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Coronavirus

23 de Marzo de 2020

Teledocentes españoles: jornadas interminables contra el coronavirus

EFE

"No me aburro, estoy todo el día liada", explicaba Coral (nombre ficticio) por WhatsApp el viernes 13 de marzo, su tercer día de teledocencia. Días más tarde dice que el ritmo no decae y que, con algunas pausas, le echa unas diez horas cada día a la labor.

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Coral, Jorge, Elisa y Jaime son profesores y no pueden más después de varios días de jornadas interminables como educadores a distancia de colegios o universidades, pasando muchas horas en el computador para sortear tecnológicamente la pandemia del coronavirus.

Las autoridades de Madrid, la región española más afectada, suspendieron las clases presenciales de todos los centros educativos desde el 11 de marzo pasado dentro de una serie de medidas extraordinarias, para frenar el contagio masivo.

“No me aburro, estoy todo el día liada”, explicaba Coral (nombre ficticio) por WhatsApp el viernes 13 de marzo, su tercer día de teledocencia. Días más tarde dice que el ritmo no decae y que, con algunas pausas, le echa unas diez horas cada día a la labor.

Esta profesora prepara los temas, los explica, cuelga las correcciones -una vez que le han enviado los ejercicios- en la plataforma Educamadrid o en Classroom, e intercambia mensajes con los alumnos en la aplicación Hangouts.

Destaca que los estudiantes de segundo de Bachillerato (el último antes de la universidad) están “muy preocupados” con el retraso de la prueba de acceso a la Univesidad (EvAU). “Algunos dicen que no podrán soportar el agobio durante tanto tiempo, que hubieran querido quitárselo antes de en medio y otros creen que sí, que es mejor porque tendrán más tiempo para estudiar”.

AULA VIRTUAL

En el instituto de secundaria que dirige Elisa (también nombre ficticio), los profesores trabajan desde sus casas gracias a la ayuda del aula virtual. Y todos le dedican más horas que de costumbre. “Los docentes, normalmente, llevan trabajo a casa, pero en esta ocasión están trabajando mucho debido a las circunstancias”.

Algunos maestros graban sus clases y las “cuelgan” en el aula virtual, que no es una novedad, aunque “algunos alumnos no estaban habituados a ella y les está costando un poco más”, explica Elisa.

“La letra con internet entra, qué remedio”, dice esta directora, convencida de que, a pesar de la ayuda tecnológica, lo profesores son “necesarios”.

Pide “paciencia” a los alumnos, “que se disciplinen; que no por estar en casa no cumplan los horarios, sino que mantengan uno similar al de las clases habituales”.

Y esa paciencia será más necesaria después de que esta semana se anunció que el Gobierno planteará esta semana al Congreso extender las medidas excepcionales hasta el próximo 11 de abril.

HORAS Y MÁS HORAS

Otro profesor, Jorge Onecha, se levanta cada mañana en su casa del centro de Madrid y se prepara como si fuera a salir a la calle, aunque lo hace para sentarse ante la cámara con la que se dirigirá a sus alumnos, algunos en China, en Inglaterra, en Corea o en los Estados Unidos.

Nada más declararse la emergencia sanitaria, sus alumnos del Centro de Estudios Hispánicos de la Universidad Nebrija volvieron a sus casas y desde entonces Jorge prepara cada día el “set casero” adecuado, con luces y micrófono, y el material que ha preparado para sus clases de lengua española, de teatro del Siglo de Oro o de literatura, para impartirlas en la plataforma “Blackboard”.

Jorge graba cada clase y la deja colgada en el campus virtual. Aunque satisfecho, está cansado porque son muchas horas de disponibilidad para responder a correos electrónicos o consultas en otras redes, y para trabajar en la forma de optimizar los contenidos.

Y no menos ajetreado anda Jaime, profesor de niños de siete años de un colegio bilingüe en el que, en un solo día, al cierre de los centros educativos, organizaron un método de trabajo a distancia.

Los niños “lo están haciendo bien” y los padres plantean dudas vía correo electrónico o WhatsApp, dice Jaime.

El profesorado es unánime al asegurar, con satisfacción, que los alumnos de todos los niveles están respondiendo de forma “admirable” a la educación a distancia, a pesar de que en algunos hogares los hijos y los padres están teniendo algunos problemas, pues “los institutos ya tenían ordenadores y pantallas digitales en las aulas, pero no había tanta preparación para trabajar desde casa”.

Y, desde este lunes, el Ministerio de Educación, en colaboración con la radiotelevisión pública estatal (RTVE), pone en marcha el programa “Aprendemos en casa”, que se emitirá en los canales televisivos Clan y La 2.

Está dirigido a escolares de entre 6 y 16 años (edad de la educación obligatoria) para facilitar el aprendizaje durante la suspensión de la actividad lectiva motivada por el estado de alarma en España, que durará al menos hasta el 11 de abril.

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