descubrí el basket fue como ‘¡guau, me encanta!’, choques, golpes, adrenalina, giros rápidos. Y me fui enamorando, fui descubriendo un poco más, después encontré el baile, y empecé a bailar, y toda mi carrera la he hecho en base a pruebas y descubrimientos.

¿Qué es lo que te gustó del básquetbol?

-Yo jugué tenis durante mucho tiempo, que es un deporte individual, entonces tenía que viajar por el mundo sola, a veces estaba en hoteles donde no hablaban el mismo idioma que yo, sola, entonces que rico hacer deporte, pero siempre estaba sola. Y cuando descubrí el básquetbol me di cuenta de que el equipo era una familia, que cada uno se encargaba de un rol diferente. Yo era la única mujer en el equipo en el que empecé, entonces dije, ‘que rico debe ser tener un equipo femenino donde todas pasamos por estos descontroles emocionales y hormonales, donde nos podemos entender un poco más, donde nos podemos mandar a la cresta y filo, después seguimos todo normal’, entonces cuando hice mi primer equipo femenino fue un descubrimiento: esto sí es trabajar en equipo, esto no es competir porque la del lado sea mejor que yo, al contrario, yo ayudo a mi compañera para que el equipo gane. Fue una manera muy linda, y natural de ver el feminismo porque en el fondo yo no estoy compitiendo con la del lado, yo quiero que todas ojalá lleguemos a ser exitosas. Hay espacios para todas en este mundo, y entre todas deberíamos apoyarnos y ser mucho más.

¿Cuál ha sido tu mayor logro?

-He tenido dos logros importantes para mí, tanto en el deporte como en el baile. El baile deportivo no está considerado como deporte aún en Chile, pero yo he ganado dos mundiales, uno en Miami, otro en Colombia, compitiendo con 32 personas, donde nadie me daba un centavo, yo fui y gané. Lo segundo que para mí algo que es muy importante en el básquetbol, que fue clasificar a los Parapanamericanos, que además es un logro histórico para Chile, porque -y soy majadera en decirlo- fue un equipo de 15 mujeres que nos pusimos la camiseta por Chile y jamás en la vida un equipo paralímpico femenino, había clasificado ni en deporte convencional ni paralímpico a un Panamericano.

¿Qué le falta a Chile no solo en el deporte sino que en políticas públicas?

-Yo creo que es un poco más de empatía, sé que está súper manoseada la palabra empatía e inclusión, pero es que es eso, más empatía porque muchas veces las personas vamos en el día a día viviendo, rápido, trabajando, en una ansiedad demasiado rápida, y no pensamos que el día de mañana podríamos o esguinzarnos un pie, o un brazo, y vamos a tener una discapacidad temporal. En un par de años más vamos a llegar a la tercera edad y vamos a tener una o más discapacidades, entonces construimos nuestros sueños, nuestras casas, y las hacemos con escaleras, entonces cuando terminamos de construirla ya somos viejos y no podemos vivir en nuestra casa. Entonces vivimos muy en el día a día. Y lo que yo creo de la sociedad chilena en general, es que nos falta empezar a pensar en el del lado; y ver cómo me gustaría que me traten. Hoy en día el Estado, las personas y la sociedad en general deberían empezar a ver más eso. Más allá de la discapacidad, es generar entornos que sean para todos, que sean accesibles.

¿Cómo es votar para alguien con discapacidad?

-Yo puedo votar, pero no es fácil. Me toca en un tercer piso sin ascensor, entonces me bajan la urna par que yo vote abajo. ¿Si te soy franca? Bacán, que rico que lo hagan, pero sería mucho más rico que yo pudiera subir al tercer piso y ejercer mi voto como cualquier otra persona porque cuando pasa esta situación, de que bajan la urna, se retrasa el resto de la fila de votantes, entonces yo sé que ellos piensan como “puta oh, ya llegó la cojita, vamos a tener que esperar unos 20 minutos”, entonces esas son pequeñas cosas que van generando rechazo de otras personas hacia la discapacidad. Yo creo que no debería pasar. Pero todos tienen que ir a votar.

Es súper difícil tratar de llegar a un consenso para que para todos sea más independiente pero lo primordial hoy día es que todos podamos votar, yo personalmente creo que se debería hacer por internet, porque el internet mueve el mundo, es mi opinión, porque pienso en la tercera edad, y es verdad que algunos van a tener que ayudarles a votar, pero existiría una posibilidad más cierta de que los chilenos que están fuera puedan votar bien, y te olvidas de la infraestructura.

¿En espacios de marchas te has sentido incluida como mujer con discapacidad?

-Nosotras (las mujeres con discapacidad) tenemos una historia totalmente distinta que contar, creo que faltan muchas instancias donde se piense un poco más en la mujer con discapacidad. O sea, yo he ido a muchas marchas, desde que inició el conflicto, yo he ido creo que todas las semanas. Y me pasa que cuando voy a una marcha, yo mido 1.20 mts sentada, entonces claro, pasa que desde atrás no te ven, te empujan, dicen “vamos avanzando”, pero en la del 8M, particularmente, todo el mundo camina con todo el mundo, todas las marchas deberían ser un poco más como el 8M. Las mujeres nos estamos apoderando de esto, y le estamos dando un sello súper único y súper de compañeras, quizás no pasa en todas las marchas, pero se está intentando, y yo creo que en el mundo de la discapacidad hay que empezar a visibilizarnos un poco más, porque estamos todavía muy escondidos, tenemos este miedo al rechazo, porque por años hemos sido rechazados, entonces tenemos este miedo a salir a la calle y enfrentarnos a estas situaciones. Yo creo que el llamado es ese, a empezar a despertar nosotras, las mujeres con discapacidad, que salgamos a la calle, que si no podemos solas, va a haber otra mujer que nos puede ayudar, creo que no hay nada malo en pedir ayuda, y ese es mi llamado. Me gustaría que las mujeres discapacitadas pudieran empaparse de estas ganas de salir a comerse el mundo, y hacerlo.

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